Primer trimestre TOP

Mateo Haack
The Crazy Haacks

Fragmento

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¡Coqueta, risueña, alegre y con ideas SUPERLOCAS!

¡Allí donde ella esté, la diversión está asegurada!

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¡El más loco de los tres!

Supera todos los retos.

Primero hace las cosas y luego las piensa...

¡Por eso se mete en líos!

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El hermano mayor, más centrado y responsable. ¡Intenta que las locuras de sus hermanos no acaben en tragedia!

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Los hermanos más locos de YouTube están más que acostumbrados a viajar, pero, aun así, la séptima hora de vuelo se les hace MUUUY pesada. Con internet les habría resultado más llevadero, pero en el avión…

Ya han visto dos o tres películas que han resultado ser un rollazo; han jugado a videojuegos y a las cartas; Mateo y Daniela han intentado echar una cabezadita… Pero nada, cada vez están más incómodos en sus asientos. Si al menos hubiera venido su madre… todo habría sido más fácil; siempre encuentra algo con lo que entretenerles. Pero ellos ya pueden viajar solos así que se ha quedado en casa, después de despedirlos con un montón de abrazos, besos ¡y lágrimas! Hay que ver lo dramática que es a veces… ¡Está claro de quién ha heredado Daniela lo de ser una Drama Queen! Estarán sin verse unos cuantos meses. ¡No es para tanto!

Mateo repasa constantemente el trayecto del avión en la pantalla para averiguar cuánto tiempo queda para llegar.

—¡¿Eso de ahí abajo es New Yooork?! —pregunta Daniela, que ha dejado de escribir en su diario para pegarse a la ventanilla—. ¡Increíble! La ciudad de los rascacielos, la ciudad donde todo es posible: la ciudad de los sueños. De los sueños GRANDES. ENORMES. De los sueños CRAZY.

—¡Hugo, despierta! ¡Estamos llegando! —dice Mateo dándole un codazo.

—¡Déjame dormir un poco más, Mate! En cuanto lleguemos tenemos que ir directamente al colegio y no he podido descansar nada. Voy a ser un zombi total.

—Si hubieses dormido en casa antes de venir en vez de jugar al FIFA toda la noche, no estarías tan cansado —le responde despertándole del todo a base de pellizcos.

—¡Que me dejes! Pedazo de…

De repente, la voz entrecortada del piloto los interrumpe para anunciar el aterrizaje:

No, los hermanos Haack no van de vacaciones. Tampoco están en una escala de camino a Tailandia para ir a visitar a su familia de Bangkok. El destino final del viaje es Nueva York, donde está… ¡su nuevo colegio! Si un cambio de colegio ya es un SHOCK para cualquiera, imaginaos si el colegio está en la ciudad más emocionante de ESTADOS UNIDOS: ¡Nueva York! Y si, además, ese cole no es un cole normal, sino un internado en el centro de la Gran Manzana… ¡Imaginaos! Vale, eso de «internado» suena fatal, pero es mucho mejor de lo que parece. Significa que todos los alumnos viven en el colegio, en habitaciones compartidas con otros compañeros. Es algo así como estar de campamento todo el año. Hacía mucho tiempo que Mateo, Hugo y Daniela querían visitar Nueva York (¡¿y quién no?!), pero con todo el tema de la pandemia por covid-19 pues… ¡había sido imposible! Y mirad ahora. No solo lo van a visitar, sino que ¡van a vivir allí!

Su madre les ha conseguido una plaza en uno de los colegios más prestigiosos del país y, aunque están algo nerviosos por vivir fuera de casa, también ¡están emocionados! Pero… ¿cómo será realmente vivir en NY? Y más importante aún: ¿cómo será vivir literalmente DENTRO de la escuela todos los días? ¿Les gustará? ¿Cómo será la gente? ¿Y las clases?

Todas sus dudas se esfuman cuando bajan del taxi y llegan a la entrada de su nuevo colegio. Un deslumbrante edificio de ladrillos, antiguo pero cuidado, se alza sobre los demás en pleno centro de la ciudad. Los hermanos están parados delante de la gran escalinata de mármol que lleva a la puerta de entrada, sobre la que las letras CLLG (de COLLEGE) y los números 1907, en dorado, brillan por el reflejo de la luz del sol. Mateo intenta contar el número de pisos del edificio, pero solo le da tiempo a identificar trece.

—¡Qué pasada! —dice Hugo cogiendo aire. Parece que se le ha pasado el cansancio de golpe.

—¡Es igual que en las pelis! —Daniela lo observa dando saltos, con los ojos muy abiertos.

—Bienvenidos al instituto al más puro estilo americano —les dice Mateo—.

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Los tres asienten y se dan un abrazo. Suspiran al darse cuenta de que, en ese preciso instante, empieza su nueva vida lejos de casa: nuevos amigos, nueva comida, nuevas costumbres y, por supuesto…, ¡nuevas aventuras!

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—¿Os dais cuenta? —pregunta Mateo—. Estamos a punto de entrar en uno de los mejores colegios de Nueva York. ¡Harás un montón de nuevas amigas, Dani! ¡Anímate!

—No solo amigas —replica Hugo—. Seguro que se enamora locamente de algún chico guapo americano... Solo espero que tenga media neurona y no sea tan tonto como algunos de los que salen en las series.

Daniela le saca la lengua a Hugo, pero sonríe al imaginarse a un chico alto, guapo y rubio, líder de su equipo de fútbol americano que, por supuesto, está loco por ella.

Al entrar en el hall del colegio, se quedan atónitos. Parece el recibidor de un hotel de cinco estrellas. Está decorado con columnas de mármol y las paredes están repletas de estanterías con libros, no vaya a ser que alguien se olvide de que aquí se viene a estudiar. Daniela, Hugo y Mateo están inmóviles en medio de la sala con sus maletas, mirando embobados a su alrededor y sin saber adónde ir. De repente, sale un señor a preguntarles quiénes son.

—Los hermanos Haack, s

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