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Ling Qi Jing, el Libro del ajedrez espiritual

Fragmento


Introducción

El Ling Qi Jing apareció probablemente entre el final de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), sucesora de la Qin, y el período comprendido por los llamados Tres Reinos (220-280 d.C.) hasta avanzada la dinastía Jin, allá por el 420 d.C. Si bien se trata de un libro milenario, no es tan antiguo como el I Ching, que data de unos cuatro mil años o más. Como todo texto anónimo, la exactitud de la génesis del Ling Qi Jing es incierta. Sin embargo, es posible que sus conceptos se hayan desarrollado con anterioridad, ya que se le atribuyen a un tal Dong Fang Shuo, que se sabe que vivió unos siglos antes. Y aunque su estructura adquirió una identidad particular, cuyos conceptos son más mundanos y accesibles, está claro que tiene sus bases e inspiración en el I Ching.

Para comprender el contexto histórico en el que surgió este texto, hay que recordar que se corresponde con un ciclo en el que los gobernantes tomaron como eje fundamental las enseñanzas y los valores que antiguamente transmitieron pensadores como Lao Zi y Confucio. La educación y la escritura tuvieron un gran impulso. Apareció el papel de arroz y China se expandió territorialmente. Fue una etapa de florecimiento, tanto en el comercio como en lo cultural y lo artístico, donde el Estado adoptó la moral confuciana como paradigma. Con respecto al período conocido como los Tres Reinos, se trató de tres Estados rivales: Wei (Cao Wei), Shu (Han Shu) y Wu (Wu oriental), cada uno con un emperador que pretendía la sucesión de la dinastía Han.

Estos Estados combatientes dieron lugar a una de las etapas más sangrientas de la historia de China. Por el año 263, el Estado de Wei logra destruir a Shu, y la dinastía Jin derroca a Wei y termina con el Estado de Wu, controlando así el territorio nuevamente unido de lo que antiguamente había sido la dinastía Han.

Hubo dos períodos de los Jin, la dinastía Occidental (265 d.C.-316 d.C.) y la Oriental (317 d.C.-420 d.C.). A pesar de la unidad política, el poder central no se caracterizaba por su fortaleza; por el contrario, el control del imperio presentaba falencias, el confucionismo dejó de ser el paradigma y culturalmente hubo una importante caída. Incluso la corriente taoísta, muy difundida en la sociedad china, fue víctima de una fuerte represión y debió resguardarse como una actividad clandestina. Pero uno de los aspectos destacables del período Jin fue sin duda el crecimiento poblacional, que recuperó su nivel luego de la notable pérdida durante la etapa de los Tres Reinos.


Oráculos

La costumbre china con respecto a la adivinación es de origen chamánico y se remite a los tiempos legendarios, a la tradición oral. Los primitivos métodos mánticos consistían en la interpretación de las grietas que las varas de hierros calientes producían sobre los huesos y los caparazones de las tortugas, una práctica que se conoce como escapulomancia y que tuvo su auge en los comienzos de la dinastía Shang (1766 a.C.-1122 a.C.). Esta dinastía se caracterizó por el comercio y fue la primera en poseer documentación histórica. El espacio territorial de los Shang se extendía sobre el valle del Huen He (el río Amarillo). Practicaban la agricultura y la ganadería, poseían objetos de bronce y desarrollaron los pictogramas, un sistema de escritura predecesor de los ideogramas. Durante la etapa Shang, la escapulomancia constituyó una disciplina prácticamente exclusiva del emperador utilizada para indagar sobre los asuntos del Estado, siempre intermediada por un intérprete que analizaba las formas de las grietas para determinar lo favorable o desfavorable de la consulta en cuestión. Pero con la caída de los Shang y la llegada al poder de los Zhou, fue determinante en el desarrollo del refinamiento cultural, y la escritura ideogramática alcanza su máxima expresión. La literatura se expande notablemente y también la adivinación deja atrás su ciclo rudimentario para tomar su lugar un nuevo oráculo: el Yi Jing (I Ching), el Libro de las mutaciones, cuyo nombre original fue Zhou Yi, es decir, Las mutaciones de los Zhou, en referencia a los reyes de dicha dinastía, que también lo empleaban para resolver cuestiones de Estado.

