Cuadernos

Juan José Sebreli

Fragmento

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Sebreli, Juan José

Cuadernos. - 1a ed. - Buenos Aires :

Sudamericana, 2011.

EBook. - (Ensayo)

ISBN 978-950-07-3427-1

1. Narrativa Argentina. I. Título

CDD A863

Edición en formato digital: abril de 2011

© 2011, Editorial Sudamericana S.A.®

Humberto I 555, Buenos Aires.

Diseño de cubierta: Eduardo Ruiz

Foto de cubierta: Alejandra López

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la editorial.

ISBN 978-950-07-3427-1

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Índice
  • Cuadernos
  • Portadilla
  • Portada
  • Legales
  • Lema
  • Acerca de los cuadernos
  • Los comienzos
  • Vida cotidiana
  • Pequeñas historias
  • Historias de vida
  • Cine
  • Ciudades
  • Cultura de masas
  • Citas
  • Libros
  • Políticas
  • Sexus
  • Tiempo
  • El riesgo de pensar
  • Los finales
  • Agradecimientos
  • Fotografías
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Si queremos imaginarlo en la soledad de su oficio y de sus esfuerzos, veremos a un trapero, al amanecer, que con su pinche recoge los jirones de discursos y retazos de conversación para arrojarlos a su carro, taciturno y obstinado pero no sin dejar de vez en cuando, de manera burlona, que uno y otro de esos jirones desteñidos —“humanidad”, “interioridad”, “profundidad”— ondee con el viento matinal.

WALTER BENJAMIN SOBRE SIEGFRIED KRACAUER:

“UN MARGINAL SE HACE NOTAR”.

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ACERCA DE LOS CUADERNOS

Este libro no alude en el título a su contenido sino al objeto donde fue escrito y cuyo nombre designa, además, un subgénero dentro del vasto género del ensayo, que permite pasar de un tema a otro con una libertad sin límites.

“Cuadernos”, “cahiers”, “carnets”, “noteblocks”, así se ha dado en llamar a una colección de notas más o menos breves, a veces confidenciales, que surgen de pronto y son registradas en libretas tan manuables como para usarlas en el café, la plaza, el tren, la cama o el cuarto de hotel. De los cuadernos Moleskine con tapas de un material desconocido —se llegó a decir que era piel de topo— creados por un encuadernador francés del siglo diecinueve, se sabe que Van Gogh y Matisse dibujaron en sus páginas y que Proust ordenó a Celeste Albaret quemar muchos de ellos con escritos íntimos. Bruce Chatwin fue uno de los últimos en utilizar los auténticos Moleskines porque, en su versión original, desaparecieron hacia 1986. Esos ochenta y cinco cuadernos se han vuelto míticos y están depositados en la sección de manuscritos occidentales contemporáneos de la Bodleian Library y estuvieron fuera del alcance del público hasta el año 2010.

No menos emblemáticos fueron los cuadernos de Thomas Mann, pues siempre los llevaba consigo y anotaba informes cotidianos, direcciones, horarios, números de teléfono junto a esbozos de libros o páginas de diario íntimo donde alternaban datos triviales —comida, aseo, ropa— y confesiones de sus secretos deseos sexuales. En varias oportunidades de su vida Mann destruyó muchos de esos cuadernos; de la incineración se salvaron cuarenta con notas y seis mil páginas de diario.

Bizarro como siempre, Ludwig Wittgenstein, en sus Diarios secretos, escribió sobre las páginas impares reflexiones generales en un lenguaje llano y en las pares, confesiones íntimas codificadas.

Motivos sentimentales y nostálgicos llevaron a Borges a titular Cuaderno San Martín a su libro de 1929; se refería al de sus días escolares en la infancia y también aquel donde después escribió sus primeros poemas.

El Che Guevara anotó en cuadernos, desde su adolescencia hasta sus últimos días, todos los acontecimientos de su vida. Los Cuadernos de Praga son un misterio, nunca han aparecido, ni siquiera se tiene la certeza de que los haya escrito, en todo caso están ocultos en los archivos secretos del régimen castrista.

Michel de Montaigne dio origen al ensayo con su extraña obra donde la hibridez de la forma, con lindes indecisos entre la autobiografía y el aforismo, se une a la mixtura de los contenidos entrelazando reflexiones filosóficas con historias de la vida privada. Esos rasgos pertenecen también a los “cuadernos” y los Essais serían, por lo tanto, su primera expresión.

Tras las huellas de Montaigne, en los siglos dieciséis y diecisiete siguieron algunos autores españoles y alemanes del barroco y los franceses llamados “morali

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