El Tarot paso a paso

Fragmento

Introducción

Este libro es el fruto de quince años de experiencia tras la publicación de La vía del Tarot,1 cuyo éxito contribuyó a restituir al Tarot su identidad auténtica: la de un juego profano e iniciático a la vez, “catedral de bolsillo”, según la fórmula de Alejandro Jodorowsky, pero también herramienta de orientación psicológica y compañero de nuestras preguntas existenciales. A menudo, durante seminarios o master class, me suelo encontrar con personas que han aprendido a leer el Tarot recurriendo exclusivamente a nuestro libro.

Paralelamente, el interés del público y de los especialistas por los tarots2 históricos, del Renacimiento italiano a los juegos franceses de los siglos XVIII y XIX, no ha dejado de crecer. Se ha abierto un rico campo de investigaciones, que se ha inspirado especialmente en los trabajos del filósofo e historiador Michael Dummett, cuyas obras son una referencia en el tema actualmente. Muchos juegos antiguos han sido redescubiertos, reeditados en ediciones limitadas y expuestos en museos (como el Tarot Sola Busca, homenajeado recientemente en la pinacoteca de Brera), pero también han sido interpretados, rediseñados o coloreados nuevamente por los “maestros fabricantes de cartas 2.0”, que han sustituido los antiguos moldes de madera de peral por modernos programas informáticos de grafismo.

Esta dinámica, impulsada por la revolución digital, que vuelve accesible una cantidad de imágenes y de información sin precedentes, ha despertado la curiosidad de los practicantes del Tarot, aquellos que lo utilizan con una perspectiva de introspección psicológica, espiritual y concreta. Yo no escapé a esa ola de energía e información: mi propia colección de tarots se amplió y, tanto para responder al pedido de los alumnos como para aclarar mi enfoque, sentí la necesidad de confrontar los elementos históricos con mi práctica docente y de taróloga.

La pregunta que me atormentaba, y me atormenta todavía, podría resumirse así:

“¿Cómo es posible que un juego de cartas, producto de la artesanía, denigrado durante cerca de dos siglos a causa del uso adivinatorio, y a veces tóxico, que se ha hecho de él, sea portador de un influjo espiritual tan luminoso y se preste con tanta gracia y delicadeza al misterioso ‘juego del ser’ que constituye el cuestionamiento sincero del presente?”.

Este libro es el intento de explorar esas preguntas, si no de responderlas. Quiero rendir homenaje aquí a la pasión y a la curiosidad de mis alumnos del mundo entero que, gracias a sus preguntas y la confianza que me han manifestado, me han impulsado a afinar mi enfoque, superar mis límites, mi pereza y mis ideas preconcebidas. Sus hallazgos, las lagunas que me han señalado, su anhelo por avanzar, y también algunas interpretaciones erróneas o malentendidos recurrentes que he podido observar, han influido en mi enfoque pedagógico.

Por ejemplo, el Tarot es conocido sobre todo por sus Arcanos Mayores, la serie de veintidós Triunfos alegóricos que lo caracteriza. Pero los cincuenta y seis Arcanos llamados “Menores”, Figuras y cartas numéricas, son igual de importantes para la comprensión e interpretación del Tarot. La experiencia demuestra que es posible, e incluso sencillo para un lector principiante, abordar la integralidad del juego desde los primeros tiempos del aprendizaje. Sin embargo, en general, los Arcanos Menores siguen siendo desconocidos y no se los utiliza.

Por otra parte, cuanto más se expande la práctica del Tarot y cuanto más se diferencia de la cartomancia propiamente dicha, más se hace sentir la necesidad de un marco deontológico. Es complicado enseñar por escrito lo que tiene que ver con el arte de la relación, pero quise proponer algunos elementos para responder al siguiente pedido:

“¿Cómo progresamos, como lectores de Tarot? ¿Existen herramientas para descubrir y disolver nuestras rigideces inconscientes, nuestras faltas y nuestros excesos, nuestros defectos recurrentes? ¿Cómo distinguimos las proyecciones personales de la intuición auténtica?”.

La verdadera respuesta de una tirada, la única que vale, es la que habla al corazón del consultante. Por lo tanto, el tarólogo debe entrenarse para convertirse en un portavoz, traductor o mensajero de una dimensión más profunda y más sabia, que ya existe en el consultante. Esa capacidad de precisión y transparencia se adquiere por medio de la práctica, a fuerza de prueba y error, y supone un cuestionamiento constante de sí mismo.

Las propuestas que se presentan en este libro son el fruto de un recorrido hacia lo que llamo “Tarot integral”, es decir, la capacidad de leer con la totalidad del juego, pero también sin excluir ningún aspecto de sí mismo y dando cabida a todos los elementos de la situación en la que tiene lugar la lectura. Esta exigencia de integridad obedece a la propia estructura del Tarot, que se dirige a todo el campo de la experiencia humana, sin dejar nada afuera. De lo más denso a lo más sutil, de lo más íntimo a lo más manifiesto, de lo más trivial a lo más sagrado, sus alegorías componen un paisaje completo, que se sostiene en la colaboración amorosa entre lo femenino y lo masculino: Reinas y Reyes, Emperatriz y Emperador, Papisa y Papa, las parejas del Tarot son los pilares de un imperio simbólico que respira equilibrio y paz.

Nos acercamos a esas alegorías para confiarles nuestras incertidumbres y nuestros conflictos internos. Y ellas nos iluminan, respondiendo con paciencia a nuestras preguntas más inocentes, más egoístas, más materialistas, sin hacer una selección, pero preparadas también para acompañarnos si tenemos la ambición de encaminarnos hacia lo esencial.

Mientras más profundizamos la práctica, más podemos constatar que, sin lugar a dudas, este Tarot es un instrumento conectado con la Vía, sea cual fuere la orientación espiritual particular de cada uno.

La ambición de este libro es ofrecer una visión de conjunto del juego, sintética y detallada a la vez, que permita, a quienquiera que se sienta atraído por el Tarot, practicar la lectura de las cartas desde un enfoque de profundización personal y de comunicación bienintencionada con el otro. Procura ser accesible tanto para los principiantes como para las personas que ya están familiarizadas con el Tarot. No tiene el objetivo de ser un manual propiamente dicho, en el sentido de que no es un catálogo de significados. La idea es más bien presentar un panorama simbólico, histórico y práctico de este juego que, después de siglos de existencia, sigue fascinando y atrayendo hacia él a amateurs, en el sentido noble del término, enamorados que provienen de todas partes del mundo.3

Empezaremos con un capítulo detallado sobre la historia del Tarot de Marsella, destinado a orientar la práctica más que a alimentar una curiosidad puramente académica. En efecto, es indispensable situar el nacimiento y la evolución del juego (o lo que hoy sabemos de ambos) en el contexto cultural, estético y

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