HISTORIAS DEL OTRO LUGAR

José María Merino

Fragmento



Índice

Portadilla

Índice

Unas palabras del autor

Prólogo a Cincuenta cuentos y una fábula

I. Cuentos del reino secreto

Prólogo

El nacimiento en el desván

La prima Rosa

La noche más larga

Los de allá arriba

Buscador de prodigios

Valle del silencio

La casa de los dos portales

El desertor

El enemigo embotellado

El acompañante

Los valedores

Genarín y el gobernador

El museo

El niño lobo del cine Mari

El anillo judío

Expiación

Zarasia, la maga

Madre del ánima

La tropa perdida

La torre del alemán

El soñador

II. El viajero perdido

El viajero perdido

Las palabras del mundo

Cautivos

Imposibilidad de la memoria

La última tonada

Los paisajes imaginarios

El edén criollo

Oaxacoalco

Del Libro de Naufragios

Un ámbito rural

Un personaje absorto

III. Cuentos del barrio del Refugio

El caso del traductor infiel

La costumbre de casa

El derrocado

Fiesta

Bifurcaciones

Signo y mensaje

Para general conocimiento

Tertulia

Los espíritus de doña Paloma

Materia silenciosa

Viaje interrumpido

Los libros vacíos

Pájaros

IV. Cinco cuentos y una fábula

El huésped

El adivino confuso

El séptimo viaje

La voz del agua

Los frutos del mar

Artrópodos y hadanes (una fábula)

V. Cuentos de los días raros

Nota del autor

Celina y Nelima

Mundo Baldería

Sinara, cúpulas malvas

La memoria tramposa

All you need is love

Los días torcidos

Papilio Síderum

El inocente

La impaciencia del soñador

Maniobras nocturnas

La casa feliz

El fumador que acecha

La hija del Diablo

El viaje secreto

El apagón

Dedicatorias

Créditos

01-historias

Unas palabras del autor

Hace doce años reuní los libros de cuentos que había publicado hasta entonces y redacté, como introducción, el texto que sigue a este y que mantengo tal como estaba, aunque debo hacer algunas observaciones. Primero, que en 2007 se publicó una edición revisada de Cuentos del reino secreto, conmemorativa del vigésimo quinto aniversario de la primera, acompañada de un prólogo, que es el que ahora se incorpora a este libro. Además, que los cuentos que entonces aparecían reunidos bajo el título Otros cuentos, por un lado, y Una fábula, por otro, ahora están reunidos con la denominación Cinco cuentos y una fábula. También se incluye Cuentos de los días raros (2004), con lo que el libro no reúne ya 51 cuentos sino 66, y presenta lo que ha sido mi producción cuentística a lo largo de más de veinte años. Quiero añadir que todos los textos han sido revisados por mí, de manera que ésta es la versión definitiva.

¿Por qué Historias del otro lugar? En ese título he pretendido señalar el ámbito de todos estos cuentos, más allá de los temas de cada conjunto: el lugar que corresponde al espacio de la ficción, inevitable sombra esclarecedora del lugar de la realidad para los seres humanos, y en este caso todavía más «otro» por su general impregnación fantástica; un lugar entre cuyos habitantes están los personajes de este libro, tan familiarizados con una experiencia donde se mezclan sueño y vigilia a través de la palabra, lo que, según creo, pertenece naturalmente a las intuiciones de la literatura.

Madrid, primavera de 2009

02-historias

Prólogo a Cincuenta cuentos y una fábula

Las historias oídas

De niño descubrí que casi toda la realidad ajena —quiero decir la realidad humana, histórica— era opaca, huraña, erizada de amenazas tan tercas como inexplicables, y que entre aquella realidad exterior y la mía propia —que yo sentía formando parte del mundo de la naturaleza, sin tiempo y sin historia—, había un abismo que parecía difícil poder salvar. Pero también descubrí que todas las formas narrativas —las películas, los tebeos, los cuentos— eran mensajes que, procediendo de aquella realidad exterior, me daban claves para establecer con ella ciertos enlaces de comprensión, y que incluso me ayudaban a aceptarla. Mi embeleso ante los sucesos que se desarrollaban en el habitual blanco y negro de los cines, a la vez luminoso y sombrío, o ante las viñetas que ordenaban las peripecias tragicómicas de los monigotes dibujados, era la actitud del desciframiento de algo que había más allá de las imágenes, en el feroz mundo de carne y hueso, que las imágenes parecían haber domesticado. También había esa actitud en la avidez

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