Virginia Feito: «El machismo de la época victoriana parece una parodia de sí mismo»
Pocos autores obtienen un éxito tan rotundo como el que cosechó en 2021 Virginia Feito con su debut, «La señora March». Superada la presión de escribir su segunda obra (sólo de pensarlo le salían contracturas), Feito nos habla de «Victorian Psycho» (Lumen, 2025), del mundo que rodeaba a las mujeres en tiempos de la Reina Victoria, de su fascinación por la mente humana, de cómo escribir en pandemia avivó en cierta manera la ira de su protagonista y de su aterrizaje en Hollywood de la mano de Margaret Qualley.
Por Marta Suárez

Virginia Feito. Crédito: Diego Lafuente.
Su frescura y su humor sarcástico atrapan desde el minuto uno. Conversando con ella, una no se imaginaría que Virginia Feito, madrileña nacida en 1988, ha recorrido el camino inverso a otros reconocidos autores españoles: primero llegó el éxito en EEUU (es bilingüe y escribe sus novelas en inglés) y después triunfó en casa y en otros países en los que la crítica la ha comparado con el icono del thriller Patricia Highsmith (El talento de Mr. Ripley, 1955).
Está ocupada (viajes a Inglaterra, Denver, promoción…), pero muy ilusionada. «Mi marido y yo siempre decimos que hay años de sembrar y hay años de recoger, y eso es lo que estoy haciendo ahora, priorizando incluso los proyectos de cine por encima del tercer libro», me cuenta. Esta ex publicista de estilo único -cabello pelirrojo y corte pixie estudiadamente desordenado- está convencida de que, de no haberse podido dedicar a la literatura, no hubiera podido ser plenamente feliz.
Asentada en Madrid desde hace 12 años tras vivir a lo largo de su vida a caballo entre París, Londres o Nueva York, me explica en qué punto están las adaptaciones al cine de sus dos novelas (La señora March y ahora Victorian Psycho) y me habla con sorprendente distancia de las dos mujeres que las protagonizan, sin conmoverse por los motivos que las mueven a actuar, resaltando los rasgos malvados de las perturbadoras señora March y señorita Winifred Notty.
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LENGUA: ¿Qué te ha llevado a ambientar tu última novela en la época victoriana?
Virginia Feito: Desde pequeña me encanta la literatura victoriana. Uno de los primeros libros que me obsesionaron fue El jardín secreto [de Frances Hodgson Burnett], ambientado en una casa de Yorkshire con gritos en la noche, que empieza con una epidemia de cólera y en el que todo el mundo ha muerto. Se flipa. Siempre me ha parecido muy romántico, muy acogedor y en cierto modo ridículo, porque son casas maravillosas muy grandes y ostentosas, con muchas alfombras y cosas así muy cozy. Y ahora que he madurado un poco veo que la época era muy dura y, por un lado me desgarra lo horrible que debía ser, pero por otro lado también me hace sentir nostalgia.
LENGUA: ¿De dónde surge la mezcla entre esa atmósfera gótica y la perturbadora psique de la protagonista de Victorian Psycho?
Virginia Feito: Supongo que inconscientemente pensé, ¿dónde puede ser este personaje más ofensivo? Y la época victoriana es la representación por excelencia de la represión, de la etiqueta y de la corrección moral a pesar de que tenían a los niños subidos en chimeneas y trabajando en las fábricas hasta medianoche. Y sobre la psique, desde el punto de vista de la Europa actual, me parece más ofensivo todavía. Es hasta admirable lo poco que le importa todo a la protagonista. Leyendo e investigando sobre la época me llegué a sentir muy agradecida de haberme librado de vivir en ella, de tener la suerte increíble de vivir en este país y en esta época. Otras veces sentía mucha rabia por lo cómo se trataba la mujer de una manera tan casual, con una crueldad tan indiferente que hasta me entraba la risa. El machismo de la época parece una parodia de sí mismo.

Virginia Feito. Crédito: Diego Lafuente.
LENGUA: Tanto la señorita Winifred Notty, protagonista de tu segunda novela, como la señora March, que lo fue de la primera, tienen un mundo interior oscuro, con zonas morales grises. ¿Qué te atrae de su psicología? ¿Es una ciencia que te interesa especialmente?
Virgina Feito: Mucho. Me fascina la psicología. De hecho, pensé en estudiar la carrera hasta que me dijeron que se exigían ciencias, y es que no puedo ser peor en ciencias. Pero desde el punto de vista amateur, desde pequeña me encanta la lectura de los seres humanos, me encanta cómo formamos personalidades diferentes los unos de los otros y las decisiones que tomamos conscientes o inconscientes.
LENGUA: ¿Cómo influyó el contexto de la pandemia en tu proceso creativo? Empezaste a escribir recién confinada, en un momento en que la salud mental se convirtió en un tema central del debate público. ¿Sentiste que esa atmósfera impregnó tu obra?
Virginia Feito: Sí, fue surrealista y había un cierto elemento gótico porque estuvimos todos encerrados en nuestras casas volviéndonos locos como las mujeres de la época victoriana (los hombres no, ¡ellos estaban bien!). No me daba cuenta, pero sí que me afectaba y ahora noto que sentía cierta ira. Yo tuve la suerte de estar bien, de poder seguir trabajando y de no estar enferma, pero me estaba volviendo un poco loca. Me acabó dando mucho miedo salir. El primer día que volví al supermercado fue como enfrentarme a una plaga con los guantes y la mascarilla puestos. Sin duda el ambiente de la pandemia contagió la escritura de esta novela y cierta ira y frustración se metieron en Winifred.
«Escribo como yo me lo imagino y bebo tanto del cine que para escribir una escena y describir obsesivamente cada detalle que hay en una habitación tengo que imaginármelo visualmente como en el plano de una película».
LENGUA: Tus protagonistas, que están un poco piradas o, digamos, que son un poco malvadas, tienen una cara B en la que también descubrimos a una víctima.
Virginia Feito: Winifred es una villana. Lo que pasa es que ha tenido una infancia terrible y eso es deleznable. Con ella encontré la voz, una voz que me enamoró y me dio la motivación para escribir el libro entero. Porque al final los dos libros son estudios de personajes. Más allá de lo que les pase a ella y a la señora March, la historia son ellas, es su psique. Las dos están muy malitas, deberían (quizá) ingresar en un psiquiátrico. Y es irónico, porque en la época victoriana ingresaban a todas las mujeres, ¡a todas! Y justo Notty, a quien deberían conducir rápidamente en un carruaje y encadenarla a una pared, se libra. Pero ella y la señora March son polos opuestos, en cierto modo están conectadas como la noche y el día: a una le importa todo muchísimo y a la otra no le importa absolutamente nada la opinión de los demás. Y luego tienen tendencia a la ira [ríe], y son irascibles. Winifred Notty tiene mucho más sentido del humor mientras que la señora March no tenía nada, y a mí, la verdad, me caía fatal. Es que no podía con ella ya.
LENGUA: Ese sentido del humor ayuda a Notty ante el juicio del lector.
Virginia Feito: Es que tiene razón en muchas cosas. Eso no quita que sea una villana y que deberíamos pararle los pies inmediatamente. Pero sí, creo que en ese aspecto era yo haciendo stand-up comedy constantemente (es que yo me inmolo por un buen chiste, no lo puedo evitar). Bueno, Notty nos está manipulando como buena psicópata.
LENGUA: Aunque la retrates como villana, es inevitable tener un punto de compasión hacia ella.
Virginia Feito: A mí me gusta que haya confusión con la moralidad y con los valores de cada uno. Y lo que más me fascina es la personalidad de cada ser humano y los límites de cada uno. A mí la señora March me caía peor que Winifred, aunque esta sea peor persona. Notty es como el diablo, es el mal absoluto a pesar de lo graciosa que es, que eso no se lo quita nadie.

Virginia Feito. Crédito: Diego Lafuente.
LENGUA: En tu literatura, el señor March y el señor Pounds son en cierta manera inductores del mal, pero de manera casi accesoria, sin mucho protagonismo. Ese hecho lleva a pensar en el revisionismo cultural actual feminista en el que ahora conocemos la intrahistoria de algunas malvadas tradicionales (Maléfica, Wicked) en la que se nos explican otras causas por las que actuaron así.
Virginia Feito: Es un hecho, el machismo y el patriarcado existen. Yo he escogido a dos personajes femeninos y a ellas les afecta. Hubo una versión de Victorian Psycho en la que me metía en la vida del señor Pounds, exploraba su infancia y era muy, muy jodida porque veías lo que fue ser un niño en esta casa gótica con una familia abusiva, por muy privilegiada que fuera. Y a lo mejor eso hubiese inspirado cierta pena, pero al final lo quité por razones estilísticas. No sé si es justo decir que él ha originado todo esto porque Notty, al fin y al cabo, está tan loca que se cree que la van a querer por cómo es, y se enfada mucho cuando ve que no es así. Esta señora es una psicópata sin autocrítica, en realidad no está muy presente en la movida, pero al escribir desde el punto de vista femenino es casi imposible no valorar el efecto que tiene sobre la mujer la sociedad. En La señora March el marido era un misterio y ella había estado actuando tanto tiempo que ya no se conocían el uno al otro.
LENGUA: ¿Y qué nos puedes decir del papel de la señora Pounds, con sus celos y su resentimiento sin matices?
