La mente en equilibrio

Daniel Fernández

Fragmento

Creditos

Diseño de portada e interior: Donagh I Matulich

La mente en equilibrio

Daniel Fernández

1.ª edición: agosto, 2016

© 2016 by Daniel Fernández

© Ediciones B Argentina S.A., 2016

para el sello Javier Vergara Editor

Av. Paseo Colón 221, piso 6

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

www.edicionesb.com.ar

ISBN DIGITAL: 978-987-627-658-0

Maquetación ebook: Caurina.com

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Cita

 

 

 

 

 

Usted no puede aquietar la mente,

porque usted es la mente.

J. Krishnamurti

Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

Cita

 

Introducción

1. La ley del equilibrio

2. Mente, cuerpo y vínculos

3. Mente racional y mente emocional

4. Cuando la razón es excesiva

5. Cuando la emoción es excesiva

6. Los desequilibrios del amor

7. Procesos inconscientes

8. El deseo en conflicto

9. Tus zonas de confort

10. Pasado, presente y futuro

11. Los otros como espejos

12. El límite de la comprensión

13. Desequilibrios familiares

14. La realidad de un problema

15. El fantasma y los otros

16. Pandora y la esperanza

17. Sísifo y la repetición

18. Casandra y la maternidad

19. Ícaro y la mesura

20. ¿Cómo se construye una pirámide?

21. Estrés y distrés

22. Luz en la oscuridad

23. Depresión y posmodernidad

24. La vida en la caverna

25. La mente espiritual

26. Identidad y demencia senil

27. Metáfora del equilibrista

Recomendaciones finales

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Introducción

Todos o casi todos, en alguna u otra oportunidad, hemos escuchado hablar de la importancia de aquietar la mente. Este concepto, que tiene sus raíces en filosofías orientales —las que han brindado invaluables aportes al promover actividades como la reflexión y la meditación— no deja de ser una idea controversial. De hecho, quien venga incursionando en la meditación sabrá que no se trata de colocar la mente en blanco, sino, en todo caso, de procurar no emitir juicios u opiniones sobre las imágenes mentales que inevitablemente se harán presentes. ¿Puede acaso la mente vaciarse de su contenido? Por supuesto que no. La mente y su contenido son una misma cosa. Una mente sin contenido deja de ser tal. En un electroencefalograma (registro de la actividad eléctrica del cerebro) una mente quieta se vería representada por una línea

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