—Que nadie se vaya, que aún falta lo mejor
—anunció Elizabeth con voz altiva. Hacía gala de
su
resplandeciente
corona de piedras preciosas
y de un vestido tan
lujoso
como el de la
princesa de Holanda.
—Obvio, todo bien. ¡Es una fiesta divina! ¡Me
re cabe la onda que hay! —respondió Gateen,
cambiando repentinamente su actitud.
Guirnalda Party tomó la palabra. Estaba
hiperproducida
: su pelo platinado se alzaba en
un peinado que desafiaba la ley de gravedad y
su vestido era tan
brillante
como su cabello.
Comenzó su discurso:
—Cara Elizabeth…
—¿Cómo “cara”? —murmuró Gaturro—. ¿La
está por vender? ¡Hay que salvarla! —agregó
envalentonado
.
—¡No seas animal! —lo corrigió Ágatha—.
“Cara” quiere decir “apreciada”.
—Bueno, Agathita, en realidad no puedo dejar
de ser un animal, soy un gato —dijo Gaturro,
haciéndose el gracioso.
—Shhhhhhhhhhhh —los retaron los que
estaban alrededor.

—En esta fiesta
extraordinaria
—continuó Guirnalda
Party con su particular
voz punzante—, le
haremos entrega de la
medalla de Graduada
de Honor, enviada
por el licenciado
Mecreo Mill,
director del London
Miau Institute.
Elizabeth tomó el galardón y todos
aplaudieron.
—Seguramente ya sepan que, además,
tenemos una sorpresa inigualable —siguió
la event planner número uno—. El Museo
de Piedras Preciosas quiso ser parte de este
evento
increíble
y le ha prestado a nuestra
distinguida Elizabeth su mayor
tesoro
para
que lo exhiba esta noche.
—Guauuu —dijo Canturro. Y los gatos
invitados lo miraron con cara de “¡qué
desubicado!”.

—Es una pieza única —enfatizó Guirnalda,
y agregó—: pocas personas en el mundo han
tenido la oportunidad de contemplarla.
Entonces, la propia Elizabeth los invitó a pasar
a la sala contigua. Apenas cruzaron la arcada que
la separaba del salón principal, todos quedaron
extasiados: el famoso
R U B Í
de los mil millones
brillaba en el medio de la habitación como un
sol rojo.

Pero no solo su fulgor era impactante: la joya
estaba protegida por varios sistemas de seguridad
de última generación, que parecían transformar el
cuarto en una oficina de la
NASA
. Además de
estar al reparo de una vitrina de cristal blindado,
alrededor del rubí se veía un tejido de rayos láser
que lo atravesaban en todas las direcciones. Y
en la base del pedestal en el que estaba ubicado
había varios visores digitales que controlaban
constantemente la temperatura, la humedad, la
presión y vaya a saber qué otras variables que solo
podría entender un
experto
en dispositivos de
seguridad.
Después de unos cuantos suspiros, se oyeron las
primeras voces:
—¡Alucinante, men! —soltó Gatunislao—. ¡Quién
pudiera tener una joya tan cool! —dijo dejándose
llevar por sus fantasías—. Además, haría juego con
el estuche de mi celular y mi camisa de moda… —Y
pensándolo un poco más, añadió—: también me
permitiría conseguir muchas otras posesiones.
—El dueño de este rubí tiene la fama asegurada…
—sostuvo Katy Kit con firmeza, mientras acariciaba a
su perrito con más devoción que nunca.

Gatovica, con gesto soñador, dijo:
—Con ese rubí podría conquistar a la gata de
mi vida…
Por su parte, Catito se acomodó el pelo teñido
de colores
FLÚO
y acarició sus finos y largos
bigotes tornasolados. Era un look que había
adoptado hacía algún tiempo, en homenaje a
un pintor veneciano al que admiraba: el famoso
Cat Pop. Luego afirmó que la
PERFECCIÓN
de esa
joya lo inspiraba. Y se puso a un costado de la
sala a bocetar un dibujo nuevo. Según dijo, tenía
un block de hojas exclusivo que quería estrenar:
pergamino especialmente traído de
Indonesia. Y un grafito ¡con
partículas de oro!
—¿Cómo se ve desde
arriba, Gatulongo?
—preguntó
Gaturrón, cuya
estatura le quitaba
perspectiva.
Como la voz de
Gatulongo tenía un
largo
camino por recorrer y la

respuesta se hacía esperar, Gateen pasó por entre
ellos y aprovechó para seguir sacando fotos con su
celular desde todos los ángulos.
Gaturro estaba junto a Ágatha, detrás de todos,
casi en la entrada de la sala. Cuando notó que ella
contemplaba emocionada esa belleza
hipnótica
,
aprovechó para arrimarse un poco más.
Entonces ocurrió algo inesperado. Todas las
luces se apagaron a la vez y los dejaron en una
osc