Manual de escritura competitiva

Elena Bazán

Fragmento

Título

Prólogo
Elena Hernández1

Casi todos somos hoy, en mayor o menor medida, escritores: nos comunicamos cada vez más mediante mensajes de texto y menos hablando por teléfono; diariamente transmitimos información, compartimos nuestros sentimientos y expresamos nuestra opinión a través de textos escritos en blogs y redes sociales; en el trabajo debemos redactar con frecuencia documentos de muy diverso tipo (cartas, correos electrónicos, informes, folletos, páginas web…). Y de la imagen que proyectan de nosotros los textos que escribimos depende, en buena medida, el juicio de los demás sobre nuestras capacidades. No sin acierto reza uno de los propósitos de este libro: “Eres lo que escribes”, que la autora parafrasea en sus páginas como: “Dime lo que escribes y te diré quién eres”, remedando un conocido dicho popular; aunque quizá fuera más preciso formularlo así: “Dime lo que escribes y te diré cómo eres”; porque nuestra manera de escribir no sé si dice quiénes somos, pero desde luego dice mucho de cómo somos: una ortografía cuidada y una expresión lingüísticamente correcta en nuestras producciones escritas revela una buena formación, interés por hacer bien las cosas y respeto por nuestro interlocutor, mientras que una ortografía deficiente y una expresión descuidada manifiesta desinterés por los detalles, apresuramiento o, en casos extremos, un dominio insuficiente de las destrezas básicas de la lectura y la escritura. Los errores, en especial los ortográficos, aún tienen hoy un elevado costo en términos de imagen personal y corporativa. Por ello, un buen uso de la lengua es la mejor carta de presentación en cualquier ámbito, ya sea personal, profesional o académico.

Y no solo por razones estéticas: si queremos que llegue a los demás lo que decimos, debemos cuidar, en primer lugar, cómo lo decimos. La garantía de una comunicación escrita eficaz pasa en primer término por que nuestro texto esté bien compuesto; si no, la comunicación se resiente, pues los errores, sean de índole ortográfica o gramatical, desvían la atención del lector, generan desconfianza hacia el autor y merman la credibilidad del mensaje.

Pero escribir bien no solo consiste en componer adecuadamente un texto desde el punto de vista de su materialidad lingüística: hay que construirlo con eficacia desde el punto de vista de su intención comunicativa; porque escribimos para ser leídos, para transmitir mensajes con una finalidad concreta. Los elementos lingüísticos, esto es, las letras, los signos ortográficos, los vocablos y las reglas morfológicas y sintácticas que aplicamos para combinarlos y construir con ellos enunciados gramaticalmente correctos son solo las herramientas, los útiles que el sistema de la lengua pone a nuestra disposición. Redactar es, también, saber qué queremos decir, a quién nos dirigimos, a través de qué medio, en qué contexto o situación comunicativa y con qué finalidad. Solo cuando hayamos analizado y fijado esos parámetros estaremos en condiciones de seleccionar, de esa caja de herramientas que es el sistema lingüístico, aquellas que nos ayuden a construir el texto más eficaz posible, el más competitivo.

Este libro pretende, entre otras cuestiones que tienen que ver con una escritura clara y correcta, sentar las bases para una escritura competitiva: una escritura, pues, no solo competente desde el punto de vista lingüístico, sino competitiva desde el punto de vista comunicativo, social. Su objetivo: que nuestros textos, que a menudo nos preceden en el conocimiento que los demás tienen de nosotros, nos dejen en buen lugar; mejor dicho: nos pongan en el mejor lugar para alcanzar nuestras metas.

A este fantástico empeño, en el mundo hipertextualizado de hoy, dedica su autora las páginas de este libro. Aprovechémoslo.

1 Elena Hernández (Madrid, 1964). Licenciada en Filología hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, se incorporó en 1988 al Seminario de Lexicografía de la Real Academia Española como redactora del Diccionario histórico de la lengua española (publicado por la RAE en fascículos, de 1960 a 1996). Durante seis años (1994-1999) formó parte del equipo técnico del Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos (Aguilar, 1999), uno de los mejores diccionarios de español y el único centrado exclusivamente en el español europeo. Asimismo, colaboró con Manuel Seco en la revisión de la décima edición de su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa-Calpe, 1999) y es coautora de la versión abreviada de dicha obra, titulada Guía práctica del español actual. Diccionario breve de dudas y dificultades (Espasa-Calpe, 1999). Desde 1998 es directora del Departamento de “Español al día” de la Real Academia Española, desde allí ha dirigido y coordinado, como redactora jefe, la elaboración del Diccionario panhispánico de dudas (2005) y la Ortografía de la lengua española (2010), así como la versión básica de esta última (2012). Como responsable del mencionado Departamento de “Español al día”, dirige el Servicio de Consultas Lingüísticas de la RAE y gestiona la sección de consultas de la cuenta @RAEinforma en Twitter.

Título

A manera de introducción

Por qué cuestionar
nuestra propia escritura

La oralidad ya no es el recurso primario para comunicarnos. En la actualidad nos entendemos a través de las pantallas, por lo que, de alguna manera, nuestra escritura se ha convertido en nuestra persona. En adelante, esta es la realidad que quiero que consideres. Vivimos y nos comunicamos así, pero no hemos sido muy conscientes hasta ahora, por eso hay tantas carencias en las redacciones que nos rodean.

En esta vida de producción escrita activa que llevas, todo lo que redactas depende únicamente de ti. Cada vez tienes que escribir más trabajos, documentos, proyectos, reportes, opiniones, mensajes… y ha aumentado la responsabilidad, ya que estás superpresente en tus redes sociales y hasta te has convertido en una figura pública por escrito. Hablas más por medio de mensajes de texto que con tu lengua. Además, ya te habrás dado cuenta de que manejas muchas y muy distintas temáticas y contenidos, que te comunicas con mucha gente al mismo tiempo, que a la vez son personas a quienes no puedes tratar de la misma manera. En este contexto, ahora más que nunca es importante cuidar la identidad de tus publicac

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