Además es una actividad perfecta para favorecer la atención en un mismo juego, potenciando así la atención sostenida, invitando al niño a permanecer cada vez más tiempo en una misma actividad y potenciando su concentración.
Al inicio los momentos de atención serán muy breves, pero poco a poco irán apareciendo tiempos más prolongados que nos regalen recuerdos muy especiales.
Además los cuentos de solapas tienen ese factor sorpresa que tanto gustan a los niños y las niñas, donde poder descubrir qué se oculta sobre la pestaña y aprender a jugar al escondite con el conocido “cucú-tras”.
Los cuentos de cartón y solapas nos permiten aprender mucho vocabulario a través de sus gruesas páginas, que resultan muy llamativas y atractivas para los pequeños, además de seguras, accesibles y perfectas para su desarrollo.
En ellas podrán adquirir vocabulario básico y conceptos sencillos de su entorno más cercano, como las primeras emociones, los colores, los animales o las formas, donde observaremos muchas imágenes y poco texto, muy bien seleccionado y cuidado para ser el idóneo para los más pequeños.
Es esencial que permitamos a los niños tocar, interaccionar, explorar y descubrir con sus sentidos los cuentos, recordándoles cómo hacerlo (con cuidado, explicándoles o dándoles un modelo) pero permitiendo que sean ellos mismos quienes abran y cierren las solapas y pasen sus páginas.
Esto puede que conlleve a un deterioro del cuento mayor que si lo hiciéramos nosotros como adultos, como es lógico, pero es imprescindible que sepamos acompañar este proceso natural en su desarrollo y adquieran por sí mismos estas habilidades tan necesarias para crecer y aprender.
Y sobre todo, debemos recordar que si ponemos a su alcance los cuentos y también nos observan a nosotros leer, tendrán el mejor ejemplo y modelo posible para sentirse atraídos por los cuentos y la lectura.