En materia adivinatoria el cambio fue radical. El oráculo poseía un texto, es decir, juicios que aconsejaban y advertían lo propicio o lo desfavorable. Tales juicios o sentencias fueron atribuidos al rey Wen, primer gobernante Zhou, y a su hijo, el príncipe de Zhou, aunque a ciencia cierta no se sabe si en realidad lo que hicieron fue transcribir el cuerpo de un oráculo con máximas que ya se conocían de la tradición oral. Al respecto hay versiones que dicen que existió un antecesor del I Ching durante los años finales de la dinastía Shang, conocido como Shang Yi y que, por razones desconocidas, se perdió sin dejar rastros. Es curiosa esta referencia ya que se cuenta que Wen redactó las sentencias del I Ching en el período en que estuvo prisionero de los Shang, con lo cual no sería improbable que los Zhou hayan tenido contacto con parte del legado del supuesto Shang Yi; también es interesante el hecho de que Wen se basa para esta redacción en los Ba Gua, los ocho trigramas que la tradición le atribuye a Fu Xi, el primer emperador, también conocido como Pao Xi, primitivamente representado como un ser mitad hombre mitad serpiente y tardíamente solo como un hombre, inventor de la escritura, la pesca y la caza. De esta manera encontramos una conexión con los fundamentos del I Ching supuestamente en períodos legendarios, ya que el mito cuenta que mientras Fu Xi meditaba a orillas del río Amarillo, vio emerger del agua un animal con forma de caballo y dragón que sobre el lomo tenía grabado el diagrama de los ocho trigramas1.

Pero lo cierto es que el I Ching, como libro de Estado, en sus comienzos fue visto como un libro oscuro, de conceptos complejos y de difícil comprensión, reservado a los eruditos. Fue el libro predilecto de Confucio, quien junto a su escuela le dieron en los siglos posteriores su apariencia definitiva. La restricción que representó el I Ching por su complejidad interpretativa fue la razón del surgimiento de oráculos más sencillos, como el Ling Qi Jing, que podía estar al alcance del pueblo. Claro que tiene sus bases y su inspiración en el I Ching, pero su estructura adquirió una identidad particular cuyos conceptos son más mundanos y accesibles. Sus textos presentan la influencia de la corriente taoísta, ya bastante extendida durante el período de su aparición. Tal vez ensombrecido por el prestigio y la fama del I Ching, el Ling Qi Jing ha pasado casi inadvertido en Occidente salvo rarísimas excepciones, como la versión en inglés de Ralph D. Sawyer2.


El Libro del ajedrez espiritual

Ling Qi Jing significa “El Libro del ajedrez espiritual o divino”, dada la similitud que tienen sus doce piezas para elaborar el signo de consulta con las piezas del ajedrez chino, conocido como Qi. “Ling” es el término empleado para referirse al dominio espiritual, y “Jing” significa canon o libro. Al igual que el I Ching, se trata de un oráculo que no solo está compuesto por signos y símbolos, además posee texto, es decir, tiene “voz” propia. Cada uno de sus 125 signos tiene su anécdota denominada “Imagen” y va acompañada de un poema.

Siglos después de su aparición, a este oráculo se sumaron las interpretaciones de cuatro comentaristas que se transformaron en los clásicos aportantes del Ling Qi Jing. Se trata de Yen, He, Chen y Liu. En cada signo, algunos de los conceptos vertidos por estos personajes se incluyeron brevemente en esta versión y a modo de paráfrasis al solo efecto de apuntalar interpretaciones. Sin embargo, la mayoría de sus dichos no se tomaron en cuenta porque se trata de afirmaciones predictivas muy básicas como “el viajero aún no regresa”, “no es conveniente casarse”, “el matrimonio no dará hijos”, “los enfermos sanarán”, “los presos saldrán de las cárceles”, que quizás tuvieron sentido en su época, pero hoy resultan demasiado elementales y cuya literalidad exige poco o casi nada de trabajo interior.

El valor principal de este oráculo radica en su simpleza, resulta amigable con el neófito y en la China antigua se convirtió en un oráculo muy popular. Mi extensa experiencia con el I Ching me ha posibilitado abordar el Ling Qi Jing desde una mirada interpretativa distinta, sin desdeñar su naturaleza sencilla, pero pudiendo descubrir su profundidad, lo cual no fue fácil aunque considero necesario. Quizás en su tiempo y en su contexto cultural este planteo no hubiera tenido sentido, pero el hecho de extrapolarlo a nuestra época y a nuestra cultura occidental obliga, a mi entender, a explicitar otros conceptos que yacen ocultos para nosotros. Los oráculos no solo tienen que dar una revelación hacia adelante, como señal externa, sino que deben provocar una identificación para que el sujeto pueda accionar naturalmente en relación con la señal dada. El hecho de que el Ling Qi Jing no esté provisto de un texto de características herméticas como el I Ching no significa que nos cierre las puertas a descubrir significados menos superficiales sin perjuicio de su cualidad simple.


Las bases del oráculo

Este oráculo parte de tres posiciones: la Tierra, el Hombre y el Cielo. A la Tierra le corresponde la posición inferior, al Hombre la del centro y al Cielo la superior; en chino se denominan: xia (abajo) , zhong (centro) y shang (arriba) , y gráficamente se ordenan con sus ideogramas de manera vertical:


La posición del Cielo se relaciona con el soberano; la del Hombre con los ministros, funcionarios o las personas ilustradas, pero también implica a los actos humanos; mientras que el lugar de la Tierra corresponde al pueblo en general.

Estas tres posiciones se comprenden gráficamente en un cuadro de doce espacios, divididos en tres hileras de acuerdo con las posiciones: arriba, centro y abajo, correspondiéndole cuatro a cada una:

Estos cuadros son los signos propiamente dichos del Ling Qi Jing, y van de un cuadro con espacios totalmente vacíos a otro con sus espacios completos:

La combinación entre espacios vacíos y completos da el total de los 125 signos que componen el oráculo:

Obtener un signo para una consulta es muy simple: en principio se deben tener doce piezas en forma de discos o fichas, que en su anverso presenten el ideograma correspondiente: 4 unidades con shang ; 4 con zhong y 4 con xia , y cuyos reversos estén vacíos. Las doce piezas se arrojan a la vez con ambas manos; las que queden boca arriba, es decir con el ideograma visible, son las que se tomarán en cuenta para armar el signo. Por ejemplo, si la tirada presenta 2 , 1 y 3, se ordenarán de derecha a izquierda de acuerdo con su jerarquía correspondiente a arriba, centro y abajo:

En este ejemplo tenemos el signo 19, Li Luan, Poniendo orden al caos. Se lo ubica y se procede a su lectura. Cada signo posee un título, un encabezamiento, una Imagen y un poema.


Cómo juegan el yin y el yang en este oráculo

Al igual que en el I Ching, el Ling Qi Jing se basa en la tradición china de los opuestos complementarios que representan las unidades irreductibles: yin y yang. Cada uno posee cualidades y conceptos que, en su conjunto, hacen a la dualidad universal.

Estos significan:

Yang

 

Yin

Lo activo

  

Lo pasivo

El padre

  

La madre

Lo masculino

  

Lo femenino

Lo positivo

  

Lo negativo

Lo impar

  

Lo par

Lo constante

  

Lo discontinuo

Lo fuerte

  

Lo débil

Lo duro

  

Lo blando

Lo firme

  

Lo flexible

Lo luminoso

  

Lo oscuro

El día

  

La noche

Lo seco

  

Lo húmedo

Lo caliente

  

Lo frío

Las posiciones del signo, arriba, centro y abajo, se corresponden con uno u otro; es decir, son posiciones de naturaleza yang o yin. La superior es yang; la inferior es yin y la del centro es yang:

En lo concerniente a los espacios también juegan aquí su papel el yin y el yang. Cuando en una posición se presenta 1 solo ideograma o 3, ese o esos caracteres representan un yang, por ejemplo: /. Cuando en una posición se presentan 2 o 4 ideogramas, esos caracteres representan un yin: /. La razón de que sea uno y no otro es por condición de par o impar. A su vez, ¿cuál es la diferencia entre un yang de 1 caracter y otro de 3 caracteres o similar (impar)? Para explicar esto debemos adentrarnos en conceptos que forman parte de la dinámica básica del I Ching. En primer lugar debemos entender la gráfica del yin y el yang en términos sinológicos: al yin se lo representa con una línea partida: , mientras que al yang con una línea entera: . A este tipo de trazos se los conoce como líneas fijas, y se denominan “yin joven” y “yang joven”, o simples, en ambos casos.

