Un día le pedí que me explicara por qué se me arrugan los dedos al bañarme. Después le fui haciendo preguntas más difíciles, como: ¿Se tiraban pedos los dinosaurios? ¿¡Qué hago para que se me pase el hipo!? ¿Por qué la gente tiene distinto color de piel? Y por supuesto, ¿¡qué son los mocos!?
Lo mejor es que sus respuestas son como un cuento. Y que cuando conversamos lo pasamos en gr...
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Un día le pedí que me explicara por qué se me arrugan los dedos al bañarme. Después le fui haciendo preguntas más difíciles, como: ¿Se tiraban pedos los dinosaurios? ¿¡Qué hago para que se me pase el hipo!? ¿Por qué la gente tiene distinto color de piel? Y por supuesto, ¿¡qué son los mocos!?
Lo mejor es que sus respuestas son como un cuento. Y que cuando conversamos lo pasamos en grande.
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