Reinas sin reglas

Bàrbara Munar

Fragmento

cap-1

Introducción

Somos dueñas de nuestra menopausia

Pese a que vivimos más de un tercio de nuestra vida sin menstruar,[1] la menopausia y el climaterio son los grandes desconocidos para la mayoría de las mujeres: son temas tabú, poco estudiados y envueltos en grandes mitos, generalmente negativos.

Por experiencia en consulta sé que son muy pocas las privilegiadas que saben cómo vivió la menopausia su madre. Podemos tener alguna idea, pero no recuerdos claros de conversaciones abiertas en las que ella nos explicara cómo se sentía, qué cambios notaba, qué remedios utilizaba para mejorar sus síntomas... Esto sucedía (y sucede) porque relacionaban la menopausia con la vergüenza y con el final de la feminidad. Durante siglos, fruto de estos pensamientos, la experiencia menopáusica nacía y moría en cada mujer guardada bajo llave, como un secreto feo que había que esconder de la sociedad. En estas páginas quiero hacer un poco de mamá para todas las generaciones que seguimos huérfanas de información válida, científica y contrastada, para ayudarnos a entrar con buen pie en esta etapa y vivir una menopausia libre, feliz y plena como verdaderas reinas sin reglas.

Para ello, hemos de conocer el concepto «menopausia», que, por supuesto, no es una enfermedad, sino un estado fisiológico como el embarazo o la adolescencia. Desde el punto de vista fisiológico es el estado en el que dejamos de ovular y, por tanto, de menstruar; podemos decir que estamos en la menopausia doce meses después de nuestra última regla, lo que suele suceder alrededor de los 50 años. El climaterio, en cambio, es un periodo de tiempo mucho más amplio que engloba diferentes etapas: premenopausia, perimenopausia, menopausia y posmenopausia. Si la menopausia dura un día, el climaterio, en cambio, puede durar hasta veinticinco años, de los 40 a los 65.

• El fallo ovárico prematuro, o la insuficiencia ovárica primaria, sucede cuando dejamos de tener la regla antes de los 40 años; en la mayoría de los casos se desconoce la causa de esta insuficiencia ovárica.

• La menopausia precoz es cuando dejamos de tener el periodo entre los 40 y los 45 años.

• La premenopausia son los años previos a la menopausia en los que podemos notar algunos síntomas (o no). Puede durar entre cinco y siete años.

• La perimenopausia o transición menopáusica también puede durar entre cinco y siete años. Suele empezar cuatro o cinco años antes del cese de la menstruación y acabar dos o tres años después del fin de la menopausia. Esta etapa puede transcurrir (o no) con más sintomatología.

• La menopausia es el día en que nos viene la última regla, pero sabemos que estamos en la menopausia con retrospectiva, es decir, un año después del último sangrado. De manera que si hoy es el primer día de tu última regla, ya estás en la menopausia, pero no lo sabrás hasta de aquí un año. En España se da hacia los 50 o 51 años.

• La posmenopausia es la segunda etapa más larga después del climaterio. Empieza tras la menopausia y puede durar hasta los 65-70 años, cuando empezaría la senescencia.

• Curiosidad: El término «climaterio» todavía hoy es muy desconocido para la mayoría de las mujeres, de manera que los profesionales solemos utilizar los conceptos de «menopausia» y «climaterio» como sinónimos. De hecho, a lo largo de estas páginas, en muchas ocasiones utilizaré ambos términos como sinónimos.

Para que quede claro, la vida fértil de una mujer dura una media de entre treinta y ocho y cuarenta años, y vivimos sin menstruar una media de treinta y cinco años, prácticamente el mismo tiempo que tenemos la regla. Sin embargo, poco se habla de la menopausia, y llegamos a ella con infinidad de interrogantes y miedos que nos condicionan.

Debemos saber que durante el climaterio se producen cambios evidentes. Nuestro sistema hormonal se modifica y, a causa de estas variaciones, se producen cambios físicos y psicológicos. Pese a ellos, capítulo a capítulo iremos viendo que la menopausia no es tan desagradable como la imaginamos y que puede ser una etapa maravillosa. En gran medida dependerá de nuestra actitud ante ella, de la información que manejemos y de nuestro estilo de vida. No hay más misterios. Siempre comento a mis pacientes que la mayor baza que tenemos en esta etapa es el conocimiento, porque el entendimiento del proceso nos ayudará a tomar conciencia y a realizar los cambios necesarios en nuestra alimentación y estilo de vida.

Muchas pacientes me explican que se sienten desorientadas en esta etapa, que acuden a profesionales que no las entienden y que les falta información. Estoy de acuerdo con ellas en que, pese a que hemos mejorado, queda mucho por hacer, pero también les hago esta pregunta: «¿Hablas de la menopausia y del climaterio?». El 95 por ciento responde que no habla con su entorno de cómo se siente, de cómo se encuentra, de los cambios que nota a nivel físico y de su estado anímico, de manera que seguimos repitiendo el error de nuestras madres: guardarnos la menopausia para nosotras. Como mujeres, tenemos la responsabilidad de transmitir nuestra experiencia para ayudarnos; esa sororidad que está tan en boga debemos ponerla en práctica empezando por hablar de cómo nos sentimos con nuestras amigas, parejas, entorno de trabajo... Esta normalización hará que tomemos conciencia de que todos estos cambios que notamos y vivimos son habituales y harán que nos sintamos más seguras del proceso.

Es cierto que, a lo largo de la historia, se ha relacionado la menopausia con la vejez, hecho que tenía un cierto sentido cuando la esperanza de vida estaba en los 60 años, muy cerca de la edad en que dejamos de menstruar, pero hoy, cuando dejamos de tener la regla, nos queda más de un tercio de la vida por disfrutar, de modo que es erróneo pensar que somos viejas y que «estamos acabadas», como me han dicho algunas pacientes en la consulta. Es una etapa más, una segunda adolescencia en la que se producen cambios, pero tenemos a nuestro favor que cada vez hay más profesionales sensibilizados con esta etapa y que estamos viviendo el climaterio en unos años en que la comunidad científica nos escucha y aboga por estudiar este proceso para ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida.

En este libro aprenderás lo que le sucede a nuestro cuerpo y estado de ánimo a partir de los 40 años y qué hacer para que los cambios que vamos a padecer, o que padecemos, nos afecten lo menos posible.

En estos años se produce un proceso de pérdida de masa muscular, enlentecimiento del metabolismo, resistencia a la insulina, sofocos, cambios de humor, aumento de grasa, pérdida de tono, etc. que se pueden mejorar con un estilo de vida y alimentación que te enseñaré en los siguientes capítulos. Todos estos signos y síntomas son reales, y hemos de aceptarlos, pero no resignarnos. Con información, conociendo los síntomas con antelación y cuidando nuestra alimentación y estilo de vida, podemos hacer un gran trabajo de prevención que nos ayudará al desarrollo de nuestro potencial y a sentir que somos dueñas de nuestra menopausia.

Como verás, podrás comer de todo libre de culpa. Cuando aumentamos de peso o tenemos más grasa localizada, el problema no lo genera un solo alimento, sino nuestro estilo de vida, que suele ser sedentario, con exceso de alc

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