Catalogaría a este libro como uno de esos que no te esperas que te conmuevan tanto como lo hacen, lo logran con pequeñas cosas, haciéndolo más sorprendente aún.Albie Stephen Bright, nombrado así por los dos científicos favoritos de sus padres Albert Einstein y Stephen Hawking, pierde a su madre de cáncer y, con el impulso de su padre, intentará encontrarla gracias a la física cuántica. El principal impulsor de la trama es que a Albie no le gusta la vida que lleva: su madre murió, su abuelo Joe y su padre están muy tristes y lo descargan de formas diferentes, su abuelo quejándose y lamentándose y su padre enfrascado en su trabajo, y en la escuela nadie lo entiende; cuando este último le comenta, de forma compleja, que la física cuántica podría ayudarlo a encontrar a su madre en una dimensión desconocida para todos. Esto hará que Albie se ponga manos a la obra.Después de encontrar la computadora de trabajo de su madre (porque ambos padres de Albie son científicos reconocidos, trabajaban en el CERN, donde está la máquina de Dios, pueden leer un poco más de ella AQUÍ), que toma información del Gran Colisionador de Hadrones, un contador Geiger y una simple banana, Albie se aventurará en recorrer universos paralelos, donde apenas un pequeño cambio hará la diferencia entre su universo y el que está visitando, en busca de uno en el que su madre siga viva.Desde el comienzo sabemos el final, la madre de Albie, Charlotte, está muerta y él lo sabe pero no significa que uno se sienta alejado de su búsqueda, para quienes hemos perdido alguien querido, el solo hecho de poder verlo al menos una vez más (esto creo que sigue la lógica de la última película de Pixar, Coco) es todo. Lo único que él quiere es volver a ver a su madre como cuando estaba sana y en el camino se encontrará con respuestas no solo relacionada con su mamá sino con sus amigos, su padre e incluso su abuelo.Este middle grade logró algo que otros no habían conseguido, ni siquiera 'La lección de August' que es hacerme emocionar, hacia el final la angustia que Albie siente al encontrarse vagando por mundos paralelos, el hecho que la muerte de su madre lo haya hecho reflexionar sobre todo la relación con su padre me hizo acordar a mi experiencia, en no seguir las etapas marcadas que tiene el duelo. Puede parecer una lectura para un público más joven pero tiene una profundidad que hace que sea para cualquier edad. Albie es un pequeño valiente y a veces un poco testarudo pero quién no lo es a su edad, los personajes secundarios como su padre y el abuelo Joe son igual de reales, muestran cómo a veces, más para los varones, se tiene esta idea de que no hay que mostrar los sentimientos, se los aguantan hasta que en algún punto no pueden más y desquitan su bronca en cosas que no son verdaderas o incluso entre ellos.Al ser un libro dirigido a un público más joven, digamos de uno de entre doce y ocho años, se lee en un suspiro, creo que habré tardado unas cuatro horas en terminarlo pero esto no significa que no haya cumplido mis expectativas (uno a veces confunde que un libro corto no puede tener la profundidad necesaria): la facilidad en el lenguaje, la candidez de la voz de Albie, sorprendiéndose por la cantidad de cosas fantásticas que le suceden, es un niño, así que nos da una visión completamente honesta de lo que le pasa y lo que siente. No hay momentos que sobren ni que falten, tiene la extensión justa, nos deja conocer a Albie en su universo y todos los otros que visita, a sus compañeros, a su familia.
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