Introducción
Más libros, menos pantallas
Cuando eras más pequeño, alrededor de los cinco o seis años, empezaste a leer, como quien aprende a usar una nueva y emocionante herramienta. Fue un tiempo mágico, lleno de descubrimientos, donde cada palabra y cada frase eran para ti una nueva aventura. Tus padres también te leían cuentos antes de irte a dormir, y cada historia era un viaje a un mundo diferente. Pero ahora, algo aún más emocionante está sucediendo: estás empezando a usar la lectura para aprender por ti mismo.
Más o menos a los diez años comienzas una etapa maravillosa. Ya no solo lees para descifrar letras y palabras, sino que lo haces para explorar, para satisfacer tu curiosidad, para entender el mundo que te rodea, para disfrutar y para pasar un rato agradable. Esta habilidad te da una libertad increíble. Imagina que cada libro es una llave que abre las puertas a secretos, aventuras, conocimientos y mundos nuevos que no eras capaz de imaginar. ¡Y lo mejor de todo es que tú tienes el control de esa llave!
Sin embargo, en un mundo lleno de pantallas, donde las tablets, los móviles y los ordenadores están por todas partes, es muy fácil olvidar el poder de un buen libro. Las pantallas pueden ser entretenidas, sí, y exigen menos esfuerzo, pero no ofrecen la misma riqueza, el mismo desafío para tu mente ni la misma oportunidad de volar con la imaginación que te da un libro. Leer cuesta solo un poquito más, pero el premio es mayor.
Cuando lees un libro, no solo estás viendo letras en una página; estás construyendo mundos enteros en tu mente, estás viviendo mil vidas y viajando a lugares que ni siquiera sabías que existían. La lectura fortalece tu cerebro, mejora tu concentración, fomenta la imaginación y la empatía y te enseña a pensar de manera crítica y creativa.
Es por ello por lo que este libro tiene un mensaje muy importante para ti: las pantallas no son buenas ni para niños ni para adolescentes menores de dieciséis años. Leyendo este libro aprenderás siete razones por las que vivirás mucho mejor sin pantallas. Sé que puede parecerte extraño, pero gracias a la ciencia, la psicología y el desmantelamiento de muchas técnicas de marketing, estoy seguro de que vas a comprender por qué debes dejarlas a un lado antes de que dominen tu cerebro.
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