Créditos
Título original: Every Last Word
Traducción: Laura Paredes
1.ª edición: enero 2016
© 2015 by Tamara Ireland Stone
Publicado por acuerdo con Taryn Fagerness Agency LLC
y Sandra Bruna Agencia Literaria, S.L.
© Ediciones B, S. A., 2016
para el sello B de Blok
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
ISBN DIGITAL: 978-84-9069-302-5
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Contenido
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
SEIS MESES ANTES
AHORA
MÁS QUE NADA
ESTAMOS LAS CINCO
GUARDAR UN SECRETO
LO MÁS PROFUNDO
A TU LADO
UNAS GANAS IRRESISTIBLES
ME GUSTARÍA OÍR
NOSOTRAS LO CURAMOS
ESE ANGOSTO PASILLO
IMPOSIBLE PASAR PÁGINA
TRES GRANDES PASOS
ASPIRANTE A POETA
QUE TODO FLUYA
SIN NINGÚN PENSAMIENTO
UNA PREGUNTA EXCELENTE
DEBE DE SER ESO
ME FUNDO CONTIGO
MIS TRES ACORDES
ESE CONEJO BLANCO
SUJETAS EL BATE
ALARGA LA MANO
ME SIENTO SEGURA
SOLO UN AMIGO
EL PELDAÑO INFERIOR
AHORA ESTÁS AQUÍ
LO QUE SEA
TUS MEJORES AMIGAS
ESCRIBIR SOBRE MÍ
ES ALGO BUENO
LA DÉCIMA COSA
DE ESTE CHICO
ALGUIEN TOTALMENTE DISTINTO
ALREDEDOR DE MÍ
RECIENTE E INESPERADA
DE MENTE RETORCIDA
HACER DOS COSAS
ME ENCIERRO DENTRO
PODRÍA IR PASÁNDOLA
ME GUSTAS MUCHÍSIMO
UNIDA A MÍ
PUES AHÍ ESTÁ
POR PRIMERA VEZ
CREO QUE PUEDO
NOTA DE LA AUTORA
AGRADECIMIENTOS
Dedicatoria
Para C. y todas las demás mentes especiales
SEIS MESES ANTES
SEIS MESES ANTES
«No tendría que estar leyendo estas notas.»
Hailey corta una rosa y me la pasa. Cuando sujeto la nota al tallo con una brillante cinta rosa, la leo. No puedo evitarlo. Esta es un poco exagerada, pero aun así tierna. Se la doy a Olivia y ella la deja en el cubo correspondiente al aula.
—¡Esto es increíble, chicas! —resopla Olivia, riéndose mientras vuelve la tarjeta que sostiene. Supongo que ella también las está leyendo—. No sé de quién es esta pero... pobre chico. ¡Qué cursi!
La tentativa de sentido poema que ha escrito alguien recorre el grupo. Alexis se echa hacia atrás en mi cama partiéndose de risa. Kaitlyn y Hailey se tronchan en la alfombra. Al final, me río con ellas.
—Esto no está bien. No las leamos —comento, escondiendo la rosa en medio del cubo para intentar proteger al muchacho anónimo que ha expuesto sus sentimientos por una tal Jessica, de su clase de Cálculo.
Olivia toma el montón de tarjetas que tengo delante y se pone a hojearlas.
—Dios mío, ¿quién es esta gente y cómo es que no conocemos a ninguno?
—¿Porque no somos unas fracasadas? —sugiere Alexis.
—Nuestro instituto es grande —replica Hailey.
—Venga, sigamos, que las flores se están marchitando. —Kaitlyn vuelve a adoptar el papel de organizadora de nuestra recaudación de fondos por San Valentín sin dejar de reírse—. Olivia, como te gustan tanto las notas, cambia de lugar con Samantha.
—Ni hablar —responde Olivia, cuya coleta se zarandea al sacudir la cabeza—. Me gusta lo que hago.
—Ya me cambio yo por ella. Se me está cansando la mano —se ofrece Hailey, y las dos intercambiamos nuestros puestos.
Saco una rosa del cubo y recojo las tijeras del suelo. En ese momento me viene una idea a la cabeza y, sin tiempo para reaccionar, noto que mi cerebro le hinca los dientes y la sujeta con fuerza, preparándose ya para defenderla ante mí. Empieza a temblarme la mano y se me seca la boca.
«Es solo un pensamiento», me digo.
Dejo caer las tijeras al suelo y sacudo varias veces las manos mientras echo un vistazo alrededor, temerosa de que alguna de mis amigas me esté mirando.
«S