«El hecho de que Garro no haya ingresado del todo a las listas de lecturas obligatorias hace que menos lectoras y lectores conozcan sus libros, pero la mayoría de quienes sí la leen lo hacen porque se les pega la gana, no porque algún señor profesor se los ordene», escribe Jazmina Barrera en el prólogo de «Novelas breves» (Alfaguara), una colección de textos de Elena Garro recopilados ahora con el objetivo de (volver a) poner en valor a la escritora mexicana. Barrera, en las líneas introductorias del libro, líneas que reproducimos íntegras a continuación, exige reivindicar a Elena Garro como la autora excepcional que siempre ha sido, lo cual queda patente en las siete novelas breves que componen la colección (que son mucho más que un apéndice de la obra de Garro): «La casa junto al río», «Y Matarazo no llamó...», «Inés», «Un corazón en un bote de basura», «Busca mi esquela», «Primer amor» y «Un traje rojo para un duelo». Porque más allá de ser «un descubrimiento, un secreto oscuro y poderoso», Garro ha de ser «cada vez menos un culto y más un gusto extendido».