El reino del revés

Fragmento

8
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Aquí pasa un vigilante

que me lleva por delante.

Va contento, muy ligero:

se lo lleva preso al viento

porque le robó el sombrero.

Pasa un ángel con chupete

arrastrando un barrilete.

¡Cómo lo remontaría

si al viento no lo llevaran

preso a la comisaría!

¿Qué será eso que se muda

de una esquina a la otra esquina?

Es un árbol, sí, no hay duda.

Es un árbol que camina.

Pasan muchísimas cosas,

nadie me dirá que no.

Pasa muchísima gente.

Pasan todos, menos yo.

Que en seguidita me siento

para contarles un cuento.

p9

Voy a contar

un cuento

Voy a contar un cuento.

A la una, a las dos, y a las tres:

Había una vez.

¿Cómo sigue después?

Ya sé, ya sé.

Había una casita,

una casita que...

Me olvidé.

Una casita blanca,

eso es,

donde vivía uno

que creo era el Marqués.

El Marqués era malo,

le pegó con un palo

a... No, el Marqués no fue.

Me equivoqué.

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No importa. Sigo. Un día

llegó la policía.

No, porque no había.

Llegó nada más que él,

montado en un corcel

que andaba muy ligero.

Y había un jardinero

que era muy bueno pero.

Después pasaba algo

que no recuerdo bien.

Quizás pasaba el tren.

Pero lejos de allí,

la Reina en el Palacio

jugaba al ta te ti,

y dijo varias cosas

que no las entendí.

Y entonces...

Me perdí.

Ah, vino la Princesa

vestida de organdí.

Sí.

Vino la Princesa.

Seguro que era así.

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La Reina preguntole,

no sé qué preguntó,

y la Princesa, triste,

le contestó que no.

Porque la Princesita

quería que el Marqués

se casara con ella

de una buena vez.

No, no, así no era,

era al revés.

La cuestión es que un día,

la Reina que venía

dio un paso para atrás.

No me acuerdo más.

Ah, sí, la Reina dijo:

—Hijita, ven acá.

Y entonces no sé quién.

Mejor que acabe ya.

Creo que a mí también

me llama mi mamá.

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El sol

Si el sol en vez de sol fuera un balero

jugaría con él el día entero.

Pero como es de crema

a lo mejor me quema.

No tengo ganas de jugar. No quiero.

p13

Twist del Mono Liso

La naranja se pasea

de la sala al comedor.

No me tires con cuchillo,

tírame con tenedor.

ANÓNIMO

¿Saben, saben lo que hizo

el famoso Mono Liso?

A la orilla de una zanja

cazó viva una naranja:

¡Qué coraje, qué valor!

Aunque se olvidó el cuchillo

en el dulce de membrillo,

la cazó con tenedor.

A la hora de la cena

la naranja le dio pena.

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