Alejandra Melús: ¿Cómo surgió este proyecto e idea?
Nazareth Olivera: La verdad es que me lo propusieron desde Beascoa y fue una ilusión enorme porque es algo que tenía en mente desde hacía años. Sin embargo no veía la viabilidad de hacerlo. Yo tengo 3 hijos y en su momento busqué cuentos de embarazo y parto. Hay alguno didáctico muy bonito, pero no tan detenido en el proceso de nacimiento. Cuando recibí la propuesta para mi fue como si me hubiera tocado la lotería. Enseguida nos pusimos de acuerdo y veíamos una idea bastante similar. Desde Beascoa ha sido todo facilidad. Alejandra en especial, ha sido un apoyo maravilloso.
A.M.: El lenguaje que empleas en Nace un bebé, es cuidado, sencillo y claro, ¿ves necesario que hablemos a nuestros hijos con un vocabulario honesto, dando respuesta a sus preguntas y contándoles todo el proceso? O por el contrario, ¿crees que hay aspectos que es mejor guardar para la pareja, los profesionales o cuando el embarazo esté ya más avanzado o los niños sean más mayores?
N.O.: El lenguaje del cuento lo repasamos una y otra vez. Para mi era importante contar las cosas como son, pero con sencillez, de manera que los niños puedan llegar a hacerse una idea de cómo sucede. Según su edad, comprenderán más en profundidad. Yo creo que cuando los niños preguntan y tienen curiosidad por las cosas, debemos contarles con naturalidad, simplemente adaptando lenguaje y cantidad de información a su edad y su inquietud. Cuanto más naturalizamos los procesos biológicos como seres humanos, más contribuimos a cambiar la idea que tenemos de adultos de muchas cosas.
A.M.: A lo largo de todas sus páginas podemos ver lo importante que es esa díada entre mamá e hija, como ambas se preguntan y responden sobre emociones y cuestiones que van surgiendo del embarazo y el parto del bebé. ¿Crees que es importante que exista esta complicidad y haya una comunicación activa entre madres/padres e hijos?
N.O.: Creo que es ideal. Marisa ha reflejado en el cuento una relación preciosa entre una mamá y una hija. La niña comprende y acompaña a su mamá en su proceso de embarazo. Empatiza con ella y a la vez, por qué no, conecta con el bebé. Si esa niña fuese real, estoy segura de que en su vida adulta si decidiese tener hijos partiría de una base de confianza, conocimiento y menos miedo. Además de tener el apoyo de una madre que también lo ha vivido y compartido con naturalidad y emoción.
A.M.: ¿Consideras que es beneficioso hablar con nuestros hijos e hijas sobre todo el proceso del embarazo, el parto y cómo se crea una nueva vida, involucrándoles en el proceso y contándoles de una manera transparente la realidad? ¿Por qué?
N.O.: Creo que sí. Los niños son curiosos, se asombran, se emocionan. Si comparten, si comprenden y lo ven en dibujos lo interiorizan como un proceso fisiológico, que forma parte de la vida. No solo si van a …también para saber cómo nacieron ellos. Como vivieron dentro del cuerpo de mamá. Cómo salieron. Tanto si el parto fue vaginal como si fue por cesárea…honrar esa cicatriz en la barriga de su mamá. De adultos muchas personas no saben nada acerca de lo más básico, del inicio de la vida.
A.M.: Hay detalles muy significativos en cada una de las páginas, como por ejemplo la expresión de emociones, tanto en texto como en imagen, ¿crees que es un tema que debemos abordar a la hora de educar a nuestros niños y niñas? (Hablar de emociones de todo tipo, como el dolor, el miedo, la tristeza, la euforia, la ilusión…)
N.O.: Sí. Marisa consiguió expresar en las caras de los personajes diferentes emociones. Alegría, cansancio, dolor, empatía, concentración, felicidad…los niños comprenden ese lenguaje. Hay una imagen donde la madre pasa una contracción y su cara expresa ciertamente dolor. La niña la mira entre preocupada y fascinada. Hubo dudas sobre si cambiar la expresión, por los niños, y yo pedí dejarla así, porque es real sin ser nada malo. Una de las cosas que transmite el libro es que durante el parto mamá va a tener dolor, pero sin sufrimiento, está en camino a recibir a su bebé.
A.M.: Nuestra sociedad tiene a su alcance mucha información y va siendo más consciente de educar y sembrar en las nuevas generaciones y hablar con naturalidad sobre temas que antes eran tabú, como la sexualidad, el parto o la lactancia, ¿observas este cambio en tu día a día profesional y personal? ¿Has notado un cambio a lo largo de tu trayectoria como matrona? ¿Acuden a ti las familias con mayor información que años atrás?
N.O.: No sabría decirte… creo que hay un grupo social muy consciente, que crece, muy presente en la crianza, con inquietudes por normalizar estos temas, y eso se hace muchas veces simplemente visibilizando, no escondiéndote por ejemplo para dar de mamar. Hay más cuentos, libros y recursos para ello. Pero en mi día a día, siento que esto sigue siendo una minoría. Incluso hay un exceso de información. Muchísimo ruido. Información contradictoria, divulgación a veces de personas que no tienen experiencia en lo que divulgan (algo muy habitual en embarazo y parto), idealizan, desinforman y a veces las familias se encuentran con realidades que no esperaban.
Yo creo que necesitamos volver a tener un conocimiento propio, como seres humanos, como especie mamífera, como mujeres, como madres, que nos ayude a vivir de forma más tranquila la vida en general. Y que esto nos ayude a mejorar la asistencia y algunas prácticas clínicas, o la dependencia del sistema de Salud.