Diseño de portada e interior: Donagh I Matulich
Emociones de la maternidad
Dra. Grande
1.ª edición: noviembre, 2016
© 2016 by Dra. Grande
© Ediciones B Argentina S.A., 2016
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
www.edicionesb.com.ar
ISBN DIGITAL: 978-987-627-693-1
Maquetación ebook: emicaurina@gmail.com
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A mamá Lilu y papá Negro,
por iluminarme el pasado.
A mi marido y mis tres hijos,
por iluminarme el presente.
A todos ellos, por ser
luces inextinguibles.
Contenido
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
A modo de introducción. Compartiendo preguntas
1. Maternidad real versus maternidad ideal
2. Madre cóncava – madre convexa
3. Madre surtidor
4. La madre propone
5. El deseo materno, generador de vida
6. El recién nacido
7. Crecer: un desafío entre calmas y tormentas
8. La aventura de ser
9. El niño a los dos años
10. Hijo sol – hijo diluido
11. El tiempo del segundo hijo
12. Diferencias entre hijos. Roles y rótulos
13. La agresión necesaria – la agresión nociva
14. De identificaciones y transformaciones
15. Sexualidad infantil
A modo de epílogo. ¿Qué es ser una buena madre?
Para atesorar
A modo de introducción
Compartiendo preguntas
Se puede vivir a mitad de camino, la emoción partida, a medio florecer. Y morir así, creyendo que se ha vivido, un híbrido emocional, un destino trunco para el amor. Ser hija, ser madre, ser abuela, ser mujer… Todo puede sencillamente pasar, deslizarse, sin tocarnos, sin conmovernos, sin desgarros ni euforias.
¿O será la vida otra cosa, una oportunidad para que cada fibra toque su acorde?
El amor ¿es una tangente que nos roza o una fuerza que nos atraviesa?
La maternidad, cambio y sorpresa infinitos, con su presencia arrolladora se adueña de nosotras, ocupándonos enteras, atravesándonos, sacudiéndonos.
Con mis ojos de madre nueva me descubrí mirando a otras madres: ¿cómo había impactado la maternidad en sus vidas?, ¿cómo había congeniado o peleado con el pasado?, ¿cómo habían resuelto el agobio de la entrega, de la responsabilidad?, ¿cómo discriminaban el tiempo para el bebé del tiempo propio?, ¿cómo comprendían las etapas? Y me di cuenta de que estábamos solas.
Nace un hijo, nace una madre, nace una dupla. A tientas la madre se mueve en soledad, librada a sus propias capacidades y limitaciones.
La madre en soledad, la dupla en soledad, se instalaron en mí con la fuerza de la convicción, con la sabrosa inquietud que otorga el estímulo permanente.
Las convoqué, me respondieron y así surgieron los Grupos de Madres; hace ya varios años (desde julio de 1988, en Buenos Aires y en Mar del Plata), cada semana nos encontramos neutralizando la soledad, ganando la preciosa oportunidad de comprender y hacer comprender la naturaleza y esencia de nuestra función.
Con la convicc