Súper Clea y el anillo mágico

Fragmento

cap-1

¿Hay algo peor que ir al colegio cuando llega septiembre? Sí, ir a un NUEVO colegio. Y, PEOR aún, ser EL NUEVO. O la nueva. O sea, Yo.

—Os presento a CLEA. Estoy segura de que dentro de muy poco vais a ser todos muy buenos amiguitos y amiguitas, ji, ji, ji.

¡Glups!

Hubiera querido que me tragara la tierra en ese mismo instante. Si ser LA NUEVA ya es de lo peor que te puede pasar, que te presenten así puede acabar con tu vida social para siempre…

Sentí que treinta pares de ojos me BUSCABAN. Treinta alumnos a los que no conocía y a los que en ese momento no tenía nINGUNAS GANAS de conocer. ¿Alguien podía culparme por ello?

El porqué de todo aquello era que, aunque quiera mucho a mis padres y todo eso, mis propios padres acababan de dejarme en una casa desconocida, a vivir con unos desconocidos, y en un colegio nuevo, rodeada de perfectos desconocidos. ¿Por qué?

—Bueno —continuó la profesora, cortando mis pensamientos—, CLEA se sentará… ¡con LILY! Como vivís juntas, seguro que estaréis MUY contentas de compartir pupitre...

¡LILY era justo la última persona con la que quería sentarme! Porque ya vivíamos juntas. Y encima en su casa. Un apartamento ENOOOOOORME en el que, con un poco de suerte, podíamos pasar el día entero sin cruzarnos. Solo llevaba allí una semana y ya me parecía una eternidad.

La profesora siguió con las presentaciones:

—Estoy segura de que CLEA será una GRAN aportación para la clase. Ha vivido en países exóticos, entre animales salvajes, así que NUNCA ha ido al colegio. ¡Qué PILLINA! Pero seguro que tiene mil y una historias interesantes que contar. ¡QUÉ divertido! ¡CUÉNTANOS, CUÉNTANOS!

Entonces sí que los treinta pares de ojos me examinaron sin ninguna vergüenza. ¡Menudo BICHO RARO debía de ser yo! Nueva y recién llegada de la JUNGLA. ¡Lo NUNCA visto! Sentí que la cara se me ponía de color rojo, pero, aun así, arranqué a hablar:

—No iba al colegio, es cierto, pero mis padres me enseñaban cada día las lecciones.

—Muy interesante, muy interesante —aprobó la profesora—. Tendremos que ver cómo vas... ¡Para el lunes tenéis que preparar un trabajo sobre el SISTEMA SOLAR!

Eso me saldría FATAL, seguro...

—En Biología sí que voy FENOMENAL —dije—. Lo sé todo sobre los animales: mi mejor amiga se llama RITA y es peluda, suave… y poco habladora.

Toda la clase empezó a troncharse de risa. La profesora me hizo un gesto simpático de reproche…

—¿Peluda y poco habladora? No es una manera muy simpática de hablar de tu mejor amiga, queridita…

—¡Pero es que es un cachorro de león! —protesté.

OTRA VEZ SE RIERON TODOS

—¡Es una LEONA pequeña! —insistí—. Y, claro, es peluda, como debe ser una leona… NO la vamos a depilar, ¿no? LILY también tiene una melena muy larga… —dije.

¡UY! Creo que este último comentario le sentó FATAL a LILY. Entonces una de las que más se reían, al fondo de la clase, se dedicó a imitar el rugido de un león. Riéndose de mí, claro.

—¡OLIMPIA PEREZOSKI! —gritó la profesora—. Deja de hacer el… león.

Pero OLIMPIA seguía rugiendo y partiéndose de risa. Y el resto de la clase, IGUAL. Parecía que todo les hacía muchísima gracia, porque no paraban de reírse... ¿de mí?

Mientras tanto, la profesora parecía a punto de echarse a llorar. ¿Es que nadie le hacía caso?

Me indicó que me sentara, así que fui hacia el pupitre que iba a compartir con LILY…, mucho menos peluda que RITA y mucho menos simpática, también.

—Puedes poner tus cosas aquí —dijo, sacando sus cuadernos, sin mirarme—. ¡Y aunque tenga melena, no me gusta RUGIR!

¡VAYA! ASÍ QUE LA HABÍA OFENDIDO.

Esperaba que no se me notara demasiado que no me sentía NADA a gusto con ella, pero es que nuestro primer encuentro en su casa, tan solo unos pocos días antes, no podía haber sido…

Nombre:

CLEA.

Señas de identidad:

Pelo rojo (¿o es naranja?).

Adora los animales.

Le gusta muchísimo:

Vivir en contacto con

la naturaleza.

No le gusta nada:

La coliflor y la gente

superficial.

Su sueño es:

Tener una amiga

humana, aunque

no lo quiera reconocer.

cap-2

Para entender todo esto, tengo que explicarme: una semana antes, mi vida había cambiado

totalmente

—No podemos seguir así, CLEA —dijo papá—. Hasta ahora tu madre y yo hemos hecho de profesores, pero necesitas algo más…

—IR al colegio —precisó mamá—. Fuera de la jungla…, en la civilización.

Me levanté a por un tazón de cereales para disimular mi nerviosismo y las lágrimas que empezaban a quemarme en los ojos. ¡No quería irme!

—YO creo que sí podemos seguir así —repliqué, mientras trataba de soltarme de uno de los titís que se había enredado en mi cabeza.

¡Ay!

¡Me estaba tirando del pelo!

—¿Ves, CLEA? —preguntó mamá—. A ESO me refiero. Necesitas compañía HUMANA, no solo monos, leones y… tus padres. ¡Gente de tu edad!

Algo me decía que aquella vez iban en serio.

—Además, no te lo hemos dicho antes, pero tenemos una misión MUY importante, puede que PELIGROSA —siguió papá—, y queremos que tú estés a salvo.

¿Era por eso por lo que querían alejarme de ellos? ¿Mis pad

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