La isla de las sirenas (Bat Pat 12)

Roberto Pavanello

Fragmento

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00101-03.jpg 100x57 (pixels)

1

DOBLE JUEGO ara ser del todo sincero, los que más responsabilidad tuvieron en esa malvada decisión fueron los señores Silver y sus lamentos.

«¡Estoy harta del barullo que hay en esta casa! —empezó la señora Silver, una tarde en que las idas y venidas de sus tres hijos y los amigos de estos habían sido casi continuas—. ¡Este año me voy sola a una isla desierta, como Robinson Crusoe! ¡Nada de lavar platos, encerar suelos ni ordenar habitaciones!»

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00101-01.jpg 669x881 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00102-00.jpg 105x59 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00102-02.jpg 133x55 (pixels)

Y unas noches después, el señor Silver, tras una agotadora semana de trabajo, había empeorado aún más las cosas: «¡Un día más así y me volveré loco! Decidido: ¡este verano me voy de vacaciones al desierto del Sahara! ¡Al menos allí tendré un poco de tranquilidad!».

Los hermanos Silver se olieron el peligro enseguida: el estrés acumulado de sus padres podría obligarles a pasar unas vacaciones tranquilas y aburridísimas en algún lugar perdido del mundo. Así que decidieron pasar al contraataque...

—Es cuestión de hacer un doble juego —nos dijo Martin exponiendo su idea.

—¿En qué sentido? —le interrumpió Leo—. A mí los juegos no me gustan si tengo que correr el doble.

—En el sentido —contestó pacientemente su hermano— de que tenemos que encontrar un sitio donde mamá y papá puedan descansar y relajarse, pero que no nos deje sin diversión a nosotros. ¿Me explico?

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00103-02.jpg 100x57 (pixels)

—Perfectísimamente —contestó Rebeca—. ¿Y tú qué propones, hermanito?

—Propongo... ¡el snorkel!
—El snor... ¿qué? —preguntó Leo—. No será una de tus chifladuras hipercerebrales...

—Tranquilo, Leo, no es ninguna chifladura: el snorkel solo es una forma divertida de nadar en el mar y admiR>rar lo que hay en el fondo con
unas gafas de buceo y tubos paR>ra respirar. Así de sencillo.

Leo y Rebecca se miraron sorprendidos. Yo, con solo oír la palabra «nadar», ya empecé a ahogarme.

Por suerte, Rebecca se encargó de devolver la pelota.

—Y, según tú, ¿unos padres al borde de
una crisis nerviosa como los nuestros tendrían que

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00104-00.jpg 105x59 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00104-02.jpg 133x55 (pixels)

estar encantados de acabar en una playa repleta de gente, de móviles sonando, de niños gritando y de motos acuáticas esquivando a los bañistas?

—¿Y quién ha hablado de playas? —replicó Martin—. Los mejores fondos marinos para hacer snorkel son los que tienen arrecifes en lugar de arena. Y apuesto a que allí no hay tanta gente.

—¿Y? —le pinchó Leo—. ¿Quieres decir que iremos a coger piedras?

—Podríamos ir a alguna islita tranquila del Mediterráneo. A Grecia, por ejemplo, o a Italia...

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00105-02.jpg 100x57 (pixels)

—¿A Italia? —Mi glotón amigo se entusiasmó en el acto—. ¡Genial! ¡Me encanta la pizza!

La apasionada reacción de Leo hizo que Martin se decidiera a mostrarnos los resultados de una pequeña búsqueda que había hecho en internet. Nos enseñó las fotos de varias localidades italianas que estaban consideradas el paraíso de los aficionados al snorkel: calitas maravillosas, aguas cristalinas y, sobre todo, fondos marinos espectaculares para alegría de los «buceadores mirones», y desesperación de... ¡los murciélagos!

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00106-00.jpg 105x59 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00106-02.jpg 133x55 (pixels)

En cuanto nos enseñó la última foto, que provocó un «¡Oooh!» maravillado entre los presentes, comprendí que mi destino estaba decidido.

—¿Y esto qué es? —preguntó Leo, intrigado por un grupo de islitas que había en medio de un mar de color azul cobalto.

—Es el archipiélago de Los Gallos —explicó entonces Martin—. Está en la costa de Amalfi, no muy lejos de Nápoles. También lo llaman islas de las Sirenas.

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00107-03.jpg 100x57 (pixels)

2

GALLOS Y BANDIDOS odavía tenía la esperanza de que a los señores Silver esa idea de acabar en unas rocas perdidas en medio del mar no les gustara especialmente. Pero había subestimado la capacidad de persuasión de Martin: la oferta del viaje organizado era muy buena, y el precio incluía el susodicho cursillo de snorkel para los chicos.

El señor Silver se convenció enseguida, solo con ver las hamacas en las terrazas del hotel. Su mujer, un poco más recelosa, se rindió en cuanto compren

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00107-01.jpg 648x768 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021288/images/9788484415800_CAP00108-00.jpg 105x59 (pixels)

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos