La energía liberada

Rosa María Artal

Fragmento

Contents
Índice
Portadilla
Índice
Agradecimientos
Introducción
Primera parte. Placas tectónicas
I. El día en el que todo cambió para aparentar que seguía igual
II. Un mundo que se neoliberaliza globalmente
III. Una crisis que se propaga
IV. La placa de la política contaminada
V. Obama: un volcán a medio gas
VI. La ciclogénesis china
VII. UE, tenemos un problema: la falla de Bruselas a Estrasburgo
VIII. El euro como problema
IX. España, cimientos defectuosos
X. La deuda corrosiva
XI. La información mediática: tercer pilar del sistema
XII. «La información es un verbo, no un sustantivo»
Segunda Parte. Movimientos en el subsuelo
XIII. Wikileaks
XIV. El volcán islandés
XV. Contraatacando
Tercera parte. La superficie
XVI. La piel de España
XVII. La superficie dolida
Cuarta parte. La energía liberada
XVIII. Una explosión de dignidad
XIX. El sol comienza a despuntar
XX. Nace el 15M
XXI. Los poderes se impacientan
XXII. No sólo propuestas, logros
XXIII. Un caudal inmenso
Biografía
Notas
Notas de la conversión
Créditos
Grupo Santillana
2Agradecimientos

A mi hijo, David Alonso, por su extraordinaria ayuda y su lucidez, los ricos debates, las discrepancias, los acuerdos, los objetivos comunes de avanzar y construir.

Gracias al resto del «equipo consultivo». A Àngels Martínez i Castells, que ha vigilado los conceptos económicos. A Juan José Aguirre, que, una vez más, ha cogido la lupa para revisar formalmente todo el texto. A Javier Valenzuela, por su repaso al capítulo de las revueltas árabes. A Carlos Martínez Alonso, a quien pregunté sobre la energía y los volcanes. A Víctor Martí, por su apoyo y la supervisión específica del 15M. A Lourdes Lucía, que también ha sacado tiempo para leerlo y aportar su conocimiento directo de los movimientos sociales.

A Rosa Pérez Alcalde, Marta Donada y todo el equipo de la editorial por hacer más de lo que su trabajo les exige.

A todos los compañeros de Reacciona por el estímulo que representó hacer ese trabajo conjunto.

A los de Twitter y mi blog por las alertas y las sugerencias que permiten no perderse las noticias fundamentales.

A todos cuantos luchan por un mundo mejor, más justo y equilibrado, porque es posible si nos decidimos a construirlo muchos, con constancia y juntos.

A cuantos vendrán con nosotros...

3Introduccion

Introducción. Bajo los volcanes

LA SUPERFICIE

Vivimos en una cultura social que sólo mira la superficie. Textualmente. Antes de los recortes presupuestarios a la investigación, se estudió con pasión y profusión el espacio, pero lo que hay bajo la corteza terrestre sigue siendo un terreno apenas explorado. Como razón prosaica, la falta de tecnología suficiente y, con más altas miras, priorizar ambiciosos anhelos como el saber de dónde venimos para terminar por entenderlo todo. La realidad transcurre, sin embargo, para la generalidad de los humanos a ras de suelo.

Sabemos que allá abajo la tensión, la compresión generan fricciones que producen energía. La mayor parte de las veces es una fuerza liberada que nutre la vida. Sólo de vez en cuando estalla en un fuego que funde rocas y asoma en ríos de lava como monstruo destructor, pero no podríamos vivir en la Tierra si ésa fuera su única manifestación. La energía posee en sí misma la capacidad de ser aprovechada. Y en usos tan positivos como para constituirse en savia y vigor.

Seguimos, sin embargo, atentos a la superficie y poco más. Lo que nada más tiene longitud y anchura, en definición de Euclides. Lo plano, aunque se erijan torres y se perforen pequeñas simas, inapreciables desde una mirada amplia. Superficies (grandes) llaman a los grandes centros del consumo. Planas son todas las pantallas, desde la televisión a los dispositivos de Internet. Plano es el modelo estético de esta generación: plano, escueto y con protuberancias artificiales.

Hueca, vacía, insustancial y liviana corre nuestra civilización. Externa, sin profundizar en el interior. No es casual, por tanto, que los grandes poderes e incluso una ciudadanía así adoctrinada ignorase las múltiples fricciones que se producían fuera de su mirada, la acumulación de agravios que subyacía bajo la aparente normalidad, el potencial inmenso también de ímpetu creador. Lo necesitamos. Porque también es la superficie la que acoge nuestra historia, nuestras realidades y nuestros sueños; nuestros afectos, nuestros gozos y nuestras desdichas, el hogar que queremos confortable para ser felices y crecer.

FRICCIÓN EN EL SUBSUELO

Tras el ignominioso espectáculo de una crisis provocada por las instituciones financieras que se salda a favor de ellas, en perjuicio de la población en general y con el apoyo de políticos —divorciados de la soberanía popular—, sustentado el tinglado por un periodismo que ya es el Tercer Pilar del sistema —con el económico y el político— en lugar de aquel viejo Cuarto Poder (el contrapoder al servicio de la sociedad), se han venido sucediendo conatos de rebeldía social, buscando un equilibrio.

Los motivos del descontento parecen evidentes. Sin embargo, la ca

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