Terror

Ferdinand von Schirach

Fragmento

9788417384517-3

Acto primero

Sale el juez del tribunal y se sitúa delante del telón todavía sin levantar. Viste traje oscuro, camisa blanca y corbata blanca. Lleva la toga colgada del brazo. Se dirige directamente al público.

JUEZ

Señoras y señores, buenos días. Me alegro de que hayan podido llegar con puntualidad. Por aquí es difícil encontrar un lugar donde aparcar y éste es un edificio excesivamente compartimentado... Sea como sea, es estupendo que hayan conseguido presentarse a la hora convenida. Antes de comenzar, me gustaría pedirles que olvidasen todo lo que hayan leído u oído sobre este caso. Absolutamente todo. Sólo ustedes tienen competencia para juzgar aquí, ustedes son los escabinos, el jurado popular que hoy decidirá la suerte del acusado Lars Koch. La ley les concede el poder de decidir el destino de un ser humano. Por favor, tómense en serio esta responsabilidad. Juzgarán exclusivamente a partir de lo que escuchen en esta audiencia. Nosotros, los juristas, lo llamamos «nutrirse de la esencia de la vista oral». Es decir, sólo lo que digan el acusado, los testigos, los demandantes y los expertos que se encuentren en esta sala, sólo las pruebas que aportemos aquí constituirán los fundamentos de su veredicto. Cuando finalice la causa emitirán su voto y yo anunciaré el fallo de la sentencia que ustedes hayan determinado.

En un proceso reproducimos los hechos, el tribunal es un escenario. Naturalmente, no representamos una obra de teatro, a fin de cuentas no somos actores. Reproducimos los hechos a través del lenguaje, es la forma que tenemos de comprenderlos. Es un método que lleva mucho tiempo demostrando su eficacia. Cientos de años atrás, los jueces se reunían en un lugar especial que se consideraba sagrado, el thing. Por aquel entonces impartir justicia significaba volver a poner orden en el caos. Cuando sucedía una desgracia —por ejemplo, el ataque de una tribu desconocida—, en ese lugar se discutía sobre: ¿a qué mujer habían violado en el asalto?, ¿qué cabaña habían quemado?, ¿a qué hombre habían asesinado? Nuestros antepasados sabían que de ese modo la maldad dejaba de sembrar el terror. ¿Sucede lo mismo hoy en día? No estoy seguro. Pero hemos de intentarlo. Un juez desconoce la categoría «maldad». Sus sentencias no son el infierno y la perdición, sino la absolución, la prisión o el internamiento preventivo.

Así pues, juzguen con calma y serenidad. Y sobre todo: recuerden que tienen ante ustedes a un ser humano con los mismos sueños que ustedes, las mismas necesidades, y que ansía, como ustedes, la felicidad. Por lo tanto, conserven su humanidad al juzgarlo.

Bien, me gustaría empezar ahora, pero todavía debemos esperar al abogado defensor. Llega tarde.

El agente judicial aparece por detrás del juez, le dice algo en voz baja y el juez asiente. El agente judicial se marcha.

JUEZ

Me comunican que ya ha llegado. Empecemos entonces.

El juez sale del escenario y mientras camina va poniéndose la toga.

Una sala del juzgado. En medio, el estrado; a la derecha del mismo se sienta la secretaria, la silla del juez está vacía. A la izquierda, bajo una ventana, se sitúa la fiscal; a su lado, algo más al fondo, la demandante; a la derecha, el abogado defensor. El acusado está sentado en un cubículo detrás del abogado defensor. En el centro, delante del estrado, hay una silla y una mesa para los testigos. El agente judicial está sentado en un taburete junto a la puerta. La fiscal y la secretaria llevan toga negra, blusa blanca y un pañuelo blanco al cuello. El acusado aparece con el uniforme de la Fuerza Aérea. El agente judicial lleva el uniforme de funcionario de justicia del Land de Berlín. El abogado defensor no se ha puesto la toga. El juez entra en la sala a través de una estrecha puerta que está detrás del estrado. En ese momento todas las personas que se encuentran en el escenario se ponen en pie.

JUEZ

(De pie.)

Presentes en la Gran Sala de lo penal número dieciséis, declaro abierta la sesión del juicio oral con jurado popular. Por favor, tomen asiento.

El juez se sienta, los demás también toman asiento. El juez espera a que se guarde silencio.

JUEZ

Para que conste en acta: la fiscal, la señora Nelson, actuará como representante de la Fiscalía del Estado; en defensa del acusado, el abogado señor Biegler.

Comparece como acusado el comandante Koch, en prisión preventiva. El jurado se ha constituido según la selección que se les comunicó con la citación para el día de hoy. En primera sesión. ¿Alguna pregunta u observación?

La fiscal y el abogado defensor niegan con un movimiento de cabeza.

ABOGADO DEFENSOR

Me gustaría que el señor Koch se sentara a mi lado.

JUEZ

Sí, no hay problemas de seguridad para denegarlo.

(Al agente judicial.)

Señor agente, le importaría...

El agente judicial abre la puerta del cubículo. El acusado sale y se sienta junto al abogado defensor.

JUEZ

(Al acusado.)

Buenos días, señor Koch. A continuación comprobaremos sus datos personales. ¿Cuál es su nombre de pila, por favor?

ACUSADO

Lars.

JUEZ

¿Fecha de nacimiento?

ACUSADO

14 de marzo de 1982. Tengo treinta y un años.

JUEZ

¿Está usted casado?

ACUSADO

Sí.

JUEZ

¿Tiene hijos legítimos o nacidos fuera del matrimonio?

ACUSADO

Un niño, Boris. Tiene dos años. Ningún hijo nacido fuera del matrimonio.

JUEZ

¿Vive usted en Berlín?

ACUSADO

Amselweg, 56, en el distrito de Steglitz.

JUEZ

Señor Koch, es usted comandante de la Fuerza Aérea. En la actualidad está en prisión preventiva y fuera de servicio. ¿Es correcto?

ABOGADO DEFENSOR

El Ejército de la República Federal de Alemania, en el que mi cliente desempeña su cargo, está a la espera del resultado de este procedimiento judicial para tomar una decisión definitiva.

JUEZ

Muchas gracias.

(A la secretaria.)

Los datos personales tal como constan en el folio 159 del tomo primero del sumario.

La secretaria toma nota de los datos personales.

JUEZ

¿Tienen las partes alguna pregunta sobre los datos personales del acusado?

La fiscal y el abogado defensor hacen un gesto negativo con la cabeza.

JUEZ

Bien, si no hay ninguna pregunta ni observación, que proceda la señora fiscal a la lectura de la acusación.

ABOGADO DEFENSOR

¿Podríamos abrir una ventana? El ambiente está muy cargado.

JUEZ

Es cierto. Hace días que tenemos este problema. Según la administración, el sistema de ventilación está averiado, pero si abrimos la ventana entrará mucho ruido.

ABOGADO DEFENSOR

¿Ruido de la calle?

JUEZ

Tanto que no podremos oír lo que decimos.

ABOGADO DEFENSOR

Ya ahora me resulta difícil.

JUEZ

¿Cómo dice?

ABOGADO DEFENSOR

Nada, nada.

JUEZ

Pero ¿podría ponerse la toga, por favor, señor Biegler?

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