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Zipi y Zape son los niños que todos quisiéramos ser y, me atrevo a pensar, los hijos que todos quisiéramos tener, aunque en ocasiones Don Pantuflo y Doña Jaimita, sus estimados padre y madre, a causa de sus infinitas tropelías les impongan castigos inimaginables, como el cuarto de los ratones, conocido por varias generaciones.Nacieron en 1948 en la revista Pulgarcito, para arrancar las sonrisas y las risas de losniños de una época oscura y gris, y acompañarlos en la soledad juvenil, con la crítica social y familiar como lectura entrelineada. ¿Cuántos saben los castigos que Don Pantuflo les infligía en los primeros años de su tierna existencia? Sin remilgos ni compasiones paternales, Zipi y Zape eran castigados a crueldades sumarísimas; juzguen ustedes mismos: la hoguera, la guillotina, ser atados en la vía del tren o debajo de una apisonadora, por enumerar algunos. Claro que, con el paso del tiempo, estos castigos fueron aminorando, hasta que llegó la época más boyante de Zipi y Zape, y ahí se pasaron alguna década entrando y saliendo del cuarto de los ratones, para luego acabar siendo simplemente perseguidos por sus progenitores, entre otros, más o menos coléricos, pero sin más consecuencia. ¡