Las mujeres que luchan se encuentran

Catalina Ruiz-Navarro

Fragmento

Introducción

La idea de este libro sale de un TEDx Talk que di en Bogotá, Colombia, en noviembre de 2016 sobre feminismos. Llevo varios años trabajando en el tema: cómo hacer que esas grandes ideas del feminismo, tan liberadoras y tan sensatas, sean vistas por encima de una densa capa de prejuicios que se ha construido a su alrededor a través de los años, para que puedan ser apropiadas por más mujeres y personas.

Para hacerlo presento una serie de ideas y argumentos que espero sean una carta de navegación sobre algunos de los debates contemporáneos que me parecen claves sobre los feminismos, pensados desde una perspectiva latinoamericana. La pretensión es que sean un punto de partida para que cada uno profundice en lo que más le interesa, pero también que sea una sistematización de mi camino personal en el feminismo, las preguntas que me he hecho y las respuestas que he encontrado. Cabe anotar también que “feminismo” es un término sombrilla que cubre muchas praxis y teorías con un punto común; cuando uso el singular es para hacer énfasis en esa convergencia, y cuando uso el plural es para hacer énfasis en su inmensa y cambiante diversidad.

Unos seis meses luego del TEDx Talk, Martín Rodríguez Pellercer, director y fundador del medio independiente guatemalteco Nómada, me buscó para proponerme que fuera la editora de una revista feminista latinoamericana que sería un micrositio de Nómada. La idea de la revista fue de la subdirectora institucional de Nómada, Andrea K’om, y el nombre de la revista, Volcánica, se le ocurrió a la diseñadora de Nómada, Loren Giordano, y en seguida nos gustó a todas, pues queríamos algo que claramente hiciera referencia a las mujeres latinoamericanas sin tener que usar esas palabras de forma directa. La fuerza de los múltiples feminismos latinoamericanos corre bajo tierra a través de esas cadenas montañosas que son las redes feministas, hasta que se concentra en un punto, o en muchos puntos, y explota.

El paso siguiente fue conformar un equipo de columnistas feministas que pudiesen hablar de todos esos debates contemporáneos que se están dando en la región, para empezar a plantear conversaciones regionales. Entre noviembre de 2017 y noviembre de 2018 en Volcánica publicaron Tamara de Anda, Andrea Bolívar Ivich, Tania Tagle, María José Evia, Cynthia Hijar, Marion Reimers, Siobhan Guerrero Mc Manus, Rosa Marina Flores Cruz, Jessica Marjane, Chantal Flores, Mariel García, Gabriela Nava y Marisol Armenta, y Mariana Díaz, de México; María del Mar Ramón, Andrea Sañudo Taborda, Juliana Abaunza, Sher Herrera y Natalia Mera, de Colombia; Mariana Iácono, Florencia Alcaraz y Georgina Orellano, de Argentia; Virginia Lemus, de El Salvador; Andrea Ixchíu, de Guatemala; Manoela Miklos, de Brasil; Diana Michelle García, de Perú; María Fernanda Ampuero, de Ecuador; y Florencia Goldsman, de Uruguay. Hemos hablado de temas tan variados como las relaciones con nuestros cuerpos, la maternidad, el maquillaje, el humor, los deportes, la tecnología, el aborto, el periodismo feminista, el trabajo sexual, los derechos de las mujeres que viven con discapacidad, los derechos de las personas con VIH, maternidades feministas, transfeminismos, afrofeminismo, feminismos indígenas, los derechos de la diversidad sexual, la violencia de género y la violencia sexual. Son discursos que se nutren de la teoría pero que parten de la experiencia personal de cada una de las columnistas. Editarlas a todas ha marcado de forma irreversible mi práctica y mi comprensión del feminismo y este libro no habría sido posible sin el trabajo de todas ellas.

Decir que lo personal es político significa decir que nuestras experiencias personales y nuestra vida privada no son vivencias aisladas sino parte de un sistema político. Esta guía de feminismo es un ir y venir entre mi experiencia (sesgada, subjetiva, limitada, vivida desde un cuerpo particular) y las teorías feministas que he estudiado durante mi carrera profesional, y que también tienen limitaciones, especialmente para llegar a las personas ajenas a la academia o al activismo. También se nutre de diez años escribiendo en caliente sobre feminismo para los medios de comunicación. Por eso, muchos de los capítulos de este libro se inspiran en columnas que, aunque ya fueron publicadas, han venido creciendo, cambiando, y ahora echan raíces en estas páginas para dar cuenta de la conversación entre la Catalina de ayer y la de hoy. Es decir, en este libro hay muchos debates internos que considero inacabados. Este libro también trata de aterrizar algunos de los conceptos teóricos que durante años mujeres brillantes han construido desde el feminismo, y todas esas conversaciones que hemos tenido con tantas amigas en los últimos años, en la vida práctica y cotidiana de las mujeres jóvenes urbanas latinoamericanas.

Esta guía está dividida en seis capítulos: Cuerpo, Poder, Violencia, Sexo, Amor y Activismo, y también cuenta con once retratos de un panteón de heroínas latinoamericanas (una lista que fue muy difícil de delimitar) realizados por la ilustradora feminista Luisa Castellanos. Además de mi editora en Penguin Random House Colombia, Laura Gómez, me gustaría agradecerles a todas las amigas feministas (mi mamá incluida) que leyeron y comentaron el manuscrito y me retaron a mejorarlo (son muchas, entre ellas Virginia, Andrea, Diana, Marcela, Matilde, María del Mar y Leonor). También le agradezco a mi esposo Ricardo, y a mis animalas de compañía, Policarpa, Odisea y Cumbia, por su apoyo y compañía en el largo trabajo que ha sido escribir este libro y, por supuesto, a mi mamá, Marta Beatriz Navarro, por la paciencia y la fe que ha puesto en mí desde siempre, y por darme la libertad, el impulso y las condiciones materiales para que yo me dedicara a un oficio tan poco práctico como la escritura. Las mujeres que luchan se encuentran es un libro inspirado por mis ancestras: mi bisabuela Carlota García y mi abuela Martha Restrepo de Navarro, quienes me dieron un ejemplo de fortaleza y me sembraron la idea de ser feminista; y está dedicado puntualmente a las hijas de mis amigas: Noha, Priscila, Antonia y Malika, y en general a las feministas latinoamericanas más jóvenes, pues ellas, ustedes, son el futuro de esta revolución.

Las mujeres que luchan se encuentran es una apuesta política a favor de los derechos humanos, de la diversidad de género y de la diversidad sexual, a favor del derecho de todas las personas a elegir sobre sus cuerpos, a favor del reconocimiento del aborto como un derecho, del reconocimiento del trabajo sexual como un trabajo. Es consciente de que el racismo es un legado colonial que está vivo y que nos impide ver nuestra realidad regional, y tiene la intención deliberada de pensarnos latinoamericanas. Ser feminista no es sencillo, implica muchas batallas y contradicciones internas y externas, pero yo estoy convencida de que es la mejor carta de navegación en un mundo desigual e injusto, pues plantea unas preguntas que nos ayudan a todos y todas a ser mejores personas. Ser feminista es muy difícil, porque implica darnos cuenta de que el p

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