Índice
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Índice
Dedicatoria
Prólogo
Primera parte. El desarrollo evolutivo del niño
Capítulo I. Características esenciales del desarrollo
Capítulo II. El avance el pensamiento
Capítulo III. Ya no soy un niño
Capítulo IV. El dibujo
Capítulo V. El juego
Segunda parte. El colegio
Capítulo VI. Tu hijo y el colegio
Capítulo VII. Las 10 cosas que va a aprender
Tercera parte. El desarrollo de la personalidad y las relaciones con los demás
Capítulo VIII. La construcción de la identidad
Capítulo IX. Lo que conoce del mundo
Capítulo X. La relación que mantienes con tu hijo
Capítulo XI. Las relaciones con los demás
Cuarta parte. La formación en valores
Capítulo XII. Educar en valores
Capítulo XIII. Valores para el preadolescente
Quinta parte. Claves para educar de 10 a 12 años
Capítulo XIV. El valor de la disciplina
Capítulo XV. La importancia de la comunicación
Capítulo XVI. La motivación
Capítulo XVII. Resolviendo situaciones concretas
Sexta parte. Educación para la salud
Capítulo XVIII. Vivir nuestra salud. Por la Dra. María Sáinz
Bibliografía recomendada
Sobre los autores
Créditos
Grupo Santillana
A los niños y a los que
no se han olvidado de que lo fueron
Prólogo
Afortunadamente, cada vez son más los padres que toman conciencia de la importancia de establecer una relación adecuada con sus hijos, porque sólo a partir de ésta es posible transmitir aquello que consideran esencial para la vida.
La educación no es una tarea sencilla, y menos en la sociedad que nos ha tocado vivir. Hasta este momento, las principales preocupaciones e inquietudes giraban en torno a su crecimiento, su salud, sus progresos… Ahora percibes que los cambios son rápidos y complejos, y eso te obliga a avanzar a pasos agigantados en lo que respecta a tu hijo.
A partir de los 10 años, tu hijo deja de ser tan niño. Su modo de hablar, de explicarte las cosas, de pensar… es muy diferente al de hace un par de años.
Notas que la relación que mantienes con él tampoco es la misma. Si antes aceptaba de buen grado cualquier sugerencia o norma, ahora le cuesta, te pregunta por qué y te demanda que sea diferente.
Y es que nos encontramos en un momento de profundos cambios. En torno a los 10 u 11 años, muchas niñas (en los niños el desarrollo se produce más tarde) comienzan a experimentar las alteraciones propias de la adolescencia. Esto no sólo se traduce en una maduración sexual, sino también en una manera de pensar y de ver el mundo que difiere bastante de la de un niño de menor edad.
Aparecen nuevos intereses, nuevas amistades… Su pensamiento está preparado para entender mejor las cosas, para buscar explicaciones lógicas, para razonar sobre lo que le rodea.
En resumen: el niño se está adentrando en la vida adulta, y lo va a hacer lentamente, dando pequeños pasos que le permitan ir descubriéndose a sí mismo y eligiendo, entre aquello que se le ofrece y conoce, la personalidad, las conductas y las ideas que desea para construir su propia identidad.
En este proceso de búsqueda y de elaboración, tú (padre o madre) desempeñas un papel esencial. Sí, es cierto que ahora los amigos cobran protagonismo, pero no por ello dejas de ser importante.
Dentro de un par de años será más difícil hablar con el adolescente (forma parte del desarrollo normal), una persona que se encierra en sí misma o que se refugia en los amigos. Pero ahora estamos en un buen momento para fortalecer la relación que mantenemos con nuestro hijo, que irá cambiando hasta convertirse en una relación entre iguales, entre dos adultos que comparten y se acompañan mutuamente al mismo nivel.
La comunicación, el respeto a la intimidad, los puntos de referencia claros, los valores humanos… se convierten en instrumentos básicos que deben estar presentes en la tarea educativa que venimos realizando.
Para ayudarte en todo este proceso, te proponemos los siguientes contenidos:
• En primer lugar, vas a adquirir unas nociones básicas del desarrollo de tu hijo en sus múltiples facetas. Para estudiar al ser humano, los psicólogos, pedagogos, filósofos, médicos, etc., han tenido en cuenta diferentes dimensiones: el crecimiento, el pensamiento, la conducta motora, los afectos… Todas ellas están íntimamente relacionadas, pues no se pueden entender por separado. En este libro encontrarás las características más importantes en cada una de estas áreas y todas juntas te permitirán tener una visión global de la evolución del niño.
• En segundo lugar, a partir del desarrollo de tu hijo, empezarás a descubrir lo