Los muchachos peronistas árabes

Raanan Rein
Ariel Noyjovich

Fragmento

Corporativa

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A mi nieta Lía

RAANAN REIN

A mi abuelo Isaac

ARIEL NOYJOVICH

AGRADECIMIENTOS

Este libro es el resultado de un esfuerzo común y de un extenso camino que nos llevó a distintos rincones de la República Argentina y a muchos archivos y centros de documentación. A lo largo de este recorrido hemos acumulado numerosas deudas con bibliotecarios y archivistas (en Buenos Aires, Tucumán y Santiago del Estero), colegas y amigos (en la Argentina, Israel, Alemania, los Estados Unidos y Canadá), estudiantes (sobre todo en la Universidad de Tel Aviv) y familiares. Cada uno contribuyó de una forma u otra a la elaboración de ciertos conceptos teóricos, a la búsqueda de material inédito o a la realización de un proyecto de historia oral. Lamentablemente, no vamos a poder nombrar a todos.

Queremos agradecer en primer lugar a nuestro editor Roberto Montes, por el apoyo y estímulo que nos dio en este proyecto que culminó primero con Los muchachos peronistas judíos y ahora con Los muchachos peronistas árabes. Claudio Panella, de la Universidad Nacional de La Plata, colaborador hace una década en varios proyectos sobre el primer peronismo, leyó con atención y comentó el primer borrador del texto. Lo mismo hizo Darío Pulfer, de la Universidad Nacional de San Martín.

Tenemos una particular deuda de gratitud con Jeffrey Lesser, de la Universidad de Emory; David Sheinin, de la Universidad de Trent, y Stefan Rinke, de la Universidad Libre de Berlín, por prestarse a un diálogo intelectual enriquecedor sobre los nuevos estudios étnicos relacionados con América Latina.

En distintas etapas de este proyecto mantuvimos interesantes conversaciones con Susana Brauner, Fabián Bosoer, Ezequiel Adamovsky, Alejandro Cattaruzza, Alejandro Dujovne, Adriana Brodsky, Carlos Escudé, Mariano Plotkin, Emmanuel Kahan, David Selser, Nerina Visacovsky y Rosalie Sitman. Queremos expresar un especial agradecimiento a Daniel Campi del ISES de Tucumán, a César Canceco de la biblioteca del ISES, a Amira Juri de la Universidad Nacional de Tucumán, así como a Alberto Tasso de la Biblioteca Sarmiento de Santiago del Estero.

Julián Blejmar y Adrián Krupnik colaboraron en la elaboración del epílogo y la sección sobre Jorge Antonio. Agradecemos a Eliezer Nowodworski y Pablo Bornstein la asistencia en la traducción y redacción del texto en castellano. En el Centro Daniel Abraham de Estudios Internacionales y Regionales nos ayudaron Omri Elmaleh y Maayan Nahari.

Por último, y no menos importante, Ariel quiere agradecer a su esposa Ortal y a sus padres Natalio y Alicia. Raanan quiere agradecer a su esposa Mónica, sus padres Shlomo y Nejama, sus hijos, Omer y Noa, y su nuera Chen.

En la Universidad de Tel Aviv hemos contado con el apoyo del Centro S. Daniel Abraham de Estudios Internacionales y Regionales y de la Cátedra Elías Sourasky de Estudios Iberoamericanos.

INTRODUCCIÓN

Ante decenas de miles de sus seguidores convocados en la porteña Plaza de Mayo, Juan Domingo Perón incluyó en su discurso del 17 de octubre de 1950 las veinte verdades fundamentales de la doctrina justicialista, o sea la de su partido. La sexta de estas reglas, enunciada frente a una multitud que aclamaba a su líder, rezaba que “para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”.

Cuatro años más tarde, dirigiéndose a líderes argentinos-árabes, Perón añadía otra “verdad” fundamental a su vocabulario populista, esta vez con un giro étnico:

[…] esta colectividad tan hermanada y tan amiga nuestra se mantenga siempre unida y que piense que así como decimos nosotros que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, también, dentro de la comunidad árabe en la Argentina, para un árabe no debe haber nada mejor que otro árabe.

La década peronista (1945-1955) introdujo cambios profundos en los significados y los contornos de la ciudadanía en la Argentina. Las acciones gubernamentales contribuyeron a que se ampliara un debate sobre la comprensión y conceptualización de la ciudadanía. En aquellos años, la Argentina experimentaba transformaciones en la representación política y, simultáneamente, en el desplazamiento gradual hacia un modelo de democracia participativa, procesos que implicaban también un paso importante hacia lo que hoy consideraríamos una sociedad multicultural.

Las identidades étnicas pasaron a ser menos amenazantes para el concepto de la argentinidad. En lugar del trad

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