Table of Content
Portadilla
Índice
Versos antiguos
Octosílabo perfecto
Florinda
Yo no puedo ser poeta
El ferrocarril iconoclasta
A José María Fernández Unsaín
Sabines
Los quijotes
Facilidad de palabra
Monumento a los héroes
El himno
Los críticos
El teatro de la vida
Los triunfadores
Hugo Sánchez
Futbol
El toreo
El circo
El boxeador
El Gordo y El Flaco
La risa
El público también fracasa
Rimas reiterativas
¿Político, yo?
Poder de convocatoria
Por mi espíritu hablará la pura raza… o sea…
Misiva
Turismo
¡Un idioma tan feo!
Turista clásico
“No smoking”
Gentilicio
Otra vida
Sin memoria
Sabor de concupiscencia
Amor (o casi)
Erótica
Con el respeto debido
Manos
Nacer
Mi mejor amigo
Derechos (casi) Humanos
Los pequeños callejeros
Terrorista
Hoy soy la mitad de mí
Minero
Milenio
Nostalgia
La escuela del delito
La pelotera (Revolución devaluada)
Rodando… rodando…
Rafaé
Marisol
Romance
Nochebuena
Palabras
Salvaje
Desenlace
El paisaje del amante
Ensueño
Notas
Créditos
Grupo Santillana
Versos antiguos
Esta noche yo deseo
escribir versos antiguos,
actualmente tan exiguos
que parecen de museo.
Y sin embargo yo creo
que existe aún quien estima
la cadencia que sublima,
la música del acento
y el sabroso condimento
de la métrica y la rima.
La empresa, pues, acometo,
con singular valentía,
consciente de que hoy en día
soy un cursi por decreto.
Y solamente prometo
que escribiré sin engaño,
reconociendo que extraño
métrica, rima y acento.
¡Aquel viejo condimento
de los poemas de antaño!
Octosílabo perfecto
Las décimas son poemas
con estrofas de diez versos,
sujetos a los diversos
preceptos de sus esquemas.
Entre los muchos problemas
destaca por su rigor
la rima, como factor
tan cabal e inflexible,
que declara inadmisible
la presencia de un error.
En la métrica lo mismo:
sólo versos octosílabos.
(Nada de endecasílabos
ni cualquier otro guarismo.)
Y en afán de preciosismo,
aquí el título fue electo
sin mácula ni defecto,
pues así como lo ves,
el título también es
“Octosílabo perfecto”.
Florinda
Florinda Meza García.
Un nombre, es evidente,
que rima perfectamente
con la palabra “poesía”.
Buen principio, yo diría,
para iniciar el proyecto
de un poema sin defecto
y sin mácula; amén
de que el nombre es también
octosílabo perfecto.
Por si no fuera bastante,
está la palabra “linda”
para rimar con “Florinda”
en perfecta consonante.
Y de modo semejante,
sin alardes de proeza,
resulta obvio que “Meza”
a más de ser apellido,
es palabra que ha servido
para rimar con “belleza”.
Por tanto, sin más problemas,
la décima ya está
con la métrica que va
en semejantes poemas.
Mas ¿por qué tantas faenas?
si para hacer poesía
en realidad bastaría
con eliminar el resto
y escribir tan sólo esto:
“Florinda Meza García”.