Un día, Kitty decide ponerse sus orejas y cola de gato, su capa negra y sus zapatillas naranjas. Las aventuras que le esperan junto con la Patrulla Gatuna por las calles de Hallam son infinitas y, como hace su madre, Kitty intentará ayudar a todo aquel que lo necesite.
Kitty quiere ser como ella de mayor, pero hay algunos miedos que le paralizan y le impiden salir por la noche. Ve sombras sospechosas en todos los sitios y le entran escalofríos solo de pensar en estar en la calle sin luz. Aunque su madre no hace más que recordarle la misma frase: «Que el miedo no te pare. Eres más valiente de lo que crees». A través de sus aventuras, los niños trabajarán valores y emociones como la valentía, los miedos, el compañerismo y la responsabilidad.