Secrets & dreams

Carlos Velázquez Mayoral

Fragmento

Secrets & Dreams

PRESENTACIÓN

La noche del domingo 15 de agosto de 2021 Roberto Cintrón, entonces presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, envió a mi WhatsApp una nota de Businesswire.com que decía en inglés: «Hyatt está por adquirir Apple Leisure Group (ALG), expandiendo su presencia global en el segmento de los viajes de placer». Al día siguiente le escribí a Alejandro Zozaya, presidente ejecutivo de ALG, un mensaje de felicitación por haber cerrado una operación que según el comunicado de prensa rondaría los 2 mil 700 millones de dólares. Además, le pedí una entrevista y supuse que me respondería varios días después. Sin embargo, a los 20 minutos Zozaya me estaba agradeciendo la felicitación y aceptó la entrevista siempre y cuando fuera en la siguiente hora, porque después estaría muy ocupado.

Así lo hicimos, y mientras observaba en la pantalla de mi computadora la imagen de ese hombre de negocios visiblemente cansado pero exultante —en realidad tenía muchas razones para estarlo—, recordé momentos y anécdotas de un personaje al que conocí como reportero 20 años atrás y al que para calificarlo la palabra que me viene a la mente es multifacético. Zozaya rebatiendo decisiones de políticos mexicanos que terminaron afectando al turismo; Zozaya anticipando los alcances de la pandemia del H1N1 hasta el punto de lanzar un seguro que no le provocó pérdidas sino ganancias a su compañía; Zozaya cantando como vocalista del grupo musical Dinamita; Zozaya fundando una organización para proteger a los tiburones, cuando sus competidores lo consideran un escualo frío e implacable; Zozaya conduciendo un Ferrari 588 a las afueras de Filadelfia, pero también ayudando a acomodar unas sillas para una conferencia de prensa y, sobre todo, un mexicano que en 20 años había construido una compañía que nació tomando la operación de un hotel en el Caribe, para dejarla operando 107 hoteles, 20 más en proceso de apertura y una estructura de negocio valorada en alrededor de 3 mil millones de dólares.

Entonces le propuse que hiciéramos juntos un libro sobre su historia y como argumento le externé que era importante motivar a los jóvenes empresarios mexicanos, para que asumieran que no era necesario apellidarse Gates, Zuckerberg o Musk si buscaban generar riqueza, hacer fortuna y también filantropía. En el fondo supuse que no aceptaría, pues también pensé que se disponía a hacer todas esas cosas divertidas en que nos imaginamos se entretienen los millonarios cuando se retiran; pero me respondió que estaba bien si lo hacíamos a partir de octubre.

Este libro es producto de muchas horas de entrevistas, en donde las preguntas fueron totalmente libres a partir de un guion preconcebido; Zozaya revisó cada texto para estar seguro de que se ajustaban a lo que él había dicho. De éstos, redactados en tercera persona, resultó una historia compleja y rica que sin duda puede inspirar a muchos emprendedores, quienes a veces piensan que por no ser chinos, estadounidenses o rusos su peldaño más alto es tener un restaurante famoso.

La historia de negocios de Alejandro inició precisamente en el área de alimentos y bebidas de un hotel, pero no sólo se enfocó a cultivar los placeres de la buena mesa sino a revisar los márgenes, a innovar para controlar los costos y a entender la demanda cuando muchos increíblemente la pasaban por alto.

El éxito de Zozaya es producto de la visión de un empresario que ha encontrado oportunidades donde otros han vislumbrado crisis; de capitalizar esas oportunidades con una actitud positiva y de ver más allá de la miopía de otros, pero disfrutando además del día a día y de los resultados, siempre con la perspectiva de que las únicas relaciones perdurables son aquellas que nos permiten ganar a todos.

CARLOS VELÁZQUEZ MAYORAL

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