Beatriz Argimón

Fragmento

POR QUÉ BEATRIZ

A Beatriz la conozco hace muchos años. En los inicios de la lista 400, recuerdo que entramos por primera vez al local con ella y Rodrigo Ferrés. Había que limpiarlo, pero ¡estábamos tan entusiasmados que lo vimos limpio! Podíamos habernos desanimado, pero nuestra ilusión por todo lo que había por hacer enseguida nos puso a transformarlo, y eso hace a su actitud.

Años después, como directora del Partido Nacional, Beatriz realizó un gran trabajo, muy profesional y muy generoso con el partido, destacándose el festejo de los 180 años; ahí fue cuando más brilló. Luego como presidenta del Directorio —impulsé personalmente su candidatura y luego la compartimos entre todos los compañeros— hizo algo muy bueno, que no siempre aquellos a los que les toca la presidencia hacen: continuar con lo que se había hecho bien, incluso dándole participación al expresidente.

Además generó un momento de mucha apertura partidaria, a otras sensibilidades, a otros colectivos, con mucha vinculación y sintonía con la gente joven. En la juventud Beatriz ha encontrado un espacio en el que notoriamente genera influencia. Todo eso le dio frescura al partido, manteniendo a la vez una conducción seria y política. Porque la frescura y la apertura no significan perder una línea, y Beatriz combinó bien ambos aspectos.

Siempre digo que las cualidades son objetivas y las acciones son subjetivas. Las cualidades objetivas Beatriz las tenía. Una persona con conocimiento muy grande de la estructura partidaria, de muchos años de militancia, con sensibilidades quizás poco frecuentes en el staff político. Y todo eso, insisto, lo llevó a la práctica y lo cumplió, en este caso presidiendo el partido. Siempre tuvo una actitud que me convenció.

Cuando iniciamos la última campaña electoral, planificamos el escenario de una fórmula. Y así, un año antes de la elección, surgieron dos nombres, el de Beatriz y el de otra persona. En mi grupo más reducido, comenzamos a analizar los pros y los contras y la elección de Beatriz nos empezó a cerrar muchísimo.

En esa corta lista de nombres Beatriz no estaba por mujer, estaba por ser Beatriz. Presidenta del Directorio, persona abierta y con las condiciones que mencioné… Nunca se pensó que necesariamente había que poner una mujer en la fórmula. Sí el ser mujer le trae aparejadas determinadas luchas, determinada historia, determinadas sensibilidades que hacen a sus condiciones positivas. No fue el género lo que determinó su elección, pero sí fue el género que la llevó a estar en determinadas batallas, luchas y reivindicaciones y en determinadas aperturas.

Tenían que darse ciertos resultados y (cuando finalmente se dieron) la elección de Beatriz también terminó siendo una solución a las tensiones que podía haber habido en esa interna, que tuvo sus bemoles.

Cuando la llamé por teléfono para proponérselo, no recuerdo que haya quedado ni descolocada ni nada parecido, creo que enseguida le cayó la ficha y asumió la responsabilidad, con naturalidad. “Bueno, Luis; si se da, contá conmigo”, me dijo. Un soldado. Como un militante político al que si le tocaba ese lugar lo iba asumir con mucha responsabilidad.

Y fue una candidata a vice distinta, cosa que yo disfruté mucho. Por su forma de ser, por su personalidad, por su forma de hablar… Ella generó química, y se consolidó un muy buen clima durante la campaña. No hubo enojos, aun en momentos que fueron muy complejos había un disfrute.

Finalmente la campaña confirmó que la elección había sido la acertada. Tuvo un rol importantísimo en marcar sus propias sensibilidades políticas y también en una defensa de algunos principios, algunos valores, de algunas actitudes partidarias que la tuvieron en la primera línea. Visto de lejos, fue una muy buena decisión.

Hoy, pasada la elección, nuestro vínculo mantiene la misma frontalidad de siempre. Beatriz es una persona que se siente con la cercanía de criticar y de aportar, y eso sirve mucho, porque ella desde el Poder Legislativo escucha otras voces que no son las del Poder Ejecutivo. Ayuda al relacionamiento entre ambos poderes y dentro de la coalición, con cuyos legisladores mantiene un trabajo muy importante. En el Parlamento —obviamente gracias al aporte de todos— Beatriz juega un rol importante. Se aprobó el presupuesto y la Ley de Urgente Consideración, no hubo mayores inconvenientes en el funcionamiento de la coalición. Estoy hiperconforme con su tarea. El balance es totalmente positivo. Una decisión que reafirmo todos los días.

Siempre noté en Beatriz algo que no es muy común en la gente. Que el paso del tiempo le hizo cada vez mejor. Sobre todo en política, a veces es difícil, porque el transcurso de los años suele hacer que te rebeles menos, que te muevan menos cosas. En cambio, desde mi punto de vista, en los últimos 10 años Beatriz ha tenido un crecimiento profesional, en la acción política y en lo intelectual. Creo que la palabra es aprendizaje. Y eso habla de su inteligencia. De rodearse bien y absorber las cosas buenas.

Tiene don de gentes, tiene buen trato, tiene paciencia, escucha. ¡Qué importante es escuchar! La mayoría de las personas lo asocian con una actitud pasiva, pero escuchar es uno de los elementos más importantes en la vida en sociedad y en la vida política.

Eso la ha llevado, por ejemplo, a empujar para que se atendiera la salud mental de los uruguayos durante la pandemia, para hacer un giro. Quizás todos tenemos puesta la mira en la salud física, en la asistencia social y en lo económico. Allí surge una característica muy propia de ella, mirar afuera de la caja.

Ha sido una compañera fiel, no cabe la menor duda. Nos comunicamos a diario y no siempre es por un tema puntual, sino porque vale la pena interactuar. A veces por una percepción, por compartir una sensación, ya que viene de otro subsistema político como es el parlamentario, o dadas las cuestiones o lugares que frecuenta —y de los que escucha—, distintos a los ámbitos en los que yo me muevo.

Su apoyo, claramente, excede lo político; tiene esa preocupación humana que es un plus. Ese vínculo de preguntarte si estás cansado, de comentarte que estuviste bien en tal aspecto, o el llamado para esas cosas cotidianas que a veces en la política pasan de largo y son tan importantes.

La defino como una persona muy genuina, que no se va a preocupar por esconder lo que es. Al contrario, está muy orgullosa de lo que es y por lo que ha luchado y a dónde ha llegado. Es una persona con alegría de vivir, y agradecida a la vida, a su familia, a sus amigos y a su partido. Y lo trata de devolver, porque el agradecimiento no es solo sentirse agradecido, sino corresponder, y lo demuestra en la vocación de servicio.

El servicio debe ser parte de nuestro ser. Somos eso. La política no es un trabajo, es una forma de entender la vida, es la vida compartida. Para mí, bien entendida, es de las actividades que necesariamente tienen que estar rodeadas de mucha generosidad; si no, terminamos equivocándonos, porque termina siendo una competencia con nue

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos