Un instante inolvidable 7

Martina D'Antiochia

Fragmento

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¿Hay alguien a quien no le guste la Navidad? Bueno, estoy segura de que ALGUIEN habrá a quien no le guste la Navidad, igual que hay a quien no le gusta el chocolate, o los cachorritos, o los parques de atracciones, pero vamos, que no acostumbra a pasar. Cada uno es como es y a mí, la verdad, la época navideña ME ALUCINA.

Y no es solo porque son vacaciones... Es decir, tampoco soy tonta. Una de las cosas buenas de esta época del año es, precisamente, que no tenemos que ir al instituto durante un par de semanas, pero... ¡LA NAVIDAD ES MUCHO MÁS QUE ESO!

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*Los episodios especiales de Navidad de las series y los programas de la tele. Eso me ENCANTA.

*Las galletas de jengibre. A ver, eso sí que se podría hacer todo el año. En realidad, en casa tengo unos moldes para preparar galletas de jengibre en forma de casita y de personitas, pero... bueno. Digamos que es más seguro para todo el mundo si las galletas, en vez de hacerlas yo, las compro hechas. Y los dulces navideños en general.

*Decoraciones y luces navideñas. La ciudad se pone TAN BONITA...

*ÁRBOLES DE NAVIDAD. Y DECORAR ÁRBOLES DE NAVIDAD. Sé que este punto debería ir con el anterior, pero creo que los árboles de Navidad y lo bonitos que son necesitan un punto aparte en la lista.

*Es el momento de ver a la familia. Por Navidad, es normal ver a la familia que no ves tanto durante el año, ¡y eso es genial! ¡Abuelos! ¡Primos y primas, tíos y tías!

*Villancicos. Villancicos everywhere. Es que me gustan, ¿qué pasa?

Y me falta algo, me falta algo...

*¡LOS REGALOS, CLARO!

Ni siquiera sé cómo he podido olvidar los regalos... Como a cualquiera, me ENCANTA que me hagan regalos. Me encanta coger un paquete, imaginar qué hay dentro y desenvolverlo poco a poco, o bien arrancar el papel a trozos, depende de la ocasión. Solo se me ocurre una cosa mejor que recibir regalos:

¡Hacer regalos! Por eso... por eso mismo, yo...

¡Ay! ¡Qué vergüenza!

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cap-2

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La Navidad tiene algo. Algo especial, hay algo en el aire, ¿verdad? Yo sí lo noto. Estamos en clase, y es la última clase (¡por fin!) antes de que comiencen las vacaciones. Mr. Tom, nuestro profe de historia, está hablando de no se qué de las civilizaciones antiguas, pero me parece que nadie lo está escuchando. Todos tenemos la cabeza en otra parte: en las vacaciones, en viajes...

Yo tengo la cabeza en... mi mochila.

Bueno, exactamente no DENTRO, en plan «Martina ha metido la cabeza en el interior de su mochila como lo haría un avestruz». Lo que tengo es la cabeza distraída pensando en ALGO que está EN EL FONDO de mi mochila, bien envuelto para que no se estropee, y que lleva un montón de días ahí. ¡Prácticamente dos semanas!

Entonces Mr. Tom para de hablar. No sé si se ha dado cuenta de que todos estamos pasando un poco (un poquito DE NADA) de él. No da muestras de estar muy enfadado. En realidad, pobre Mr. Tom, parece tener tantas ganas de que empiecen las vacaciones como nosotros.

Nos mira. Mira el reloj que cuelga sobre la pizarra del aula.

Quedan. Cinco. Minutos. De. Clase. Antes. De. Las. Vacaciones. ¡No puedo esperar más! Tengo que darme la vuelta. A un lado está mi amiga Sofía, casi tan emocionada como yo, y detrás...

Mr. Tom: Bueno...

Ese «bueno» es la señal para que todos comencemos a recoger nuestras cosas como locos.

Mr. Tom: ¡Eh! ¡Un momento! ¡Un momento!

Todos nos paramos de repente. Mr. Tom, por si acaso, da un golpe fuerte en la mesa con el que acaba de conseguir que nos fijemos en él. Entonces, se pone de pie.

Mr. Tom: ¿Nadie se acuerda ya de que os prometimos una sorpresa para estas vacaciones?

¡Una sorpresa! ¡Las sorpresas me gustan CASI tanto como los regalos!

Y hablando de regalos, no puedo evitarlo: vuelvo a pensar en lo que hay dentro de mi mochila...

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cap-3

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Bueno, a ver. A ver, que me centre.

Me encantan las vacaciones, ¿de acuerdo? No sé cuántas veces lo he dicho ya. Que me encantan. Que son muy guays. Pero también me gusta mucho mi instituto, porque es grande, porque es bonito, porque los profesores saben mucho y hacen cosas geniales como organizar...

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Eso es lo que nos ha dicho Mr. Tom. Esa era la sorpresa: el instituto montará una feria de Navidad en los jardines, los patios y las canchas de deportes. El instituto pondrá las casetas y los materiales, y nosotros, los alumnos, nos encargaremos de todo lo demás. Vamos a pensar en las actividades de cada caseta, a organizarnos para la decoración y para montarlas, y estaremos EN las casetas, distribuidos por grupos, cuando la feria esté en funcionamiento.

Y nos vamos a pegar ese hartón de trabajar por una buena razón: ¡TODO, TODO LO RECAUDADO VAMOS A USARLO LUEGO PARA NUESTRO VIAJE DE FIN DE CURSO! Así que: ¡genial!

Bueno, tan genial que salimos de clase todavía emocionados. Mi amigo Nico está, literalmente, saltando:

Nico: ¡Vale! Vale, vale. Vamos juntos, ¿no?

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No solo hemos salido nosotros de clase: lo está haciendo todo el instituto a la vez, de modo que, para poder oírnos, tenemos que gritar.

Sofía: ¡¿¡Cómo que si vamos juntos!?! ¿Adónde vamos?

Sofía, que es mi mejor amiga, levanta las cejas. No sé si se está metiendo con Nico o no, pero él se lo explica igualmente con gritos cada vez más fuertes:

Nico: ¡Si montamos juntos una caseta! ¡Nosotros cinco!

Sofía: ¡Aaah! ¡Eso! Sí, ¿no? ¿Es que querrías montar una caseta con alguien más?

Sofía lo ha añadido mirándome a mí. Y luego, claro, mirando a HUGO. Ay, Hugo. No quiero ni pensar en que está a mi lado (en realidad, se sienta detrás de mí en clase de Mr. Tom), porque...

Hugo: ¡Yo no querría estar en la feria con nadie más!

Lu

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