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Sylvia Plath (1932-1963) es una de las escritoras más admiradas del siglo XX. Poeta, novelista y autora de relatos, su obra se ha convertido en un clásico contemporáneo. Sus escritos, incluido su primer poemario, El coloso (1960), tuvieron una gran acogida, pero su máximo reconocimiento fue fruto de la publicación póstuma de su colección Ariel (1962). Póstumamente obtuvo también el premio Pulitzer por su poesía. Sylvia Plath se suicidó a los treinta años, tras una larga depresión. Un mes antes de su muerte salió a la luz la que sería su única novela y su obra más icónica, La campana de cristal.
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Emily Dickinson (Amherst, Massachusetts, 1830-1886) nació en el seno una familia rica y puritana de Nueva Inglaterra. Estudió en la academia de Amherst y en el seminario femenino de Mount Holyoke, cerca de Boston, pero su delicada salud y su rebeldía religiosa la llevaron a abandonar el curso antes de tiempo. Dickinson, que fue una joven activa y llena de vida, se encerró a los treinta años en la casa paterna y ya no salió. No obstante, mantuvo el contacto con los seres queridos a través de sus cartas, tan cuidadosamente elaboradas como sus poemas. Poco después de su encierro, habiéndose reafirmado en su vocación poética, escribió al periodista y crítico Thomas Higginson para saber si sus versos «estaban vivos». Pero el genio poético de Dickinson estaba muy por encima de las capacidades de su pobre «preceptor», quien le aconsejó no publicar. Las primeras selecciones de sus poemas fueron editadas póstumamente. Paradójicamente, estas corrieron a cargo del arrepentido Higginson y de la escritora Mabel Loomis Todd. Sus poemas gozaron de un inmediato reconocimiento popular. La crítica tardaría todavía muchos años en concederle el lugar que merece en la historia de la poesía universal.
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Nacida en la isla de Lesbos a finales del siglo VII a.C., la biografía de Safo es escasa y repleta de interrogantes. Residió la mayor parte de su vida en la isla griega, salvo un periodo de exilio en Sicilia motivado por las luchas de la aristocracia local. Perteneciente supuestamente a la aristocracia, se alejó como todas las mujeres de clase alta del contexto de luchas e intrigas políticas que asediaban la sociedad de esos momentos.
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Gabriela Mistral nació en Vicuña, Chile, en 1889, y murió en Nueva York en 1957. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1945 y el Premio Nacional de Literatura en 1951. Publicó los poemarios Desolación (1922), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954). Póstumamente aparecieron Poema de Chile (1967) y Almácigo (2016), entre otros. Fue también una ensayista y cronista cuya importancia es reivindicada cada vez más. En esa línea, Lumen ha publicado Niña errante (2010), su correspondencia con Doris Dana, y Caminando se siembra. Prosas inéditas (2013).
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Rosalía de Castro (1837-1885) fue una poetisa y novelista española que escribió tanto en gallego como en castellano. Es considerada una de las grandes poetas españolas del siglo XIX y un símbolo del pueblo gallego.
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Edna St. Vincent Millay nació en 1892 en Rockland (Maine, Estados Unidos) y se graduó en el Vassar College. De muy joven llevó una vida bohemia e independiente en el Greenwich Village de Nueva York. Bisexual, provocadora y con fuertes convicciones políticas, pronto empezó a publicar poesía y artículos periodísticos, y a hacerse un lugar en el panorama literario de la época. En 1912 estuvo viajando por Europa y coincidió en París con Djuna Barnes, con quien mantuvo una relación tempestuosa. Fue la segunda persona (y la primera mujer) en ganar el Premio Pulitzer de Poesía en 1923 como reconocimiento a la «Balada de la hilandera del arpa» y otros poemas anteriores. Ese mismo año se casó con Eugen Boissevain, con quien se fue a vivir a una finca que compraron en Austerlitz (Nueva York), y que hoy se conserva gracias a la Edna St. Vincent Millay Society. La relación de Edna y su marido era abierta y ambos tuvieron aventuras con otras personas. En 1943, St. Vincent Millay recibió la Medalla Robert Frost por su contribución a la poesía. Murió en 1950, poco después que su marido, tras sufrir una caída en su granja.
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Alfonsina Storni (Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es una de las más grandes poetas del continente sudamericano. Nacida en Suiza, vivió desde muy niña en Argentina, donde murió arrojándose al mar. Dotada de una exquisita sensibilidad y de un temperamento depresivo, plasmó en su poesía la intensa lucha interior, librada a lo largo de su vida, entre el ideal de justicia y nobleza que, a su entender, debía regir la vida de los seres humanos, y la realidad mediocre y poco grata que la rodeaba.
Seriamente preocupada por las desigualdades sociales, su talante marcadamente rebelde asoma en sus primeros libros de poemas: La inquietud del rosal (1916), El dulce año (1918) e Irremediablemente (1919). Ocre (1925), poemario considerado su obra maestra en opinión de la crítica especializada, y que gira en torno al sentimiento de fracaso ante el amor y la vida, inicia su segunda etapa poética, caracterizada por el abandono de las formas poéticas modernistas y el acercamiento a una estética basada en el uso de elementos simbólicos: El mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Menos musical, y acaso menos intimista, marcada por la voluntad reflexiva y por el impacto de las nuevas vanguardias, la última etapa poética de Alfonsina Storni es una muestra de una inquietud creativa que busca renovarse constantemente. Poesía de una intensa humanidad, está siempre presente en ella el indignado sentir de la autora frente a la injusta situación de la mujer en una sociedad regida por hombres.
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Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) fue la exponente novohispana más importante de México. Escribió poesía, teatro y prosa. En 1669 comenzó una vida monástica, que continuaría por el resto de su vida, lo cual le permitió dedicarse por completo al estudio y a la escritura. Ya que pertenecía a la corte de los virreyes, tuvo una serie de mecenas que le permitieron publicar sus primeras obras. Gracias a su talento, así como a las controversias que muchos de sus textos generaron en su círculo social, se volvió, junto a autores como Sigüenza y Góngora y Ruiz de Alarcón, una de las poetas más admiradas de la Colonia. Entre sus libros destacan Respuesta a sor Filotea de la Cruz, El divino Narciso, Los empeños de una casa y Amor es más laberinto. Murió a causa de una epidemia.
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