De vez en cuando, me encanta leer libros que solo te exijan que devores página tras página solo para poder saber más, avanzar en la historia sin control, sin pensar, dejándote llevar por una trama trepidante. Son lecturas frescas, ágiles, sin pretensiones, ideales para quemarse al sol. Y este es el caso. Un thriller lleno de acción y misterio con buenas dosis de tensión, de intriga y suspense, con un ritmo intenso, ideal para poder leer sus más de 450 páginas casi sin darte cuenta.En este caso, además, te quedas con la mosca detrás de la oreja. Porque el tema que se plantea es una duda trascendental fruto de debate en, yo diría, todas las corrientes filosóficas y todas las religiones del mundo, por mucho que digan que lo tienen claro: ¿existe el libre albedrío o todo está escrito?El protagonista es Will Dando, un joven músico (sin éxito) que una noche sueña, o sufre una revelación, o como se prefiera describirlo (dependerá de cada confesión), con 108 hechos que se van a producir en el futuro, 108 predicciones que se le quedan grabadas en el cerebro y que, además, descubre que son ciertas a medida que verifica que se van cumpliendo. Algunas de las profecías parecen hechos sin importancia, cosas que le sucederán a gente anónima, sin ninguna relevancia aparente, pero otras son importantes, muy importantes, y la diferencia entre darlas a conocer o mantenerse en silencio puede suponer salvarle la vida a miles de personas. ¿Qué haríais? Es un buen dilema moral que plantea muchas dudas, pero Will lo consulta con su amigo Hamza y toman una decisión, cuelgan un sitio web, el Sitio, donde publican algunas de esas predicciones. Y entonces todo se precipita, su vida da un giro radical y el mundo empieza a sumirse en un caos sin control hacia un final que puede ser terrible. Will tiene la clave para pararlo, mientras las predicciones se van cumpliendo, una tras otra, sin errores ni retrasos. Por mucho que traten de cambiar las cosas.Naturalmente, en este tipo de relatos en los que la humanidad entera depende de las decisiones de un joven con un don que no ha pedido, hay que estar abierto a bloquear nuestra incredulidad y activarse en el modo: vale, me lo creo, vamos a pasar un buen rato. Si sois de este tipo de lectores, disfrutaréis mucho. Al menos, yo lo he hecho. Charles Soule viene del mundo del cómic y se nota su buen manejo del ritmo narrativo para mantener al lector enganchado y en tensión.Después os quedará el regustillo del debate, de la la duda sobre una cuestión tan trascendental sobre nuestro destino y nuestra capacidad de poder cambiarlo. Tenemos capacidad de decisión, sí, tenemos libre albedrío pero
cada vez que escogemos una opción, ¿es realmente una elección personal o simplemente estamos siguiendo un camino que ya estaba más que previsto? Yo me quedo con el hecho de que he disfrutado con la novela.
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