Este libro me ha encantado, está narrado desde las diferentes generaciones que heredan la máquina de coser, ya que ves la historia desde un punto de vista más cercano, de forma diferente a los libros de historia.Este libro narra las historias de Aurora, Águeda, Ana y Alba, comprendiendo desde principios del siglo XX hasta la actualidad, mostrando los cambios de mentalidad en la sociedad.Lo resalto, porque a mí, una persona más cercana al siglo XXI que al XX, me parecían hechos que estaban muy lejanos en la historia al no vivirlos, pero al terminar este libro me he dado cuenta de lo equivocada que estaba y lo mucho que aún falta por luchar.Nada más empezar, te encuentras con la juventud de Aurora, que es de todo menos aburrida, hay de todo, desde romance a matrimonio sin amor, donde el que no es infiel, conoce las infidelidades de su pareja. Aquí, nada más conocerla, sabes que Aurora va a aprovechar las oportunidades que encuentre si puede pagar el precio. Y no me refiero a dinero precisamente.Aurora me ha resultado la más inteligente de las cuatro, a la vez que emprendedora, ya que supo jugar las cartas que recibió de la mejor manera que cualquier otra persona hubiera podido.Sí que es cierto, que hay ciertos momentos en los que te cabreas con ella por cómo trata a Águeda, su hija, pero si hago balance, este sale positivo, más por su edad anciana que por la joven, eso sí. Estaba deseando que llegaran capítulos en los que apareciera con su biznieta sólo por cómo soltaba las cosas sin filtro.Águeda por otra parte, me ha resultado la persona más encantadora que puedas encontrar, aunque se aterraba por salir de los estándares marcados por la sociedad. Y aunque le faltaba el genio de Aurora, supo salir a delante.Ana, en cambio, tengo sentimientos encontrados, porque sí que tiene sus momentos de rebeldía, pero en el momento que se casó cambió totalmente. También es cierto, que el tener a Pilar como suegra no ayudó.Ana se ha limitado casi toda su edad adulta a hacer lo que se espera de ella sin tener aspiración a hacer nada en particular, sólo centrarse en la estética. Y eso me dio mucha rabia, ya que con lo que habían luchado su madre y su abuela, que ella se limitara a hacer lo que le mandaba Pilar, me sentó fatal.Y Alba
Alba es la rebelde de la familia, la encarnación de Aurora si le hubieran dado los medios y la época adecuados. Fue con la única que encajó bien Aurora, ya que se parecían y no paraba de sorprenderla.Con Alba me he sentido identificada, sobre todo cuando tiene que mostrar cosas a su bisabuela en la Tablet y ella gruñe en el proceso. ¿A quién no le ha pasado con sus abuelos el ir a mostrarles algo y que te digan que eso es muy pequeño o complicado para ellos?En conjunto, este libro te hace reflexionar y encariñarte con los personajes, aunque al principio te empiezas a confundir con las protagonistas. Van alternándose las historias, y no conserva el mismo año. Sí que es lineal en el caso de verlas de forma individual, pero tan pronto estás en el 1960 como en el 1988 o en el 2019. Una vez que te adaptas se lee bien, pero al principio cuesta un poquito.
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