En el plano del Ling Qi Jing, “jóvenes” serían el yin de 2 caracteres y el yang de 1 caracter . Para comprender los otros dos, el yang de 3 y el yin de 4, debemos introducirnos en el concepto de mutación, el principio de que todo está en permanente cambio y que es la esencia del I Ching. Si hablamos de yin y yang jóvenes, y nos basamos en el cambio constante, tanto los yin como los yang en algún momento dejarán de ser jóvenes. Lo explicaremos de la siguiente manera: mientras se es yin o yang, internamente en uno u otro se está introduciendo el factor opuesto: a la línea entera, yang, le está ingresando el yin que ha comenzado a modificar su naturaleza, por eso se trata de un yin joven, también llamado “pequeño yin”; en sentido contrario ocurre con la línea yin superior, lo que determina un yang joven o “pequeño yang”:

La línea nueva ingresa por debajo modificando el trazo opuesto. Este cambio se irá intensificando hasta que la línea alcance el punto extremo de su carácter, que se grafica con una cruz en el centro de la línea para el yin, el cual se denomina “yin viejo” o “gran yin”, y con un círculo en el centro de la línea para el yang, y se lo llama “yang viejo” o “gran yang”:

Estas líneas reciben el nombre de móviles, a diferencia de las fijas, porque están a punto de cambiar a su carácter opuesto. El proceso de mutación completo, sucesivamente, sería el siguiente:

En el caso particular del Ling Qi Jing, el yang de 3 caracteres representa el yang viejo, mientras que el yin de 4 caracteres , el yin viejo. En este oráculo se los suele llamar, también, expansivos o florecientes.


Los trigramas representados en los signos

Como vimos, cada una de las posiciones arriba, centro y abajo, de acuerdo con la cantidad de caracteres que posean, sea par o impar, equivale a un yin o un yang, con lo cual en su conjunto a cada signo del Ling Qi Jing se lo asocia con un trigrama, es decir, con un signo de tres trazos que pertenece al llamado Ba Gua, los ocho signos fundamentales atribuidos a Fu Xi, el primer emperador en los tiempos legendarios.

Estos gua3 o signos que simbolizan el Cielo, la Tierra, el Trueno, el Viento, el Agua, el Fuego, la Montaña y el Lago constituyen la base tanto para el I Ching como para el Feng Shui. Son los siguientes:

  • Qian, lo creativo tiene por cualidad lo fuerte
    y su símbolo es el Cielo.
  • Kun, lo receptivo su acción es lo abnegado
    y simboliza la Tierra.
  • Zhen, lo suscitativo tiene como cualidad lo movilizador y su símbolo es el Trueno.
  • Li, lo adherente su acción es lo luminoso
    y simboliza el Fuego.
  • Dui, lo sereno tiene como cualidad lo regocijante y su símbolo es el Lago.
  • Sun, lo suave su acción es lo penetrante
    y simboliza el Viento o la Madera.
  • Kan, lo abismal su cualidad es lo peligroso
    y su símbolo es el Agua.
  • Gen, el aquietamiento su acción es la quietud
    y simboliza la Montaña.

Podemos ver la asociación de un signo con un trigrama en el siguiente ejemplo:

El gua del Fuego, Li, representa el signo número 7. Nian Feng, Año de abundancia.

En el caso de los signos que presentan ausencias en una o en más de una de sus posiciones, dado que están contemplados los casos en que una tirada de discos tanto shang, zhong como xia no caigan con todos sus anversos, igualmente el Ling Qi Jing les atribuye un trigrama siguiendo una lógica, como ocurre con el signo 93. Wei Xing, Lo todavía no formado:

El signo presenta la posición del Cielo vacía, por lo tanto no hay yin ni yang; sin embargo, se lo relaciona con el gua del Trueno, Zhen.

De esta manera los 125 signos del oráculo tienen su correlato con los ocho gua que a su vez combinan entre sí las líneas móviles con las fijas, es decir, jóvenes y viejos, constituyendo una diversidad de 125 trigramas, uno para cada signo:


Las partes del texto

Cada uno de los 125 signos tiene nombre y numeración. El nombre nos da un panorama general, es el primer indicio que nos dice en qué consiste la situación. Es la primera y más escueta respuesta del oráculo y es una definición que atraviesa la anécdota del signo que se ve representada en la Imagen, la cual vendría a ser el juicio del oráculo o el oráculo en sí mismo. Pero antes hay un encabezado que se atiene a la cuestión técnica referida a la disposición de los caracteres () que conforman el signo y cómo influyen en la situación en su condición de yin o de yang, lo que determina la constitución o asociación con un trigrama cuyo mecanismo se explicó antes. El lector podrá apreciar que cada uno de estos trigramas se corresponde con un punto cardinal específico. Esto sucede porque la referencia está basada en lo que se conoce como Cielo posterior o intramundano, donde los trigramas están ordenados de acuerdo con los puntos cardinales4.

Esta disposición corresponde al rey Wen, de la dinastía Zhou, que modificó la primera disposición elaborada por Fu Xi llamada Cielo previo o premundano5. Cuando un signo tiene posiciones con gran yin o gran yang, contemplado desde el punto de vista del trigrama o gua, significa que es una línea móvil o fluctuante, es decir, no es fija, y esto implica que por su movimiento va a pasar a su estado o carácter opuesto como se explicó en párrafos anteriores, y evolucionará hacia otro gua o trigrama, con lo cual se puede especular hacia qué instancia tiende la trama en cuestión. En este sentido, me ha parecido importante realizar un análisis de los trigramas en aquellos signos que presentan gua con mutaciones. Al final cada signo incluye un poema o verso que complementa de un modo diferente la “voz” del oráculo, lo que posibilita una aproximación más meditativa e intuitiva con el mensaje. Mis comentarios sobre los poemas han sido breves con el fin de no invadir o condicionar la libre asociación del lector.


Tabla para la identificación de los signos














Cómo armar un juego de fichas para consulta

Se pueden hacer de madera, de piedra o de algún tipo de porcelana fría.

  1. Con madera se puede mandar a cortar una vara del diámetro de una moneda grande en un grosor de medio centímetro y obtener así las 12 unidades. En ese caso, realizar el grabado de los caracteres (4 Shang, 4 Zhong y 4 Xia) con un pirograbador o con pintura acrílica.
  2. Con piedras lo conveniente es elegir 12 unidades de canto rodado chatas, preferiblemente no mayores a 3 centímetros, y uniformes en tamaño. Las piedras se pueden grabar con un torno o simplemente pintarlas.
  3. Con porcelana fría simplemente se hacen 12 discos del tamaño de una moneda grande y se los graba con algún elemento mientras la masa esté maleable.

Los caracteres que se deben grabar en las piezas son:

1 Si bien los Zhou aparecen como los primeros redactores, la vinculación que pudieron tener con el supuesto Shang Yi tiene cierta lógica dado que Wen fue prisionero de los Shang antes de ser rey.

2 Ling Ch’i Ching: A Classic Chinese Oracle (Annotated Translation with Historical Introduction, with Mei-Chün Sawyer), Shambhala, Boston, 1995.

3 Gua es la palabra china para “signo”. Trigrama es una denominación occidental, lo mismo que hexagrama en cuanto a los signos del I Ching, del Feng Shui o del Ling Qi Jing. Los chinos no hacen esta diferenciación, a todos los llaman gua. Para hacer una ligera diferenciación he dejado el término signo para los signos particulares del Ling Qi Jing y trigramas o gua para los que se refieren a los Ba Gua específicamente.

4 Los chinos disponían el Sur hacia arriba.

5 Véase mi Introducción al I Ching. La esencia del oráculo del cambio, Kier, Buenos Aires, 2018.

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Ling Qi Jing
····

1. Da Tong
La gran apertura

ELEVACIÓN Y ASCENSO es la imagen del signo La gran apertura. El yang puro obtiene el mando; Qian6, el Cielo, en el Noroeste.

La imagen dice:
De lo pequeño hasta lo grande no hay mayores sobresaltos. Desde abajo se asciende alto satisfactoriamente. Se alcanza la abundancia y la eminencia. Sería apropiado salir de viaje hacia un destino lejano. No es favorable descender y esconderse.

Las tres posiciones abajo, centro y arriba están conformadas por yang, en este caso pequeños o jóvenes, lo que configura en este signo del Ling Qi Jing el trigrama del Cielo, lo creativo.

