Ray Loriga tiene 56 años y lleva 31 publicando libros, desde aquel estreno fulgurante que fue «Lo peor de todo» (1992) hasta «Cualquier verano es un final» (2023), una novela crepuscular que te arrastra como un sueño feliz por los territorios de la enfermedad y la muerte, con la amistad como tabla de salvación y el sentido del humor como vacuna. El periodista, escritor y músico Fidel Moreno habla con él sobre este nuevo trabajo, pero solo como pretexto para dar paso a una conversación en la que también asoman los mecanismos narrativos que le definen como autor, el peso de la literatura en el sector editorial, las anécdotas de Antonio Gasset en Monza y los fantasmas de un pasado no muy lejano, a los cuales Ray se enfrenta sin rubor: «Venid a por mí, que me estaré riendo».