Créditos
Título original: Illusions II
Traducción: Juanjo Estrella
1.ª edición: marzo 2015
© 2013 by Richard Bach
© Ediciones B, S. A., 2015
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
DL B 4849-2015
ISBN DIGITAL: 978-84-9019-981-7
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidasen el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
Contenido
Portadilla
Créditos
Cita
Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Notas
Cita
Introducción
Introducción
Ilusiones. Un libro del que sabía que jamás habría una segunda parte. ¿Añadirle una sola palabra? ¿Escribir otra historia? Imposible.
Eso creía yo hasta el 31 de agosto de 2012, treinta y cinco años después de su publicación.
Ese día, mientras pilotaba, por primera vez en mi vida tras cincuenta y ocho años sin sufrir una sola herida en vuelo, tuve un pequeño problema. Pasé varios días muerto, y mi avión quedó destrozado.
Mientras me trasladaban en helicóptero al hospital, yo soñaba alegremente. Creían que iba a morir, y sometieron a mi cuerpo casi sin vida a toda clase de cosas.
Desperté una semana después, y al hacerlo contemplé una escena asombrosa: ¡me encontraba en un hospital! Es muy fácil morir cuando estamos al borde de la «muerte» y sabemos que esta es una hermosa parte de la vida. Salud sin dolor, sin molestias, perfecta.
Cuando salí del coma, me dijeron que tardaría un año en recuperarme por completo, en aprender de nuevo a hablar, a ponerme en pie, a andar, a correr, a leer, a conducir un coche, a pilotar un avión. Por cierto, el mío había quedado reducido a chatarra.
Yo no sabía por qué vivía, ¿debido quizás a algo que prometí desde el otro lado de la muerte? No había duda de que Puff, mi hidroavión, tenía que volver a volar.
Para que hoy mi vida sea lo que es, tuve que sufrir aquel pequeño percance, un encuentro cercano con la muerte. Para que esta historia pudiera ser contada, fueron necesarios la certeza de Sabryna de que me recuperaría de todo atisbo de lesión, mis encuentros con el mesías Donald Shimoda, de Ilusiones, con mis otros maestros, con Puff reconstruido.
No hay bendición que no pueda ser un desastre y no hay desastre que no pueda ser una bendición.
Los desastres violentos, ¿se convierten siempre en bendiciones? Espero que sí. Espero seguir viviendo mis tranquilas aventuras, y escribir sobre ellas, sin necesidad de morir.
RICHARD BACH
Diciembre de 2013