Alimentación vegetariana en la infancia

Julio Basulto

Fragmento

Prólogo

Prólogo

Dar forma al prólogo de un libro escrito por cuatro profesionales de la altura de Julio Basulto, Maria Blanquer, Maria Manera y Pepe Serrano (el orden es alfabético, pues todos suman por igual) supone un privilegio y un imponente reto que discurre en una doble vertiente: una gran responsabilidad y, en mayor medida si cabe, un honor que considero, en cierto modo, inmerecido.

Me explico: es habitual que el autor al que se le encomienda la misión de escribir unos párrafos preliminares que resalten la importancia de un libro tenga una trayectoria reconocida sobre el asunto del que trata, algo que en mi caso se cumple de modo parcial, aunque lleve muchos años trabajando con el fin de intentar mejorar la alimentación de la infancia. Y esto es así porque el tema sobre el que versa este necesario y oportuno libro, Alimentación vegetariana en la infancia, es de rabiosa actualidad, pues hay muy pocas publicaciones de referencia hasta la fecha, y ninguna elaborada por un elenco de expertos en la materia como los que han concebido este libro, algo que es exigible a la hora de tratar con rigor científico un asunto de tanta relevancia. O dicho de otro modo: pocas personas tienen hoy en día la capacidad y la experiencia necesarias para poder divulgar sobre la manera de alimentar a la infancia con una dieta saludable basada en plantas, con todas las variantes y circunstancias que rodean a este modo de alimentación, algo que los autores hacen con el máximo nivel de competencia, de un modo deslumbrante, ameno e, incluso, divertido en muchos párrafos.

Por todos estos motivos, la publicación de un trabajo en el que se explica algo que era infrecuente hasta hace pocos años —niños y vegetarianismo— es admirable, lo que supone un auténtico hito en el mundo editorial.

Alimentación vegetariana en la infancia cumplirá las expectativas de las familias que desean que sus hijos, incluso desde las primeras etapas de la vida, adopten una dieta vegetariana o vegana, porque ellas mismas lo son, pero albergan dudas sobre la manera correcta y segura de planificarla. También será de utilidad para los grupos familiares que deciden iniciar el camino hacia una dieta basada en alimentos de origen vegetal y muy pocos de procedencia animal, lo que constituiría la llamada dieta flexitariana (algunos la denominan omnivorismo consciente y responsable). Por último, este libro ofrece recursos técnicos y emocionales a aquellas familias no vegetarianas en las que un hijo, sea prepúber o adolescente, ha manifestado (o sugerido) la intención de renunciar al consumo de «animales» porque no quiere contribuir al sufrimiento animal, entre otras posibles causas que se detallan en el texto. En la actualidad, esta situación se da con una frecuencia mucho mayor de lo que podría pensarse.

Por otro lado, profesionales como dietistas-nutricionistas, pediatras, médicos de familia, personal de enfermería, profesores, monitores, preparadores físicos, etc., dispondrán a partir de ahora de esta completa guía elaborada, con el mayor grado de evidencia científica posible, por profesionales altamente cualificados.

Si tenemos en cuenta que esta publicación tan amena, clara, didáctica y, a la postre, imprescindible se ha escrito en el año en que ha explotado la crisis sanitaria más grave del siglo XXI, la pandemia del COVID-19, su mérito alcanza una relevancia máxima, ya que los autores han visto incrementada su habitual carga laboral con la imperiosa necesidad de atender a la población a su cargo, cada uno de manera específica; una población que se ha visto desorientada e indefensa ante la agresividad de un virus nuevo y desconocido que ha alterado el orden de prioridades de todos los habitantes del planeta. No contentos con ello, han decidido, en estos momentos tan delicados, por el bien de la salud pública, coordinarse para escribir más de cuatrocientas páginas en las que han incluido una extensa y actualísima bibliografía, así como recursos web.

Hoy en día sabemos que hay una estrecha relación entre la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 y la presión ambiental a la que estamos sometiendo a la naturaleza, lo que facilita la difusión de virus patógenos entre distintas especies animales. Una dieta basada en más vegetales es, sin duda alguna, mucho más sostenible, por lo que los autores resaltan que es conveniente ser vegetariano no solo para nuestra salud y la de nuestra infancia, sino también para el planeta. Además, cada vez tenemos pruebas más sólidas de que las personas con obesidad presentan un mayor riesgo de padecer complicaciones si contraen una infección por coronavirus, y, al mismo tiempo, sabemos que las personas vegetarianas suelen tener un menor peso corporal. Así que quizá no sea tan mala idea disminuir nuestro consumo de productos de origen animal.

Podría enumerar las publicaciones en revistas científicas, elaboración de guías de alimentación y labores docentes de los autores, pero ocuparían medio libro, por lo que destacaré solo los aspectos más relevantes de cada autor.

Julio Basulto es muy popular, ya desde hace años, por su asombrosa capacidad divulgadora en radio, prensa escrita y digital, televisión, podcast, redes sociales, etc. Este gran talento ha cristalizado en más de cien conferencias en importantes auditorios y ocho libros dedicados a la nutrición en sus distintas facetas; entre ellos, Más vegetales, menos animales, escrito junto con Juanjo Cáceres, es el más íntimamente relacionado con el que tenemos entre manos. También ha publicado, por supuesto, numerosos artículos en revistas científicas de renombre y es profesor universitario y docente en diversos posgrados. No obstante, hay algo que me importa más que su imponente currículo: tengo la inmensa suerte de disfrutar de sus consejos y de su amistad.

Maria Blanquer, dietista-nutricionista y máster en Salud Pública, además de repartir su ciencia por todos los capítulos, igual que el resto de los autores, responde, con gran rigor, a algunas de las preguntas técnicas que se plantean en el texto, nos aporta recursos prácticos en forma de recomendaciones y suculentas recetas en el cuarto capítulo, algo que, sin duda, contribuirá a la difusión del libro en cualquier ámbito, tanto en el apartado de divulgación científica como en los de cocina y gastronomía, por lo que su éxito está doblemente garantizado. De este modo, se derrumban los mitos existentes sobre los ¿defectos? de una ¿aburrida?, ¿poco variada?, ¿poco nutritiva? y ¿poco sabrosa? dieta vegetariana. Mallorquina comprometida con su tierra y defensora a ultranza de un modelo de alimentación sostenible, es coordinadora y tutora de cursos de posgrado y docente universitaria sobre vegetarianismo, nutrición infantil y exceso de peso. Es lógico pensar que su genial aportación se basa en su experiencia desde hace más de una década como dietista-nutricionista, coordinadora del programa PREME (Programa de Revisión de Menús Escolares), en la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT). ¡¡¡Ahí queda eso!!! Por si fuera poco, al igual que Maria Manera y Julio Basulto, ha participado en la elaboración, revisión y coordinación de valiosas guías de alimentación inf

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