Paralelo 42 (Trilogía USA 1)

John Dos Passos

Fragmento

Prólogo

PRÓLOGO

Manhattan Transfer, la novela emblemática de John Dos Passos, transporta al lector a las dos primeras décadas del siglo XX y a un escenario muy concreto: Nueva York. Pero Nueva York no es tanto el escenario como el verdadero protagonista de la novela. Una Nueva York en plena transformación, que crecía a un ritmo vertiginoso y acogía cada día a cientos, miles de emigrantes atraídos por la nueva tierra de promisión y llegados de todos los rincones del país y todos los países del mundo. Una Nueva York en la que, como dice uno de los personajes, «nadie es de aquí». Una Nueva York que se nos hace presente con todos los elementos que por aquellos años la configuraron como ciudad y la caracterizaron para siempre: con sus letreros luminosos, sus bocas de metro, sus ascensores y sus puertas giratorias, sus muelles, sus ferries, sus tranvías, sus chimeneas, y también, por supuesto, con sus inevitables rascacielos... Con Manhattan Transfer, Dos Passos aspiraba a hacer su particular Comedia humana, una novela total, exhaustiva, una especie de arca de Noé en la que convivieran y estuvieran representadas todas las clases sociales, las razas, los credos políticos, las profesiones, las experiencias, las situaciones..., y sus únicos límites eran los de la propia ciudad. El siguiente gran proyecto del escritor fue la trilogía USA, en la que esos límites se rebasaban ampliamente. Si con Manhattan Transfer había hecho la novela total sobre Nueva York, con USA quiso hacer la novela total sobre los Estados Unidos. Suele decirse que todo novelista estadounidense se propone en un momento u otro escribir la Gran Novela Americana. Dos Passos lo intentó con USA, y está claro que lo consiguió: cualquier lector reconocerá en ésta una obra mayor, acaso la mayor de las suyas.

El célebre crítico literario Edmund Wilson, en una carta escrita en agosto de 1929 (es decir, cuando todavía Dos Passos no había concluido la redacción de la primera parte de la trilogía), demostraba estar muy al corriente del proyecto, y lo definía como «una novela gigantesca acerca de la americanización del mundo occidental». Sin duda, ese tema estaba ya presente en Manhattan Transfer. Y no sólo como tema: también como forma. En un período de grandes innovaciones artísticas y literarias, que respondían en buena medida a la fractura histórica y cultural provocada por la Primera Guerra Mundial, Dos Passos asumió como propia la misión de adaptar el género novelístico a las nuevas coordenadas geopolíticas. Si la realidad había cambiado, también la novela debía cambiar. Los nuevos modelos de ciudad y las nuevas formas de vida exigían una nueva representación literaria, y John Dos Passos, con su novela Manhattan Transfer y su trilogía USA, venía a certificar la defunción del mito europeo. En palabras de Edmund Wilson, el mundo occidental se había americanizado.

Manhattan Transfer se publicó por primera vez en 1925. Dos años después, en la primavera de 1927, empezó Dos Passos a trabajar en la redacción de Paralelo 42. Parece ser que en principio la novela fue concebida de forma autónoma, y que la decisión de convertirla en primera parte de un ciclo más amplio se habría ido imponiendo sobre la marcha a medida que crecían las aspiraciones de Dos Passos y el material acopiado amenazaba con desbordar sus previsiones iniciales. Diez años más tarde, en 1937, el autor volvería la mirada sobre el conjunto ya acabado y destacaría su carácter unitario al definirlo como «un largo relato que trata de las vidas más o menos enredadas de cierto número de americanos durante las primeras tres décadas del presente siglo».

Lo que en ningún momento se modificó fue la intención original de cimentar la obra sobre personajes y acontecimientos tomados de la realidad. La idea de Dos Passos era construir sus historias con los materiales propios del reportaje o, lo que es lo mismo, incorporar la no ficción para en último término producir ficción. Su propuesta narrativa consistía en mezclar Historia y ficción, para por esa vía lograr, como recuerda Townsend Ludington, su objetivo de realizar «un comentario contemporáneo sobre los cambios históricos, vistos siempre desde una perspectiva individual». Para los escritores como Dos Passos, el novelista no sólo no debe renunciar a su vocación de cronista de su sociedad y de su tiempo, sino que entre sus principales misiones está precisamente la de reflejar la época que le ha tocado vivir, y en las tres novelas de USA, como en muchas otras del autor, se tiene la sensación de que las fronteras entre el trabajo del historiador y el del novelista se desdibujan y confunden. Por eso en USA no puede extrañar la reiterada inserción de la sección llamada «Noticiario», en la que, con una técnica cercana al collage, se reúnen titulares periodísticos, fragmentos de noticias, canciones populares...: en definitiva, elementos de la realidad que ayudan a fijar el marco histórico en el que se mueven los personajes. Éstos, los personajes, no son seres aislados, criaturas ajenas a su realidad social y a su época, y sus destinos están en gran medida determinados por un destino más amplio, el destino de todos: ¿acaso no es precisamente el conflicto entre el destino individual y el colectivo uno de los principales temas de la novela realista?

Pero, pese a esas cuñas en las que la realidad histórica se nos presenta sin maquillaje alguno, el peso de la novela lo sostienen los personajes de ficción. Está Mac, impresor de ideas socialistas que decide viajar al México revolucionario. Está Janey, que intenta salir adelante trabajando como secretaria. Está John Ward Moorehouse, quien, gracias a las relaciones establecidas tras dos matrimonios ventajosos, consigue entrar en el mundo de los negocios y acaba montando una agencia desde la que defender la cooperación entre patronos y obreros. Está también Eleanor Stoddard, una joven de sensibilidad artística y serios problemas de relación con los hombres que se abre camino en el sector de la decoración. Y está Charley Anderson, un mecánico que, tras largos vagabundeos, opta por alistarse en el ejército... En un momento u otro, sus historias se acaban cruzando, y el nexo de unión entre ellas siempre tiene algo que ver con alguna actividad de John Ward Moorehouse. Pero lo que de verdad une las trayectorias de unos y otros es el propósito común de escapar a la pobreza. Uno de los temas centrales es, por tanto, el de la lucha por la vida, y el libro puede leerse como una novela de novelas en la que el autor recurre una y otra vez al mismo esquema, el de la novela de aprendizaje. ¿Qué mejor que el relato de formación para reflejar un país que está precisamente en fase de formación, haciéndose y rehaciéndose a sí mismo cada día?

Algunos de los personajes del libro aspiran a cambiar la sociedad para hacerla más igualitaria y más justa. Otros, por el contrario, prefieren integrarse en ella y aprovechar las posibilidades que ofrece para ascender en el escalafón social. Si la peripecia de aquéllos nos acerca a un paisaje de m

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Product added to wishlist