Antes (y después) de convertirse en leyenda, Josephine Baker tuvo muchas vidas: fue la niña que trabajaba de criada para tiránicos patrones blancos para aliviar la sangrada economía familiar, la aventurera que cruzó el Atlántico para conquistar los escenarios parisinos, estrella del Folies Bergère, musa de los surrealistas, espía de las tropas aliadas, activista política y madre adoptiva de doce niños de los cinco continentes. Jean-Claude Bouillon-Baker, el quinto miembro de la fraternal tribu arcoíris que alumbró la bailarina más iconográfica del siglo XX, ahonda en la memoria de su madre en «Josephine Baker» (Salamandra Graphic), una excepcional biografía en cómic fruto de su tesón, su investigación y sus recuerdos.