Un escritor y su pareja asisten a una fiesta en las afueras de Lima. Ambos beben, comen, bailan y se divierten mientras la noche avanza sin prisas hacia la madrugada. De pronto, suena el celular de él. La llamada que ningún padre desea recibir: una amiga de su hija le dice que esta ha sufrido un accidente en una discoteca y se encuentra hospitalizada. Comienza así un viaje por carretera que ...
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Un escritor y su pareja asisten a una fiesta en las afueras de Lima. Ambos beben, comen, bailan y se divierten mientras la noche avanza sin prisas hacia la madrugada. De pronto, suena el celular de él. La llamada que ningún padre desea recibir: una amiga de su hija le dice que esta ha sufrido un accidente en una discoteca y se encuentra hospitalizada. Comienza así un viaje por carretera que marcará el trepidante ritmo del relato. Treinta kilómetros a la medianoche que activan un segundo viaje: el recorrido a través de la memoria de un hombre en estado de nervios cuyos recuerdos se convierten en un medio de transporte existencial. A medida que su auto se desplaza hacia la capital, el lector se adentra en la vida de un personaje que se retrata en sus diversas facetas -hijo, novio, esposo, amante, amigo, padre, publicista y escritor- a la vez que evoca un repertorio de historias que trazan el mapa en movimiento desus afectos.
Unavez más, Gustavo Rodríguez despliega en Treinta kilómetros a la medianoche su destreza para el armado novelesco, así como su habilidad para entretejer una trama en la que sus personajes nos muestran, con humor y sin complejos, los claroscuros desu mundo interior.
"Treinta kilómetros son la distancia que en 300 espléndidas páginas Gustavo Rodríguez nos ofrece esta suerte de thriller familiar -o road movie intimista- para descubrirnos que el amor paterno es un viaje intenso y salpicado de peligros. Una novela tierna y al mismo tiempo oscura como el trayecto que emprende el narrador para salvar a su hija".
Jorge Eduardo Benavides
"La incertidumbre ante el peligro no solo genera angustia, también desvela los más recónditos aspectos del ser como si fuese la última oportunidad de sacarlos a la luz e interpelarlos. Es así como Gustavo Rodríguez recorre en Treinta kilómetros a la medianoche un trepidante mosaico vivencial que nos impacta con la veracidad y crudeza propias de la confidencia".
Teresa Ruiz Rosas
"Un viaje a través de la noche. Una road movie por los ghettos de Lima. Un pasaje en el avión en llamas de la masculinidad".
Santiago Roncagliolo
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