Si hemos identificado algunos de estos cambios, lo mejor siempre es contar con la ayuda de un profesional que sepa conducir de forma correcta la cuestión, prestando apoyo psicológico a nuestro hijo y guiando al afectado por el camino más adecuado para que supere la situación, además de ponerlo en conocimiento del centro o de los responsables del niño o niña acosador/a.
Pero ya sabes lo que dicen: más vale prevenir que curar. Y aunque la mayoría de las veces este tipo de situaciones se nos escapen de las manos y sepamos de ellas cuando están en un estado avanzado, lo que sí podemos hacer es educar a nuestros hijos para identificar el acoso y saber gestionarlo para que no vaya a más ni para él ni para ningún compañero o compañera.
- ¿Qué es el acoso escolar? Ayuda a tus hijos a entender este comportamiento para que ellos mismos puedan determinar lo que están viendo y frenen esa conducta o ayuden a quien la está sufriendo. Definir el acoso escolar va unido a una enseñanza: es inaceptable.
- Corrige actitudes. Si percibes que tu hijo o hija tiene comportamientos violentos o agresivos, ya sean físicos o verbales, apacigua esa conducta desde la calma.
- Predica con el ejemplo. Nuestros hijos son esponjas y asumen el comportamiento que ven en casa como el patrón que han de seguir. Trata a los demás con respeto y condena las conductas violentas.
Y si tú o tus hijos necesitáis ayuda profesional, puedes contar con la Fundación Anar de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (www.anar.org), cuyo teléfono es gratuito, confidencial, anónimo, está operativo las veinticuatro horas, todos los días del año, para toda España y es atendido por psicólogos apoyados por trabajadores sociales y abogados.