Índice
Portadilla
Índice
Dedicatoria
Cita
Primera parte
Capítulo 1. Ormaie, 8-11-43 JB-S
Modelos de avión
Apoyo Británico a los antisemitas
Ubicación de los aeródromos ingleses
Capítulo 2. Ormaie, 9,11,43 JB-S
La guardia civil aérea (algunas cifras))
Algunos oficios de la Waaf
Telefonista
Operadora de radio
Comparsa
Cuerpo de señales
Capítulo 3. Ormaie 10-11-43 JB-S
Defensa costera
Defensa costera, versión íntegra
Defensa costera, maldita sea
Capítulo 4. Ormaie 11-11-43 JB-S
Al margen de la historia
¡Prescripciones!
Soldado de artillería antiaérea
Capítulo 5. Ormaie 16-11-43 JB-S
Modelos de avión al azar
Taxi aéreo con el ata
Capítulo 6. Ormaie, 17-11-43 JB-S
Piloto de transporte
Una misión arriesgada
Capítulo 7. Ormaie 18-11-43 JB-S
Capítulo 8. Ormaie, 20-11-43 JB-S
Capítulo 9. Ormaie 21-11-43 JB-S
Formalidades administrativas en tiempos de guerra
Capítulo 10. Ormaie 22-11-43 JB-S
Fichas «s» del ata (secreto)
Operaciones especiales de la raf, cruceros continentales
Análisis
Capítulo 11. Ormaie 23-11-43 JB-S
Entrenamiento para operaciones especiales
Un vuelo de transporte irregular
Operación sirio
Capítulo 12. Ormaie, 24-11-43 JB-S
Capítulo 13. Ormaie 25-11-43 JB-S
Capítulo 14
Capítulo 15. Ormaie 28-11-43 JB-S
Capítulo 16. O. HdV. A. 1872 B. Nº 4 CdB
Segunda parte
Capítulo 17
Notas del accidente
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Informe de incidente
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Informe de incidente Nº 2
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Sobre la autora
Créditos
Grupo Santillana
Para Amanda
—formamos un equipo sensacional—
Las personas que practican la resistencia pasiva deben ser conscientes de que son tan
importantes como los saboteadores.
Del "Manual de operaciones secretas" de la Dirección de Operaciones Especiales (Special Operations Executive, SOE)
«Manual de operaciones especiales»
Ormaie, 8-11-43 JB-S
SOYUNACOBARDE
Me hacía la valiente pero solo estaba fingiendo. Siempre se me ha dado bien hacer teatro. Pasé doce años de mi vida jugando a la batalla del puente Stirling con mis hermanos y, aunque soy chica, me dejaban hacer de William Wallace, que al parecer es antepasado nuestro, porque, de los cinco, yo era la que lanzaba las arengas militares más ardientes. Dios mío, la semana pasada me esforcé al máximo. Señor, les juro que lo intenté. Por desgracia, ahora sé que soy una cobarde. Después del absurdo trato que hice con el Hauptsturmführer von Linden de las SS, debo reconocer que soy patética. Y voy a responder a todo lo que me pregunten. Hasta El Último Detalle.
He aquí el acuerdo. Lo escribo para tenerlo muy presente.
—Vamos a ver —me dijo el Hauptsturmführer—. ¿Cómo podría sobornarte?
Y le pedí que me devolviera la ropa.
Ahora la petición me parece una tontería. Seguro que se esperaba que le respondiera con un desafío («Quiero la libertad» o «La victoria») o que tuviera un gesto generoso, como «Dejen de atormentar a ese pobre chico de la resistencia francesa y denle una muerte digna y misericordiosa». O como mínimo que pidiera algo relacionado con mis circunstancias más inmediatas: «Por favor, deje que me vaya a dormir», «Deme de comer», o quizá: «Quíteme el maldito yugo de hierro que llevo sujeto a la espalda desde hace tres días». Sin embargo, estaba dispuesta a pasar hambre y sueño, a no poder doblar la espalda durante una buena tempora