Mindfulness 2

Javier Cándarle

Fragmento

Prólogo

Queridos lectores:

He leído con mucho entusiasmo los dos libros anteriores de Javier. Y saber que este que ustedes tienen en sus manos se trata de la profundización de Mindfulness, me llena de entusiasmo y de ganas de zambullirme… como quien se está por meter al mar… Puedo sentir el oleaje de sensaciones mezcladas con recuerdos de las lecturas anteriores, la vívida cosquilla de emprender un nuevo recorrido. Porque este libro es eso: una invitación a sumergirse, una experiencia que va mucho más allá de una serie de letras negras sobre un fondo blanco. Es una experiencia que convoca a todos los sentidos, que nos anima a estar ahí, presentes de cuerpo y alma en lo que vamos leyendo… Es que la manera de escribir de Javier, los recorridos que plantea, invitan, como quien invita a un viaje… a sentir plenamente, a estar con lo que se va presentando. Nos guía a profundizar, lo que requiere de un compromiso personal y de estar ahí, verdaderamente conectados leyendo. Hay múltiples dimensiones escondidas para des-cubrir y apreciar en la vida que se desarrolla momento a momento, en esta aventura de encarnar lo más profundo y esencial de nosotros, que no es algo a alcanzar, sino que ya está disponible, aquí y ahora. Solo hace falta zambullirnos…

Los que tenemos la suerte de conocer a Javier sabemos que la magia y el potencial transformador que podemos sentir en este libro no es casual. El modo en el que está escrito refleja que cada palabra es habitada. Las palabras de Javier son personales y directas, para que el lector pueda fácilmente comprenderlas, porque estoy segura de que las ha escrito plenamente consciente de ellas y con un gran amor. Así el libro y sus enseñanzas cobran vida y nos invitan a eso, a despertarnos, a ser conscientes.

Y finalmente de esto se trata la práctica de Mindfulness, la posibilidad de elegir habitar cada momento de nuestra vida con conciencia plena. Es un despertar de la conciencia que implica la mente y el corazón. Es en sí mismo un viaje íntimo y profundo… una invitación a participar en la vida. Y este es quizás el trabajo más difícil y al mismo tiempo más esencial.

Vivir una vida habitada, con nuestros aciertos y desaciertos, desde y en ese lugar sentido y con sentido es un gran desafío. Y al mismo tiempo, como dice el dicho popular: “¡Quién me quita lo bailado!”. Esto significa que el viaje debe ser emprendido con todo el corazón, ya que Mindfulness en otras de sus facetas es eso, es estar desde el corazón. Como dice John Kabat-Zinn, el creador del programa de reducción de stress basado en Mindfulness (MBSR): “La práctica de la atención plena es una aventura amorosa con la esencia de la vida”.

¿Y qué buscamos con este despertar de la conciencia? Buscamos que las cosas se tornen vívidas e intensas y de este modo cada experiencia tenga una potencialidad transformadora. La vivencia de estar presentes suele sentirse como algo que está lleno, pleno, y que se experimenta como real. Hace poco un paciente me decía: “¡Ahora vivo la vida en colores!”. Pero claro… se ven todos los colores nítidamente, los que nos gustan y los que no nos gustan.

¿Qué pasa cuando estamos dormidos? Lentamente nos vamos transformando en seres grises y perdemos vitalidad, es similar a la experiencia de sufrir de cataratas en los ojos. ¿Han tenido alguna vez esa sensación de caminar por la vida como si estuviesen rodeados de niebla? ¿Se han sentido alguna vez apagados? Ojo que apagado no es triste, es más bien cuando perdemos esa sensación de vitalidad, ese anhelo esencial. Y, como ocurre con las cataratas, a veces no nos damos cuenta de que lentamente hemos ido perdiendo los colores, que nos hemos ido agrisando y adormeciendo…

Vamos por la vida pensando en lo que vamos a hacer cuando terminemos lo que estamos haciendo, apresurándonos para sacarnos de encima lo antes posible las cosas, y así dejamos de percibir el milagro de la vida. Al despertarnos a ser conscientes de nuestros pensamientos, sensaciones y emociones y de todo lo que tiene que ver con nosotros, nos encontramos en un estar realmente vivos...

¿Pero qué pasa cuando estar vivos duele?

Los invito a que hagan una pausa y registren qué les despierta esta pregunta… ¿Qué nos sucede cuando nos conectamos con el dolor, que por cierto es una parte inevitable de la vida?

¿Pueden sentir lo que aparece?

Y aquí se nos presenta otra capa, otro paisaje de esta profundización que propone el libro. En este aspecto Javier nos acompaña con la consigna de hacerlo “amorosamente”… ¿Cómo es acompañarse amorosamente en los momentos de malestar? ¿Qué es lo que hacemos habitualmente? Cuando se abre la puerta de nuestro sufrimiento, generalmente comenzamos a luchar con lo que nos sucede. Por eso la práctica de Mindfulness nos invita a estar iluminando la experiencia con una cualidad particular: amorosamente. Así aprendemos una dimensión más de nuestra conciencia que no solo implica estar atentos y presentes, sino que también nos invita a estar con la experiencia.

En este sentido, Mindfulness es una práctica relacional, porque nos induce a habitar la experiencia, a re-conocer que podemos elegir trazar lazos con ella de modos singulares. Significa prestar atención no solamente a lo que aparece, sino también a cómo nos relacionamos con lo que se va presentando. Y esto no quiere decir que algunos modos estén bien o mal en sí mismos, somos nosotros ejerciendo nuestra libertad quienes podemos agenciarnos y elegir, podemos elegir el modo en que nos relacionamos con la experiencia.

Y este es el bastión final de nuestra libertad, muchas veces no está en nuestro control lo que nos sucede, pero siempre tenemos la posibilidad de elegir cómo nos relacionamos con ello. Tal como dice magistralmente Viktor Frankl: “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”. Y esto tiene una enorme potencialidad, nos puede producir una inmensa sensación de espacio o, según la actitud que tomemos, generarnos mucho malestar, de nosotros depende. Es un punto de elección, de discernimiento… Respecto a esto dice Javier: “Todo este darse cuenta o insight adviene en microsegundos y permite abrir un espacio para tomar una decisión que emerge de un lugar mucho más conectado y libre”.

Pero, ¿qué sucede cuando esto no sale bien, cuando este contacto con la experiencia que armamos nos devuelve mucho sufrimiento? Este libro nos propone así reflexionar en los modos en que construimos nuestro sufrimiento. Enfoca en el aspecto relacional que nos da ese margen y junto con él la posibilidad de empoderarnos.

Claramente la experiencia humana está llena de abismos, de grietas y hendiduras. ¿Estamos dispuestos a explorar en ellas también?

Ahora observen qué les despierta esta pregunta… todo lo que pasa en el paisaje de los pensamientos, las emociones y las sensaciones cuando permiten que esta pregunt

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