Virginia Feito: La vemos así porque Winifred nos muestra todo desde su punto de vista sesgado. Pero obviamente hay más complejidad en la señora Pounds, y a saber lo que ha sufrido también, porque hay momentos en los que se dice que ocho de sus hijos murieron, o sea que tiene un pasado muy torturado.
LENGUA: Hay un personaje en Victorian Psycho muy inquietante, Drusilla, la hija de los señores Pounds. ¿Podría protagonizar un spin-off?
Virginia Feito: Sí, totalmente. Es una niña repelente a la que al principio descarté cuando estaba escribiendo porque pensé que no tenía interés. Luego, poco a poco, me fue intrigando más. Y, coño, esta niña tiene muchas sorpresas y mucha vida interior. Ha sido lista, ha aprendido a reprimirse desde muy pequeñita y en las clases altas le va a ir bien. Y a ver qué tal juega con su oscuridad, que sabe manejar de manera más estratégica que Winifred, que es una bruta.
«A mí me gusta que haya confusión con la moralidad y con los valores de cada uno. Y lo que más me fascina es la personalidad de cada ser humano y los límites de cada uno. Por ejemplo, a mí la señora March me caía peor que Winifred, aunque esta sea peor persona...».
LENGUA: Victorian Psycho evoca muchas imágenes cinematográficas. ¿Crees que es una herencia de tus trabajos anteriores en publicidad?
Virginia Feito: Totalmente. No es que lo escriba pensando en que algún día esto será una película, porque nunca sabes qué quieren en Hollywood, es que me sale solo: escribo como yo me lo imagino y bebo tanto del cine que para escribir una escena y describir obsesivamente cada detalle que hay en una habitación tengo que imaginármelo visualmente como en el plano de una película. Por suerte no puedo evitarlo porque en Hollywood ha gustado y, que tengan la visión para la adaptación, ayuda.
LENGUA: ¿Participas en la adaptación de Victorian Psycho al cine?
Virginia Feito: Sí, el guion ya está escrito, va muy rápido, más que el de La señora March, que todavía estoy escribiendo. Es curioso que se adelante la segunda novela a la primera, pero es que la segunda es indie y lleva una velocidad distinta a la anterior, que está en manos de un estudio importante.
LENGUA: ¿Cómo está siendo la experiencia de trabajar en la industria del cine?
Virginia Feito: Es tan increíble que casi no me lo acabo de creer. Es un sueño, me lo estoy pasando genial y a veces me da miedo que llegue una llamada del tipo «lo sentimos muchísimo, al final se cancela el proyecto».

Virginia Feito. Crédito: Diego Lafuente.
LENGUA: ¿Cómo te afecta, como autora, saber que tu obra tiene un alcance internacional?
Virginia Feito: La señora March me dio mucha presión, me dan contracturas sólo de pensarlo, no sé qué voy a hacer con el tercero, yo creo que ya paro [se ríe]. Es una maravilla increíble. Y me lo estoy pasando muy bien con los guiones. A Hollywood voy más tímida, voy a aprender, porque han confiado en mí y no quiero decepcionarles porque esto no lo he hecho nunca.
LENGUA: ¿Has conocido a la actriz Margaret Qualley, que protagonizará la adaptación en EEUU?
Virginia Feito: No, yo creo que la están protegiendo de mí. «¡Alejadla!», le dirán, por si voy a ir a seducirla agresivamente [se ríe a carcajadas]. Pero sí, tengo ganas de ir al set y conocerla, con respeto y distancia para que no me denuncie.
LENGUA: ¿El proceso de escribir esta novela ha sido muy distinto al anterior?
Virginia Feito: Sí, con Victorian Psycho he tardado el doble por la investigación, porque se me estaba resistiendo y no la acababa de agarrar. Con La señora March tardé un año (estaba enfocada exclusivamente a ello y echo de menos trabajar así) y con este tardé dos en escribir sólo el primer borrador. En realidad, por suerte ahora tengo más cosas y proyectos y es normal tener menos tiempo.
LENGUA: Leyendo La señora March, habrá quien haya pensado en tu entorno en quién te has inspirado para la protagonista...
Virginia Feito: Sí que me lo preguntaban mucho, pero yo no funciono así.
LENGUA: Teniendo en cuenta esa dualidad que te caracteriza de madrileña medio británica, ¿te planteas ambientar algún libro en España?
Virginia Feito: Absolutamente. Me encantaría escribir un libro en inglés ambientado en la España de los 90. Además los 90 fueron mi época, que ahora está muy de moda -aunque por lo visto quienes lo vivimos ya somos viejos-. Me pregunto cómo sería luego la traducción, porque tendría que explicar cosas que para nosotras son obvias, como por qué tomamos doce uvas con las campanadas… tendría que ver la manera de hacerlo, pero me encantaría enseñárselo a los americanos, que siempre buscan voces exóticas y aprender sobre nuestras tradiciones.
Premio Nobel de Literatura 2024