A través del tiempo

Brian Weiss

Fragmento

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Título original: Trough Time into Healing

Traducción: Edith Zilli

Primera edición: enero 2011

© 1992, Brian. Weiss, M.D

© Ediciones B, S.A., 2010

© Consell de Cent, 425-417 - 08009 Barcelona (España)

© www.edicionesb.com

ISBN: 978-84-666-4582-9

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

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A Carole, Jordan y Amy,

mi familia.

Os amo profundamente y para siempre

Contenido

Contenido

AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

1. EL COMIENZO

2. HIPNOSIS Y REGRESIÓN

3. A LA COMPRENSIÓN POR LA EXPERIENCIA

4. CURAR EL CUERPO CURANDO LA MENTE

5. CURACIÓN DE RELACIONES TURBULENTAS

6. LA CURACIÓN DEL NIÑO INTERIOR Y EL NIÑO MALTRATADO

7. CURACIÓN DE LA NECESIDAD DE PROTEGER: DESCUBRIENDO LAS CAUSAS DE LA OBESIDAD Y EL ABUSO DE SUSTANCIAS

8. CURACIÓN DE LA AFLICCIÓN

9. ABRIR LA MENTE AL PODER DE LAS EXPERIENCIAS MÍSTICAS

10. ENRIQUECIENDO LA VIDA

11. LAS TÉCNICAS DE REGRESIÓN

APÉNDICE CÓMO PREPARAR SU PROPIO EJERCICIO DE RELAJACIÓN Y REGRESIÓN

NOTAS

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AGRADECIMIENTOS

Debo un profundo agradecimiento a Fred Hills, Barbara Gess y Bob Bender, todos ellos estupendos correctores de Simon & Schuster, cuya orientación, aliento y experiencia me ayudaron tanto con este libro.

También agradezco sinceramente a Deborah Bergman, mi correctora externa, que adaptó y mejoró con habilidad la estructura de mi primer borrador, escrito al correr de la pluma.

Mi sincera gratitud a Lois de la Haba, mi agente literaria, que ha llegado a ser también mi amiga.

Y, finalmente, estoy muy agradecido a todos mis pacientes, que me instruyen sin cesar sobre la vida y el amor.

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INTRODUCCIÓN

Durante los últimos veinte años, tan gradualmente que apenas nos hemos dado cuenta, en la sociedad occidental se ha producido una especie de revolución en la conciencia. Existe ahora toda una generación de jóvenes que ha crecido leyendo y oyendo hablar con frecuencia de experiencias de regresos de la muerte, regresiones a vidas pasadas, viajes fuera del cuerpo, apariciones de personas muertas y muchísimos otros fenómenos notables de la vida espiritual. A menudo tengo el placer y el privilegio de dar conferencias a personas de edad universitaria y todavía me sorprende un poco oírlas hablar con tanta calma y naturalidad de sus propias visiones y de sus viajes a otros mundos.

En 1975, cuando comenzó el interés público por las experiencias de cuasi-muerte, algunos las desestimaron por considerarlas una moda pasajera. Diecisiete años después, estoy empezando a darme cuenta de que la experiencia de cuasi-muerte es un hecho admitido en nuestra cultura. Creo que estamos a punto de convertirnos (si no es así ya) en una de las muchas sociedades en que se acepta la capacidad visionaria de los seres humanos como algo normal. Cada vez son más las personas comunes que dejan de sentirse incómodas al hablar de sus visiones y al intercambiar información sobre diversas técnicas para inducirlas o facilitarlas.

Los estudios realizados por algunos investigadores, como los doctores Brian Weiss, William Roll, Ken Ring, Bruce Greyson y Melvin Morse, así como un nutrido grupo de médicos y psicólogos de Estados Unidos, de Europa y de todo el mundo, están brindando resultados realmente asombrosos. Confío en que, en los próximos años, esta investigación avance hasta tal punto que se puedan facilitar, en individuos psicológicamente normales, esas experiencias profundas que podríamos denominar, cuando menos, «psíquicas» aunque bien merecerían el nombre de «espirituales». Por poner un ejemplo: durante el año pasado, trabajando con otros colegas, desarrollé una técnica que permite a adultos normales y psicológicamente estables, en estado de vigilia, experimentar apariciones de seres queridos que han muerto, vívidas, a pleno color, tridimensionales, de tamaño natural y en movimiento. Más aun: para gran sorpresa mía, estas personas (que hasta el momento han sido todos profesionales de temperamento decididamente sobrio) insisten en lo «real» de sus encuentros; de hecho, todos están convencidos de que han visto cara a cara a parientes y amigos fallecidos. Yo mismo he tenido una experiencia similar: me senté con mi abuela, que murió hace algunos año

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