La fuerza es la característica aquí, ya que el yang es puro y dominador absoluto. Los yang tienen, de acuerdo con su carácter ascendente, una elevación encadenada e incesante que se va haciendo más fuerte a medida que sube, y es lo que en definitiva se define como la posibilidad de una gran apertura. Este encadenamiento del despliegue de la fuerza comienza en la posición inferior, por eso en la Imagen se remarca que desde lo más bajo se parte hasta lo más elevado sin apremios. Esto significa que el hecho de empezar de abajo no es en este caso ni un contratiempo ni una dificultad. Los planes a largo plazo, como las acciones fuera del propio círculo, son sustentables; el comentarista Yen hace hincapié en que si no se actúa según la grandeza que ofrecen las circunstancias, se habrá desperdiciado la posibilidad, con lo cual interpretamos que por la misma pequeñez de la actitud los planes harían implosión debido a la presión de lo grande que se abre. Lo adecuado sería estar a la altura de las circunstancias que nos ofrece el momento. Es ocasión para ser abiertos y no cerrarse, estar visibles y no ocultarse, despegar del sitio aparentemente seguro y arriesgarse porque el sentido del ascenso nos lleva. Puede que el punto de concreción sea lejano, pero eso no es lo importante sino el paso que se abre para que podamos ponernos en el camino; es decir, francamente, se nos presenta el inicio con perspectivas favorables, de ahí que Chen haga referencia a que el principio generador —propio de Qian, el Cielo— esté penetrando. En este signo podemos ver la inspiración en el hexagrama 1 del I Ching. En otro orden de cosas, el signo nos sugiere evitar la oscuridad en todo sentido, se trate de posiciones, relaciones, actitudes, sociedades, etc.; y más, si se reside en ella, salir cuanto antes. Aprovechar y no quedarse en el lugar más bajo o rezagado.


El poema nos sugiere que aquello que nos parecía una idea opacada o envejecida reaparece con señales claras. De la misma forma se cuenta con el momento fértil para volcar las acciones. No hay más condicionamientos que encarar las cuestiones con naturalidad y predisposición a recibir beneficios.

Muda la piel del leopardo,
el veteado se completa colorido.
Se conducen dragones
y por sí sola la buena fortuna
se alcanza.
El cuerpo desnudo puede sostener
riquezas y honores.
Todos los asuntos pueden
cambiar nuevamente.

6 .

2. Jian Tai
La armonía gradual

TIEMPO Y ESPERA es la imagen del signo La armonía gradual. El yin correcto obtiene la posición en el trigrama Viento7, en el Sudeste.

La imagen dice:
La calma que reside en la organización de la gestión en los asuntos rinde. Habrá gente próspera, tanto como altamente valorada. Para el salario oficial todavía no se alcanza el puesto.

Con dos pequeños yang en las posiciones superior y centro, y un yin joven en el puesto inferior, este signo del Ling Qi Jing se configura con el trigrama del Viento, lo penetrante.

En principio se sugiere que las cosas van avanzando bien, pero es preciso dominar la ansiedad que conlleva a no estar acorde con el tiempo. Las posiciones del centro y arriba, al estar conformadas por yang, tienen el ímpetu del avance, es decir que están en consonancia con el tiempo de concreción. Pero el yin de la posición inferior suaviza ese impulso y lo gradúa: esa es la cualidad del Viento, que finalmente regula el avance y pone el ritmo en armonía para que se trabaje en calma y los asuntos rindan en su debido momento. Lo que está acelerado no acompaña el proceso natural de los hechos. Para lo que se desea o se necesita todavía falta, aunque las condiciones sean favorables. Lo importante, más allá de las preocupaciones motivadas por la ansiedad, es que el yin ya ocupa la posición correcta, la del puesto de la Tierra. El comentarista Yen hace hincapié en la necesidad de aquietar los pensamientos y aguardar sin poner demasiadas expectativas en los favores del Estado, con lo cual podemos inferir que la prosperidad depende más de uno mismo que de terceros, de nuestro estado de armonía y de nuestro avance paulatino. Retomando las características del Viento, se nos sugiere la acción incesante y sutil en la labor sin estar tan pendientes de los resultados. Más importante aquí es estar en paz, como lo destaca el comentarista Liu, para gestionar los propios asuntos. El comentarista He expresa que en general las cosas son favorables, por lo cual nos sugiere la idea de dejar de lado las preocupaciones y las dudas, los asuntos que aún están lejos finalmente van a llegar; esto se enlaza con el comentario de Chen, que alude al yin en la posición de abajo que aún no ha alcanzado su estadio de expansión pero que indudablemente lo hará. En este signo se observa, en parte, la inspiración en los hexagramas 53 y 11 del I Ching, Jian y Tai , respectivamente: la gradualidad en los actos y el acatamiento a respetar las etapas se conjugan con la armonía que hace lugar a la llegada de lo grande.

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