Vi a Jack Hotel con un traje de tres piezas de color verde oliva, con su cabello rubio peinado hacia atrás y el rostro brillante de sufrimiento. Los clientes que sabían quién era él le invitaban a copas en el Vine tan rápido como él pudiera bebérselas, personas con las que apenas tenía relación, gente que ni siquiera podía recordar si lo conocía o no. Era una ocasión triste, estimulante. Era juzgado por robo a mano armada. Salió del edificio del tribunal durante el receso para comer. Miró a los ojos de su abogado e intuyó que iba a ser un juicio breve. De acuerdo con las matemáticas legales, que solo la mente de un acusado tiene fuerzas para utilizar, calculó que el mínimo en su caso serían unos veinticinco años.
Era algo tan terrible que