Invierno de 1537, Inglaterra. En una época de revolución que experimenta los mayores cambios desde 1066, Enrique VIII se ha proclamado Jefe Supremo de la Iglesia. El país se despierta con nuevas leyes salvajes, juicios amañados y la mayor red de informadores jamás vista. Bajo las órdenes de Thomas Cromwell, la peligrosa y todopoderosa mano derecha del rey, un equipo de comisionad...
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Invierno de 1537, Inglaterra. En una época de revolución que experimenta los mayores cambios desde 1066, Enrique VIII se ha proclamado Jefe Supremo de la Iglesia. El país se despierta con nuevas leyes salvajes, juicios amañados y la mayor red de informadores jamás vista. Bajo las órdenes de Thomas Cromwell, la peligrosa y todopoderosa mano derecha del rey, un equipo de comisionados es enviado por todo el país para investigar los monasterios. Una investigación que sólo puede arrojar un resultado: la disolución.
Pero en la costa de Sussex, en el monasterio de Scarnsea, los acontecimientos están fuera de control. El comisionado de Cromwell, Robin Singleton, ha sido encontrado muerto con la cabeza amputada, un horrible asesinato que ha ido acompañado de actos de sacrilegio igualmente siniestros, como un gallo negro sacrificado en el altar y la desaparición de la Gran Reliquia de Scarnsea. El abogado Matthew Shardlake, un reformista de aguda inteligencia y carácter noble que ha sido enviado por Cromwell para descubrir la verdad tras los oscuros sucesos, pronto se verá obligado a cuestionar todo lo que oye y, aún más, aquello en lo que cree firmemente.
La crítica ha dicho:
«Extraordinaria. [...] Las imágenes, las voces y los olores mismos de una época turbulenta parecen cobrar vida a cada página».
P.D. James
«Sin duda, las mejores novelas de la época Tudor».
The Sunday Times
«Combina apasionantes detalles históricos con un misterio de asesinato de primera clase. Una novela realmente fascinante».
The Independent
«Sansom tiene más talento para recrear los detalles de época que la mayoría de sus contemporáneos, y su interpretación del invierno de los Tudor hace que busques gruesas mantas de lana».
The Guardian
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