Toma un café contigo mismo

Walter Dresel

Fragmento

INTRODUCCIÓN

Pasamos una parte importante de nuestra vida emitiendo juicios sobre todos los acontecimientos que nos vemos obligados a enfrentar y sobre la actitud que asumen las personas con las que interactuamos, ya que nuestra existencia se desenvuelve en un marco social.

Sin embargo, en un momento determinado, y estimulados por las circunstancias, necesitamos abordar con honestidad y valentía el juicio que nos merece nuestra propia persona, analizando la imagen que nos hemos creado y cotejando nuestros principios sustentados en valores éticos y morales con el sentido de nuestra vida y con el acierto, o no, de nuestras elecciones y decisiones.

Momento crucial, este, que provoca una verdadera conmoción en nuestro esquema de vida, porque comenzamos a cuestionarnos seriamente si los conceptos que hemos manejado como verdaderos hasta el presente seguirán siéndolo, a punto de partida de la evaluación que nos merece nuestro comportamiento.

La frecuencia de situaciones vividas como fracasos, con el consiguiente sentimiento de pérdida y la cuota importante de frustración agregada por no poder cumplir con nuestros deseos y necesidades, nos impulsa a revisar nuestra responsabilidad en la génesis de estos hechos.

En el mismo instante en que nos disponemos a quitarnos aquellos disfraces que han estado ocultando nuestra verdadera persona, a veces por décadas, nos encontramos con el verdadero ser que somos, dispuestos a hacernos cargo de nuestros errores, pero también a salir al mundo en la nave de nuestras virtudes, para demostrar, a nosotros y a los demás, que somos seres humanos con opciones, con posibilidades, y que mañana será un día nuevo para vivirlo con la luz intensa del sol que realza el brillo de nuestra persona.

En este libro hemos de admitir nuestra vulnerabilidad frente a las situaciones adversas, lo cual nos alivia la culpa al permitirnos comprender que como individuos tenemos derecho al error y que en la búsqueda del éxito personal está agazapado el fantasma del fracaso, con su halo de oscuridad, tristeza e impotencia.

Abordaremos, asimismo, el impacto que las experiencias vividas como fracasos tienen sobre los componentes fundamentales de la autoestima, que son la confianza y el respeto por nosotros mismos. Emerger de estas situaciones sin adoptar el rol de víctimas requiere también de un análisis profundo y objetivo.

Todo acontecimiento puede ser interpretado de más de una forma, y todo dependerá del cristal con que estemos observando nuestro mundo exterior, pero también nuestro mundo interior. Si los fracasos son juicios sobre sucesos de nuestra vida, cuando cambiamos el juicio que nos merece el hecho en sí mismo estamos también modificando sus repercusiones sobre nuestro estado de ánimo.

En tiempos difíciles, y cuando estamos sumidos en agudas crisis personales, perdemos la perspectiva de nuestro derecho natural al bienestar y a que sean respetados nuestros espacios y límites, en salvaguarda de nuestra integridad y del necesario equilibrio emocional.

Todos somos capaces de desarrollar una sana autoestima, en la medida en que nos fijemos metas accesibles y lógicas. Existen períodos de transición entre el impacto que causan las experiencias negativas en nuestro cuerpo emocional y la cicatrización de las heridas del alma que estos episodios producen. Este tiempo lo utilizaremos para hacer un balance existencial y generar una nueva forma de pensar y ver la realidad.

La autovaloración surge del diálogo interno y de la toma de conciencia sobre la necesidad de instrumentar cambios que nos permitan vivir mejor. Tomar un café con uno mismo facilitará la tarea en la que estoy dispuesto a ayudarlo, aunque debo adelantarle que las decisiones siempre son personales, y no pueden ni deben ser tomadas bajo el influjo del criterio de otra persona, aunque esta sea de nuestra total confianza.

Llegará el día en que usted percibirá su nueva identidad y estará en condiciones de volver a interactuar con todos los seres humanos, mostrando una autoestima saludable y con total conciencia de sus logros, que serán bien recibidos por quienes lo rodean, que a punto de partida de su transformación han de respetarlo y dispensarle el trato que usted se merece.

No tema, la travesía comienza aquí, no se detiene nunca, pues la excelencia en calidad de vida es un anhelo que todos tenemos. El destino final es transformar su manera de pensar y de sentir respecto de sus derechos, y también de sus obligaciones, para poder así retomar la conducción de su vida, sabiendo fehacientemente hacia dónde ha de dirigirla.

De la misma manera en que lo hice con El lado profundo de la vida, pongo este material a su disposición y a su juicio, deseando serle útil para sobrellevar con dignidad estos tiempos difíciles, y contribuir con este aporte a estimularlo para que se inicie en el camino del autoconocimiento y la autovaloración, que se convertirán a la postre en el soporte principal del desarrollo de su autoestima.

Dr. Walter Dresel

PRIMERA SECCIÓN
La vulnerabilidad
del ser humano
frente a las pérdidas

A nadie le gusta perder en ningún ámbito

de su desempeño cotidiano.

Nos tornamos sensibles y nos sentimos desprotegidos.

Sin embargo debes asumir desde el principio

que no todo lo que deseas se te concederá.

Desarrollar una buena tolerancia a la

frustración, es el talismán que te hará

comprender cuáles son las reglas de juego en el mundo que habitas.

¡Cuanto antes lo hagas, menor será tu sufrimiento!

Dr. Walter Dresel

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