El arte de hacer justicia

Ricardo Lorenzetti

Fragmento

Presentación
Dialogando con la gente

Originalmente este libro fue pensado como una colección de fallos presentados en términos comprensibles no sólo para abogados, sino para los ciudadanos en general. Sin embargo, el resultado ha sido ligeramente distinto.

Comencé a escribirlo cuando se me hizo clara la idea de que mi padre iba a dejar este mundo. Él siempre me había manifestado lo orgulloso que se sentía de sus hijos, y al verlo transitar su enfermedad me di cuenta de que habían sido muy pocas las veces en que yo mismo le había expresado en palabras lo importante que él era para mí. Por eso, decidí incluir en su homenaje algunas historias personales, que mostrarán que uno no es nada sin una serie de circunstancias que lo explican.

Pocos días después falleció Carmen Argibay, con quien yo había entablado una relación personal muy estrecha. Hablé en su despedida, y me emocioné mucho al recordar el trabajo y los momentos compartidos. La vida cotidiana nos impone un lenguaje austero, repetitivo, que generalmente pasa por alto nuestra condición más profunda, sobre todo los aspectos referidos a nuestros sentimientos; por eso pensé que, en lugar de apelar al vocabulario del funcionario, mi libro debía recurrir al de la persona que vive y narra sus experiencias más valiosas.

Los jueces, y en general todos los integrantes del Estado, somos sólo individuos comunes que ocupan transitoriamente cargos de gran responsabilidad. Esto es algo que nunca hay que olvidar, y por eso debemos explicar nuestra tarea con absoluta llaneza, dando cuenta de cómo trabajamos para tomar decisiones, de los balances que realizamos entre intereses contrapuestos y de las enormes dudas que se nos presentan ante casos difíciles.

Hace algunos años, diseñamos un modelo de fallos relevantes explicados en palabras sencillas para su difusión masiva, un modelo que continúa vigente. Este libro forma parte de esa política, pensada para situar a la Corte Suprema más cerca de las necesidades reales del pueblo de la nación. Se trata de un libro que se asemeja a otros libros escritos por jueces de otras Cortes, en los que se cuentan casos o incluso se revelan aspectos íntimos de la vida familiar de sus autores. Un ejemplo es My Beloved World (Mi mundo adorado), de la jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos Sonia Sotomayor.

Aquí se explican y se comentan los principales casos decididos en los últimos años relacionados con los principios que nos guían. Y si bien sería imposible recorrer la totalidad de temas vinculados con nuestra actividad, es realmente innecesario hacerlo ya que todo se encuentra actualmente publicado no sólo en el Centro de Información Judicial, sino en numerosas revistas jurídicas del país y el extranjero. Estoy convencido de que reflejar nuestro hacer cotidiano es también, en alguna medida, un modo de mejorar la transparencia institucional, de acercar la justicia a la gente y de brindarle seguridad jurídica. De cumplir con su derecho de conocer las sentencias y de poder controlar así la razonabilidad de sus fundamentos mediante el debate público.

Quiero agradecer a mi familia, que me ha brindado un apoyo invalorable y ha sabido sobrellevar las ausencias qu

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