Índice
Portadilla
Índice
Presentación
Primera parte. Introducción
Capítulo I. Observa
Cuestionario
Y tú ¿cómo educas?
Conoce a tu hijo/a
Entre los 0 y los 2 años
Entre los 2 y los 3 años
Entre los 3 y los 4 años
Entre los 4 y los 5 años
Entre los 6 y los 8 años
Entre los 8 y los 10 años
Entre los 10 y los 12 años
Entre los 0 y los 2 años
Entre los 2 y los 3 años
Entre los 3 y los 4 años
Entre los 4 y los 5 años
Entre los 6 y los 8 años
Entre los 8 y los 10 años
Entre los 10 y los 12 años
Nuestra casa
Para corregir el cuestionario
Estilo educativo
Organización
Estilo educativo
Organización
Diez pistas para recordar
Cuestionario
Y tú ¿cómo educas?
Conoce a tu hijo/a
Segunda parte. Manual de instrucciones
Capítulo II. Normas y límites
Poniendo normas
La importancia de las rutinas
Poniendo límites
¿Quién pone las normas?
¿Qué hacer cuando tenemos hijos de diferentes edades?
¿Cómo y cuándo poner las normas?
Aceptando el conflicto
¿Quién pone las normas?
¿Qué hacer cuando tenemos hijos de diferentes edades?
¿Cómo y cuándo poner las normas?
Aceptando el conflicto
Poniendo normas
La importancia de las rutinas
Capítulo III. La actitud del educador
La confianza en uno/a mismo/a
El lenguaje
Decir las cosas una sola vez
Para dirigirse al niño/a
Mucha paciencia
Eliminando etiquetas
Ejemplo: Mi hijo es malo
Expresión del enfado
Recuerda que eres un modelo
Eliminar el cansancio
Educando juntos
¿Aquí quién manda?
Capítulo IV. Fomentar las buenas conductas
Prestar atención. La alabanza
¿Cuándo y cómo elogiar?
La importancia de la autoestima
Cómo favorecer la autoestima
Ejemplo: Mi hijo es un mal estudiante
La aportación del optimismo
Favorecer la autonomía. Acompañarles en la actividad
Cuando no quieren hacer las cosas solos
Un tiempo para el afecto
Utilizar refuerzos
Ejemplo: No hay nada que le motive
Sistema de puntos
Refuerzos creativos
Refuerzos para todos
Repartir responsabilidades
Favorecer la concentración
Ejemplo: Lo deja todo tirado
Ejemplo: Le cuesta terminar lo que empieza
Carácter lúdico de lo que hay que hacer
Capítulo V. Eliminar las conductas inadecuadas
Retirar la atención
La distracción
Técnicas disuasorias
El tiempo para pensar
Retirar los reforzadores
Ejemplo: Le da igual lo que le digas
La ineficacia de las bofetadas
Diez pistas para recordar
Tercera parte. Para poner en práctica
Capítulo VI. Estrategias para la vida cotidiana
Ante gritos e insultos
Vestirse
¿Qué nos ponemos hoy?
Fomentar la autonomía
¿Qué hacer cuando se quita la ropa?
Cuando no quiere vestirse
Así tú no sales
¿Qué nos ponemos hoy?
Fomentar la autonomía
¿Qué hacer cuando se quita la ropa?
Cuando no quiere vestirse
Así tú no sales
¡A comer!
Cómo crear un entorno agradable
¿Por dónde empezamos?
El comportamiento en la mesa
Problemas en la comida
¿Qué hacemos si a pesar de nuestros esfuerzos se niega a comer?
¿Qué hacemos si come demasiado?
¿Qué hacemos si se levanta continuamente?
Un tiempo para el estudio
Los deberes
Las rabietas
Lo quiero ahora
Peleas entre hermanos
Aprender a jugar
¿Cuántos juguetes necesita el niño?
Jugar con otros
¿Qué hacer cuando el niño agrede a otros?
¿Qué podemos hacer cuando rompe todos los juguetes?
El aseo
Nos vamos a la cama
No quiere dormir solo
Mil excusas para levantarse
¿Qué hacer si llora?
Pesadillas nocturnas
Un ejercicio de relajación para ir a dormir
Capítulo VII. Estrategias fuera de casa
Comer fuera de casa
Comprar en un supermercado
Viajar en coche
Ir al parque
Capítulo VIII. Cambios vitales
La entrada en la escuela
El nacimiento de un hermano
La separación de los padres
La muerte de un familiar
Diez pistas para recordar
Cuarta parte. Bienestar familiar
Capítulo IX. Cuídate
Fortaleciendo la propia autoestima
Eliminando la tensión
Fortaleciendo la propia autoestima
Eliminando la tensión
Capítulo X. La expresión de las emociones
Empieza por conocer cómo sientes tú
Ante las emociones del niño
Capítulo XI. Disfrutar del tiempo libre
Ejemplo: Está demasiado ensimismado con la tele
Diez pistas para recordar
Sobre la autora
Créditos
Grupo Santillana
Presentación
Educar es un proceso costoso. Muchos padres admiten sentirse cansados y absorbidos y eso no significa que lo estén haciendo mal o que sean unos malos padres. Los niños demandan mucha atención, necesitan miles de cuidados, avanzan a un ritmo asombroso… Y no siempre sabemos qué hacer en cada momento.
La sociedad en la que vivimos tampoco nos lo pone demasiado fácil (quizá nunca lo ha sido). Son muchas las obligaciones y las dificultades, y el ritmo actual es demasiado rápido. Todo son prisas, hay demasiadas cosas que hacer y los cambios son tan frenéticos que apenas nos da tiempo a acostumbrarnos.
Quizá por eso nos volvemos impacientes y pretendemos que los niños hagan las cosas a la primera, incluido obedecer.
Pero es que todo lleva su tiempo. El bebé se encuentra ante un sinfín de posibilidades de crecimiento y aunque nace con un temperamento propio lo cierto es que el ambiente en que se desenvuelva será determinante a la hora de configurar su personalidad.
Los niños aprenden durante sus primeros años de vida muchas cosas. En un par de años son capaces de desplazarse, de hablar, de interactuar con los demás… y cada vez con menos ayuda de los adultos. Y es que educar es, fundamentalmente, guiar hacia la autonomía. Como padres somos responsables de ayudar a nuestros hijos a que aprendan a desenvolverse por sí mismos y que lo hagan en un contexto de respeto hacia los demás y las cosas que los rodean.
En ese proceso hacia la autonomía contamos con una ventaja indiscutible: los niños quieren. Ellos desean hacer las cosas solos y se sienten felices cuando realizan tareas que hasta ese momento les parecían imposibles. Se van a sentir muy contentos al escuchar sus primeras palabras, al dar sus primeros pasos, al lavarse solos el pelo, al hacer un recado fuera de casa… Si el entorno está atento a estos cambios le hará ver lo importantes que son, y el niño irá creciendo con confianza en sí mismo.
Porque también es nuestro objetivo que se sientan a gusto, que sean capaces de disfrutar de la vida y de todo lo que hagan.
Los niños no vienen